/ sábado 28 de noviembre de 2020

Almita, una modelo sui géneris

Por ahora, en la seguridad de su casa, Alma crea sus pasarelas como si estuviera en un estudio profesional

Culiacán, Sin.- Por años, Alma Martínez Olmeda, ha caminado en contra del estigma que existe hacia las personas con síndrome de Down, desarrollando nuevas habilidades que llegan por su curiosidad de aprender y en su gusto por la fotografía y el modelaje, a sus 26 años tiene bien definido que quiere ser la imagen de uno de los catálogos de grandes empresas.

Almita entre un poco de pena y risas, responde con seguridad que los sueños “si se pueden alcanzar”, por los logros que ha tenido en su vida y por el inmenso trabajo que su madre, la señora, Alma Olmeda de 57 años, ha hecho para que su hija sea una persona independiente.

Su sueño por ser la imagen de una marca, nació cuando viendo un catálogo de zapatos reconoció la cara de una amiga que también tiene síndrome de Down, abriéndole la posibilidad de hacer eso que tanto ha disfrutado desde que es niña: posar de forma natural hacia las cámaras.

“Me gusta la idea de modelo, porque a mí me gusta posar, tomar fotos y eso si me gusta”, explicó Almita. En su día a día, pasa horas haciendo diferentes conjuntos para tomarse selfies y compartirlo a redes sociales, como Snapchat y Tiktok.

Las ideas para las poses llegan a Almita por las imágenes que observa en su celular o en los espectaculares, los cuales imita en su casa en compañía de su madre, novio y en ocasiones con amigos. Entre su vestimenta favorita están los vestidos y faldas con zapatillas y accesorios que combinen.


Foto: Cortesía │ Alma Martínez

EN CASA

Por ahora, en la seguridad de su casa, Alma crea sus pasarelas y sesiones de fotos como si estuviera en un estudio profesional, mientras que su mamá en sus pensamientos ve cómo su pequeña “arguendera”, trabaja e idealiza sus sueños que ahora con el apoyo de Emplea M con Causa se ven más cerca.


Yo me siento feliz, contenta y me siento feliz por el apoyo que me están dando en Emplea M y también contenta por mis sueños, por realizar mis sueños Almita


Para Almita nunca ha sido difícil socializar y ganarse el cariño de las personas, es por eso que en su paso al modelaje, ya es la imagen de una empresa que vende calzado, por una oportunidad que le brindó una amiga de su mamá.

“Ahorita son pininos, que Dios quiera que se le haga realidad y de veras aparezca en algún catálogo de la Coppel, ya con eso se sentiría realizada e imagínate yo, que ella logre sus sueños, la satisfacción para mí de verla realizada es lo más hermoso que pueda haber”, comentó la señora Alma.

Su motivación son un par de amigos que con síndrome de Down se han convertido en modelos, empresarios y chef, de quienes ve que no existen los límites y con sus conocimientos en manualidades, también se ha convertido en una emprendedora con la venta de bufandas y gorros que ella hace.

“Amo tejer, haciendo bufandas, bailar zumba, abdominales, me gusta todo”, sus productos los vende en un restaurante los días domingo, en donde hace entrega de los pedidos que recibe en la semana.

Y aunque ya tiene actividades ambiciosas, Almita sigue sumando nuevos sueños a su lista, como el ser maestra de auxiliar para niños con síndrome de Down. Esta idea surge en ella para enseñar a leer y escribir a los niños, del mismo modo que lo hizo su mamá con ella.

También está en sus metas ser madre “porque yo quiero educar y enseñar a hablar como yo, como me enseñó mi mamá, para que sean desmadrosos y todo no, por eso tengo que educar yo”.

Ilusión que la emociona mucho por tener un año y medio de noviazgo con un hombre que con firmeza dice amar mucho, que siempre la apoya en sus sueños, la impulsa para ser modelo tomándole fotos y le dice lo orgulloso que está de ella.

Foto: Cortesía │ Alma Martínez

METAS

Cada una de las metas que Almita se ha propuesto, tiene atrás años de trabajo de su mamá, quien desde que nació su hija, se ha preparado en congresos para que ella se integre a la vida regular.

Aprendió un método de enseñanza para niños con síndrome de Down y lo aplicó desde antes de que Almita ingresara a la primaria para que ya tuviera conocimientos de algunas palabras. Estando en primer grado, les pidió a las maestras que la reprobaran para que leyera de manera más fluida y estuviera preparada para segundo.

Acción que para la señora Alma fue uno de los primeros logros que tuvo Almita, al salir de la primaria como la madrina de la generación, por reconocer sus maestros que sus habilidades de lectura eran superior a la de los alumnos regulares.

Con un paso terminado y con más seguridad, Almita siguió preparándose en lo académico en los talleres que ofrece ICATSIN, primero en las clases de computación y después en manualidades, sin saber que sus conocimientos iban a ser de apoyo para el trabajo de su mamá.

La señora Alma, como madre soltera y sin el apoyo para que alguien cuidara a Almita en el día, no le quedó otra alternativa más que llevarla al trabajo en el Seguro Social, en donde, en el área de ventanilla, Almita llegó a capacitar a los nuevos empleados en computación, hacia tarjetas e incluso se ponía a atender a las personas, ganándose rápido el amor de quienes iban al IMSS.

Con lo alcanzado por ambas, la señora Alma ve con agrado como las empresas están incluyendo a personas con discapacidad en diferentes actividades, “tendrá características diferentes, pero es una persona igual que todos y hemos luchado por eso, por la integración y ahorita ya estamos sintiendo que se está logrando por todos lados”.

Foto: Cortesía │ Alma Martínez


Ahora que la señora Alma está jubilada, Almita terminó la secundaria y para el próximo ciclo escolar, el plan es estudiar la preparatoria abierta en línea. El sueño para las dos, es que más personas con síndrome de Down empiecen a hacer más actividades como Almita y sus amigos.

Te puede interesar: Una esperanza para Rosa de Lima

Con toda una vida por delante, Almita está convencida de que nada la detiene para alcanzar sus objetivos, por más “locos” o lejano que parezca, por las enseñanzas y el amor que le ha dado su mamá y el apoyo que recibe de las personas que la llegan a conocer, es por eso que, en ocasiones, no puede evitar que salgan lágrimas de felicidad.

CONDICIÓN

El síndrome de Down no es una enfermedad, sino una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra (los cromosomas con las estructuras que contienen el ADN, que es el principal constituyente del material genético de los seres vivos) o una parte de él.





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Culiacán, Sin.- Por años, Alma Martínez Olmeda, ha caminado en contra del estigma que existe hacia las personas con síndrome de Down, desarrollando nuevas habilidades que llegan por su curiosidad de aprender y en su gusto por la fotografía y el modelaje, a sus 26 años tiene bien definido que quiere ser la imagen de uno de los catálogos de grandes empresas.

Almita entre un poco de pena y risas, responde con seguridad que los sueños “si se pueden alcanzar”, por los logros que ha tenido en su vida y por el inmenso trabajo que su madre, la señora, Alma Olmeda de 57 años, ha hecho para que su hija sea una persona independiente.

Su sueño por ser la imagen de una marca, nació cuando viendo un catálogo de zapatos reconoció la cara de una amiga que también tiene síndrome de Down, abriéndole la posibilidad de hacer eso que tanto ha disfrutado desde que es niña: posar de forma natural hacia las cámaras.

“Me gusta la idea de modelo, porque a mí me gusta posar, tomar fotos y eso si me gusta”, explicó Almita. En su día a día, pasa horas haciendo diferentes conjuntos para tomarse selfies y compartirlo a redes sociales, como Snapchat y Tiktok.

Las ideas para las poses llegan a Almita por las imágenes que observa en su celular o en los espectaculares, los cuales imita en su casa en compañía de su madre, novio y en ocasiones con amigos. Entre su vestimenta favorita están los vestidos y faldas con zapatillas y accesorios que combinen.


Foto: Cortesía │ Alma Martínez

EN CASA

Por ahora, en la seguridad de su casa, Alma crea sus pasarelas y sesiones de fotos como si estuviera en un estudio profesional, mientras que su mamá en sus pensamientos ve cómo su pequeña “arguendera”, trabaja e idealiza sus sueños que ahora con el apoyo de Emplea M con Causa se ven más cerca.


Yo me siento feliz, contenta y me siento feliz por el apoyo que me están dando en Emplea M y también contenta por mis sueños, por realizar mis sueños Almita


Para Almita nunca ha sido difícil socializar y ganarse el cariño de las personas, es por eso que en su paso al modelaje, ya es la imagen de una empresa que vende calzado, por una oportunidad que le brindó una amiga de su mamá.

“Ahorita son pininos, que Dios quiera que se le haga realidad y de veras aparezca en algún catálogo de la Coppel, ya con eso se sentiría realizada e imagínate yo, que ella logre sus sueños, la satisfacción para mí de verla realizada es lo más hermoso que pueda haber”, comentó la señora Alma.

Su motivación son un par de amigos que con síndrome de Down se han convertido en modelos, empresarios y chef, de quienes ve que no existen los límites y con sus conocimientos en manualidades, también se ha convertido en una emprendedora con la venta de bufandas y gorros que ella hace.

“Amo tejer, haciendo bufandas, bailar zumba, abdominales, me gusta todo”, sus productos los vende en un restaurante los días domingo, en donde hace entrega de los pedidos que recibe en la semana.

Y aunque ya tiene actividades ambiciosas, Almita sigue sumando nuevos sueños a su lista, como el ser maestra de auxiliar para niños con síndrome de Down. Esta idea surge en ella para enseñar a leer y escribir a los niños, del mismo modo que lo hizo su mamá con ella.

También está en sus metas ser madre “porque yo quiero educar y enseñar a hablar como yo, como me enseñó mi mamá, para que sean desmadrosos y todo no, por eso tengo que educar yo”.

Ilusión que la emociona mucho por tener un año y medio de noviazgo con un hombre que con firmeza dice amar mucho, que siempre la apoya en sus sueños, la impulsa para ser modelo tomándole fotos y le dice lo orgulloso que está de ella.

Foto: Cortesía │ Alma Martínez

METAS

Cada una de las metas que Almita se ha propuesto, tiene atrás años de trabajo de su mamá, quien desde que nació su hija, se ha preparado en congresos para que ella se integre a la vida regular.

Aprendió un método de enseñanza para niños con síndrome de Down y lo aplicó desde antes de que Almita ingresara a la primaria para que ya tuviera conocimientos de algunas palabras. Estando en primer grado, les pidió a las maestras que la reprobaran para que leyera de manera más fluida y estuviera preparada para segundo.

Acción que para la señora Alma fue uno de los primeros logros que tuvo Almita, al salir de la primaria como la madrina de la generación, por reconocer sus maestros que sus habilidades de lectura eran superior a la de los alumnos regulares.

Con un paso terminado y con más seguridad, Almita siguió preparándose en lo académico en los talleres que ofrece ICATSIN, primero en las clases de computación y después en manualidades, sin saber que sus conocimientos iban a ser de apoyo para el trabajo de su mamá.

La señora Alma, como madre soltera y sin el apoyo para que alguien cuidara a Almita en el día, no le quedó otra alternativa más que llevarla al trabajo en el Seguro Social, en donde, en el área de ventanilla, Almita llegó a capacitar a los nuevos empleados en computación, hacia tarjetas e incluso se ponía a atender a las personas, ganándose rápido el amor de quienes iban al IMSS.

Con lo alcanzado por ambas, la señora Alma ve con agrado como las empresas están incluyendo a personas con discapacidad en diferentes actividades, “tendrá características diferentes, pero es una persona igual que todos y hemos luchado por eso, por la integración y ahorita ya estamos sintiendo que se está logrando por todos lados”.

Foto: Cortesía │ Alma Martínez


Ahora que la señora Alma está jubilada, Almita terminó la secundaria y para el próximo ciclo escolar, el plan es estudiar la preparatoria abierta en línea. El sueño para las dos, es que más personas con síndrome de Down empiecen a hacer más actividades como Almita y sus amigos.

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Con toda una vida por delante, Almita está convencida de que nada la detiene para alcanzar sus objetivos, por más “locos” o lejano que parezca, por las enseñanzas y el amor que le ha dado su mamá y el apoyo que recibe de las personas que la llegan a conocer, es por eso que, en ocasiones, no puede evitar que salgan lágrimas de felicidad.

CONDICIÓN

El síndrome de Down no es una enfermedad, sino una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra (los cromosomas con las estructuras que contienen el ADN, que es el principal constituyente del material genético de los seres vivos) o una parte de él.





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