Culiacán, sin. “Tengo nueve años trabajando en la pepena, de ahí sale para darle la escuela a mis hijos y de ahí sale la comida que ponemos en nuestra mesa. Soy madre soltera que por cuidar a mis hijos no puedo tener un trabajo normal de 8 horas, y trabajo por ratos en la pepena. Si me quitan de ahí le quitan la escuela y les quitan la comida a mis hijos” denunció Esmeralda Quiñonez.
De piel blanca, pero tostada y ajada por lo curtimiento del sol, Esmeralda acompañó a los dirigentes de las cooperativas de pepenadores Progreso y Fénix, antaño antagónicas y ahora aliadas para luchar en contra del alcalde Estrada Ferreiro, a quien acusan de desviar la basura que llegaba al relleno sanitario de la zona norte para enviarlo al relleno sanitario de la zona sur, que es manejado por una empresa privada.
Los dirigentes de estas cooperativas, José Enrique Gutiérrez y José Sillas Armenta, respectivos dirigentes de dichas cooperativas, acusaron que, en su afán represivo, el alcalde ha ordenado que lleguen sólo unos cuantos camiones recolectores de basura a dejar sus acarreos en el relleno de la zona norte para que los pepenadores no tengan que pepenar.
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Ante esta situación, advirtieron que, si el alcalde Jesús Estrada Ferreiro no cambia de actitud, le tomarán el Palacio Municipal, y advirtieron que en ello serán respaldados por otros grupos sociales, como los vendedores ambulantes del Centro Histórico y lo cientos de familias de diversas colonias a las que el alcalde pretende cobrar jugosas cantidades por el “pie de casa” que recibieron y que no han podido pagar por su condición de pobreza.
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