Culiacán, Sin.- Siete años de lucha para que el matrimonio igualitario en Sinaloa fuera una realidad, con lo que parecían más derrotas que victorias, concluyó para Ana Esparza Castro, con una propuesta de matrimonio que marcó historia en la defensa de los derechos humanos de la comunidad LGBTQ+ en un estado conservador.
La mirada de los sinaloenses y de México voltearon a Ana y su ahora comprometida Isela Posada, por ser la primera pareja lesbiana que pocos minutos después de que los diputados votaron a favor casi casi obligados, se dieron el “sí”, marcando un antes y después y quedando su fotografía como un logro del movimiento.
IMAGEN DE AQUEL MOMENTO
En ese 15 de junio, las mujeres llegaron de Los Mochis a Culiacán, con la firmeza de que “amor es amor” y que el matrimonio igualitario ya iba a ser posible en Sinaloa, pero Isela era ajena a que ese día se iba a comprometer con su novia, Ana.
El video del momento en que Ana se arrodilló afuera del congreso con personas de la comunidad festejando, ondeando las banderas y cantando las canciones que representa a la comunidad, es conocido para muchos sinaloenses, pero ¿qué hay detrás de esta relación?
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Ana cuenta la historia de amor que jamás pensó que tendría a sus más de 30 años. En 2018 fue cuando todo empezó para ella: en su negocio, en el mercado zona 030 en Los Mochis, veía pasar a Isela por los pasillos rumbo a su trabajo, su atención se enfocó en sus rizos y nunca dudó en hacérselo saber.
En esos breves momentos en los que Isela transitaba por su pasillo, sólo se sonrojaba y con la cabeza agachada seguía su camino. La interacción entre ambas fue así por un año, hasta que por un incidente, Ana le envió un detalle a Isela con el mensaje “sea lo que sea va a pasar” y así fue como empezaron a tener contacto, se compartieron sus números de teléfono y Ana comenzó a invitarla a comer.
“Era alguien que miraba yo y de lejos, de hecho no teníamos conocidos, no había nadie que me pudiera hacer el paro de cupido ahí, la verdad no, me tuve que atrever yo sola”, reconoció.
CONTRA VIENTO Y MAREA
El 10 de junio de 2019 empezó la historia de amor de Ana e Isela, la primera cita fue en Topolobampo compartiendo sus experiencias en relaciones pasadas, observando las olas del mar y del espectáculo que la naturaleza da por las noches.
“Fue una noche muy rara, muy extraña, tengo mucha fe en el universo y ese día estábamos frente a la playa, es una chava que no estaba en el ambiente, no había vivido una situación con otro mujer, no era así, fue como coincidir con la persona indicada en el momento perfecto”, comentó.
Ana ahora tiene 38 e Isela 25 años, una vez que iniciaron una relación, las dos tuvieron un giro en sus vidas, por primera vez experimentaban un amor estable, sano y con grandes experiencias. Fue al poco tiempo cuando dieron el paso de vivir juntas, aunque la familia de Isela aún no acepta del todo su unión.
“Somos dos mujeres maravillosas que la neta te lo digo, hemos creado tanta magia, tanto amor para el mundo y quien diga lo contrario, te lo digo bien de frente, lo siento, pero yo estoy bien clara que amor es amor y se demuestra de mil maneras”, sostuvo.
EL COMPROMISO
En la madrugada del lunes 14 de junio, Ana se levantó en la madrugada convenciéndose que el martes, minutos después de la aprobación del matrimonio igualitario le iba a proponer matrimonio a su compañera de vida y aunque no tenía dinero para un anillo, nada la iba a detener.
Así, el lunes y la mañana del martes, llamó a sus amigos para conseguir un anillo en Los Mochis y globos y un ramo de flores en Culiacán, la emoción y la adrenalina estaban al máximo y tras varias horas de estar en el rayo del sol, la hora llegó.
“Ni siquiera yo sabía cómo lo iba hacer, yo me acuerdo que estábamos en el Congreso del Estado, con un solazo y un calorón y la lengua de fuera y yo ahí es donde decía tiene que valer la pena”, reafirmó.
Después de las decenas de fotos, videos y celebraciones, para Ana “fue el sí se pudo, sí se pudo y que maravilloso la verdad, porque sí lo merecemos, matrimonio igualitario era un derecho que merecíamos ya, porque es una necesidad por salud, por bienes, por lo que sea, ese documento hace la diferencia”, celebró.
Son ya 755 días desde que Ana e Isabel decidieron unirse como pareja, ambas buscando el crecimiento de cada, con un enfoque en la salud mental para avanzar en la meta que se ha propuesto y de paso, comparten su alegría, conocimientos y toda la ayuda posible a niños que por diversas razones han quedado rezagados.
“Entonces cuando yo iba creciendo, yo siempre me crie con una visión, me voy a ser responsable por la comunidad y voy hacer lo imposible por dejar un legado, porque en verdad quiero que los jóvenes, los nuevos, los niños que van saliendo del closet se sientan capaces, se sientan seguros, se sientan ellos mismos
Ana Esparza
Persona LGBTQ+
“Somos dos mujeres maravillosas que la neta te lo digo, hemos creado tanta magia, tanto amor para el mundo y quien diga lo contrario, te lo digo bien de frente”.
DATOS
SIN PUBLICARSE
- A casi dos semanas de aprobarse en el Congreso por orden judicial, el ejecutivo no ha publicado la reforma al Código Civil.
MARCHA
- Este sábado la comunidad de la diversidad realizará un tradicional marcha del orgullo.
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