Culiacán, Sin.- No contar con un local fijo para realizar su sueño de ser entrenador físico, no fue un pretexto para Ángel Rosario Véliz Ruiz, pues sus ganas de ejercer su profesión lo llevaron a buscar una forma dinámica, divertida y sustentable para desempeñarse.
Originario de Guasave, Ángel Rosario se mudó desde 2011 a Culiacán, para estudiar la licenciatura en Cultura Física y Deporte en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
En 2016 culminó sus estudios, sin embargo no era el mejor momento para ejercer su profesión, pues la falta de trabajo y experiencia laboral, sería su primer obstáculo a vencer.
"Me titulé y empecé a buscar trabajo y no encontré, comencé a trabajar en un bar, pero eso no era lo mío, así que decidí salirme y de lo que sabía y busqué en gimnasios y así fue como empecé", relató.
Véliz Ruiz comentó que tras laborar por 3 años en un gimnasio y mantener ya una experiencia con alumnos, asesoría alimenticia, práctica y capacitaciones en materia de entrenamiento, decidió dar el gran paso de su vida e independizarse laboral y profesional mente.
"Trabajé tres años en el gimnasio pero yo traía la mentalidad de emprender yo solo, si lo hacía también en un gimnasio lo puedo hacer yo solo", subrayó.
Con apoyo de un triciclo
Ángel Rosario compró un triciclo amarillo y buscó un punto fijo al aire libre donde los alumnos pudieran realizar actividad cardiovascular y pesos y que no tuviera un costo. Decidió entonces instalarse en el Jardín Botánico.
"El Jardín Botánico es un lugar bonito, fresco y tenía yo la mentalidad de que había mucha gente y que pronto tendría muchos clientes", comentó.
Emprender de nuevo fue un reto, pues aunque el Botánico es muy concurrido por culichis que asisten a ejercitarse, no muchos conocían a Ángel ni su trabajo como coach.
Comenzó cuatro clientes a dar clases y poco a poco los asistentes del parque comenzaron interesarse. Desde 2019 a la fecha, Rocka Fit, mantiene a mas de 40 clientes que asisten diariamente a ejercitarse, algunos para bajar de peso, otros para tonificar su musculatura y otros mas como actividad de recreación.
Niño, adultos y hasta perritos que pasean en el Jardín Botánico se divierten con las dinámicas clases que al ritmo de la música y las coloridas banderas, conos y tapetes arman un escenario de diversión.
"Aquí los ayudó a que se acepten físicamente, que les guste su apariencia pero también a que se exijan más, aquí trabajamos mentes triunfadora, levantar el ánimo", comentó.
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