Culiacán, Sin. - Con motivo de conmemoración del Día Internacional de la Mujer colectivas feministas realizaron un tendedero en la Plazuela Alvaro Obregón, mejor conocida como la Catedral para visibilizar la violencia y acoso sexual que viven las mujeres en la ciudad de Culiacán.
A raíz de lo visto en las diferentes universidades de Culiacán, el poder denunciar de manera anónima fue la razón por la que los colectivos de Mujeres Activas Sinaloenses, Feministas Alteradas, ILE Sinaloa y Mujeres en Bici se unieran para expresar sus vivencias y dar apoyo a más mujeres como muestra de sororidad.
Que vengas a expresar tu testimonio de una situación en la que te sentiste vulnerable y lo tiendas en una hoja donde muchos lo van a leer y quizás muchas mujeres se sientan identificadas con eso no solo es un acto de valentía de querer sacar y expresarlo en un tendedero sino que también es un acto para desahogarte.
Angie Arellano
El 'tendedero de acoso' comenzó en la escuela Tecnológico de Culiacán donde tuvo un impacto por las denuncias de acoso sexual hacía las alumnas, así llegó a la Universidad Autónoma de Occidente, que hasta el momento es la única institución que ha hecho caso a las denuncias, también se expandió a las diferentes facultades de la Universidad Autónoma de Sinaloa y la tarde de hoy se instauró en la Catedral para que no solo estudiantes pudieran denunciar, sino que todas las mujeres tengan la oportunidad de compartir su experiencia y evidenciar a su agresor.
Angie Arellano, psicóloga e integrante del Colectivo de Mujeres Activas Sinaloenses expresa que la sociedad ha normalizado el acoso que algunas personas que se han acercado a ver las denuncias minimizan la agresión.
Ahorita vino una señora como de 60 años y dijo: "es que a mí nunca me han hecho nada", le tratamos de explicar lo qué es el acoso y nos dijo que sí, que sí ha vivido acoso, pero en su sistema no lo veía como algo violento.
Angie Arellano
Señaló que el acoso más normalizado por los culichis son los llamados "piropos" ya que a la mayoría de las personas lo ven como un gesto bonito.
Hay gente que le gusta que la piropeen, por ejemplo, la señora de 60 años nos dijo "yo siento bonito que me digan cosas cuando voy caminando por la calle", así está tan normalizado, pero sabemos que como mujeres que cuando nos dicen mamacitas u otras cosas en la calle nos da miedo, no podemos responder, hacer un gesto o salir corriendo.
Angie Arellano
Asimismo, apuntó que los piropos pueden pasar a una forma más agresiva siendo esto una cadena.
De un piropo puede pasar a una violación sexual y de una violación a un feminicidio.
Angie Arellano
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