Culiacán, Sin.- Una ola de denuncias penales, protestas y acusaciones en redes sociales sobre cinco sacerdotes puso los reflectores sobre la Diócesis de Culiacán y puso al descubierto una vez más un tema que avergüenza a las autoridades eclesiásticas: acoso y abuso sexual por parte de los curas.
El caso que mayor indignación causó fue el de Guasave, en el cual una de las víctimas acusa que, cuando era menor de edad, el sacerdote asignado a la parroquia de Estación Bamoa abusó de ella.
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Según su relato, el cura la invitó a quedarse en su casa supuestamente con buenas intenciones, pero fue donde cometió la violación. Este hecho, manifestó la mujer, le cambiaría la vida para siempre.
“Me alejé de la iglesia y dejé de creer en Dios. Pensé que Dios no existía, iba a las capillas y le lloraba, le imploraba por qué a mí, radicalmente mi vida cambió”, narró la víctima durante una transmisión de Facebook Live.
Acoso virtual
Otra de las víctimas contó como uno de los curas identificado como Christian M de un grupo católico llamado Arco Iris la acosaba a través de su cuenta de Instagram. La víctima describe que el cura en un principio era una persona “amable y atenta”.
“Las veces que lo llegaba a mirar en seguimientos o eventos, solo nos saludábamos normal y nunca noté o sentí algo raro”, manifestó.
Sin embargo, en diciembre de 2021 coincidieron en una fiesta y el cura le envió un mensaje para hacerle saber de su presencia. Días más tarde los mensajes continuaron pero el tono de la conversación había cambiado.
“Días después de encontrármelo, siguió mandándome mensajes y contestando a mis historias con comentarios un poco extraños. Esos mensajes los envió a mi cuenta pública y no los había mirado, hasta ahora que mis compañeras compartieron sus experiencias”, acusó.
Una amistad extraña
Una tercera víctima narra que todo empezó como una amistad tranquila en un ambiente aparentemente sano. El cura le inspiraba confianza y al principio le mandaba mensajes que, aunque extraños, los leía en un tono amistoso.
Sin embargo, estos mensajes se volvieron más incómodos con el tiempo, por lo que incluso dejaba de contestarle cada vez que le escribía algo que no le gustaba.
Llegó el día en el que incluso que, durante una fiesta, el sacerdote le pidió que se tomaran una foto, oportunidad que aprovechó para tocarla sin su consentimiento.
“Él se aprovechó para tocar mi cuerpo sin mi consentimiento y en mi propia casa. Yo quedé helada sin saber cómo reaccionar”, contó la mujer.
“Entre el caos me entero de que no era la única persona que había pasado situaciones similares con él. Resultó que habíamos sido varias, muchísimas en realidad”, lamentó.
Los suspenden
Testimonios similares de otras víctimas de Christian inundaron Twitter el pasado 12 de marzo, lo que sirvió como detonante para que la Diócesis de Culiacán ofreciera una conferencia de prensa para anunciar la suspensión de cinco sacerdotes acusados de acoso y violación.
Al dar a conocer esta información, el padre Esteban Robles, vocero de la Diócesis, señaló que los padres involucrados fueron separados de su encargo en lo que se realizan las investigaciones.
“Dados los testimonios mostrados a través de las redes sociales donde nos hemos percatado de declaraciones de personas quienes han denunciado actos inapropiados por parte de ministros de culto dentro de la Iglesia católica estamos tomando acciones ya sobre estos acontecimientos”, expresó el sacerdote.
“Reprobamos tajantemente todo acto de abuso y violencia que dañe a los más vulnerables por parte de cualquier instancia de la Iglesia, nos duele el dolor de los involucrados, por lo tanto hacemos frente para actuar en lo que nos corresponde como institución”.
Inicia la investigación
Luego de estas declaraciones, las víctimas interpusieron dos denuncias ante la Fiscalía General del Estado, por lo que el caso podría no terminar con los señalamientos públicos y llegar a tener consecuencias.
La iglesia contempla sanciones para este tipo de acciones, que van desde una llamada de atención hasta la separación del cargo de quienes incurran en conductas inaceptables. Sin embargo, la investigación de la fiscalía podría arrojar otros resultados.
(Con información de Manuela Bustamante)