Culiacán, Sin.- ¿Cómo pasar de ser una institución asistencialista a dejar un valor agregado en las familias que requieren todo tipo de ayuda? Fue la pregunta que se hizo José Guillermo Hernández Beltrán, director del Banco de Ropa y Enseres de Culiacán (BRED), antes de crear en el 2020 el programa “Educación financiera”, con la intención de que las familias adopten el hábito del ahorro.
Por años, se ha analizado por la sociedad y especialistas en la materia, cuáles son los mecanismos más eficientes en la filantropía, en donde además de apoyar a personas o familias de escasos recursos con alimento o ropa, reciban a la vez, alternativas para seguir progresando.
Desde hace ocho años Guillermo, de 34 años, dejó su funciones en la Iniciativa Privada para tomar la dirección de Instituciones de Asistencia Privada, primero en Cáritas por seis años y después en el Banco de Ropa y Enseres de Culiacán por casi dos años, al darse cuenta de todas las necesidades que se tiene que cubrir en algunos sectores de la sociedad.
“Estar en este giro de las instituciones me ha ayudado mucho a ver de manera diferente la vida, de manera diferente la necesidad, ahora cuando veo personas necesitadas, me preocupo y me ocupo por ver de qué manera ayudarlos”, reconoció.
Una institución de ayuda
El Bred como también es conocida la institución, fue fundado en 2007 por iniciativa del señor Ricardo Bon, un culiacanense que después de viajar a Estados Unidos regresó con la idea de crear bancos en la ciudad y después de ver el éxito del Banco de Alimentos, decidieron abrir uno más, con la colaboración también de empresarios distinguidos del estado.
Bajo la filosofía de “Somos un puente entre la generosidad y la necesidad”, en 2016 entró el nuevo patronato del BRED con la segunda generación de los fundadores, quienes con la colaboración de Guillermo se enfocaron en establecer un mayor orden en la entrega de las donaciones, con procesos definidos y un control de inventarios.
El Banco de Ropa funciona como un espacio que recibe y distribuye cada una de las donaciones que reciben por familias y empresarios, en productos como, vestimenta, calzado, libros, electrodomésticos y cualquier artículo del hogar, bajo diversos programas, siendo el de “vistiendo tu comunidad”, el más relevante.
Ahora que el BRED cuenta con la capacidad de atender de entre mil 100 a mil 300 familias al año, con hasta cinco mil artículos, el siguiente paso para Guillermo es educar a las familias, sobre todo a las madres, quienes son las que administran el dinero e ingresarlos en la economía formal, con la venta de productos y el hábito de tener ahorros.
“Nos dimos cuenta después de mucho trabajo de campo y de estudios que realmente lo que estamos haciendo nosotros es generándoles un ahorro en las familias, o sea en lugar de gastar mil pesos en comprar todo lo de la ropa y calzado para sus familias, a lo mejor gastaban 100 pesos”, explicó el director de BRED.
Bajo este contexto, con su equipo de trabajo desarrollaron un sistema con cuatro módulos para que los beneficiarios aprendan a diseñar un presupuesto dependiendo de los ingresos que tiene cada familia. De esta manera se da un valor de promoción humana, desarrollando sus capacidades.
LA PANDEMIA
Al ser un programa que arrancó este año, la pandemia no ha permitido que se avance en el ritmo proyectado, sin embargo, la esperanza es brindar una nueva alternativa que beneficiará en mucho a las familias, dejando el lado asistencial en segundo plano.
“Ese es un proyecto que le estamos apostando muchísimo que es de alto impacto, que es medible y deja de lado también el asistencialismo (…) Muchos empresarios están atentos porque se va más allá del asistencialismo, para salir del esquema de recibir nada más”, destacó, Hernández Beltrán.
Ante el crecimiento que ha tenido el Banco de Ropa y Enseres, con la campaña “Si no lo usas, dónalo”, tienen instalados centros de acopio permanentes que son contenedores fijos y seguros en la iglesia del Carmen y del Espíritu Santo en Las Quintas, en la colonia Interlomas, Barcelona y La Primavera, en el Tecnológico de Monterrey y si los donantes lo prefieren, acuden por la donación a los domicilios en casas y empresas.
Con el programa estrella “Vistiendo tu comunidad”, los voluntarios acuden a sectores de alta o muy alta marginación de Sinaloa, en donde instalan todos los productos donados, algunos sin costo para las personas que no cuentan con recursos y otros con bajos precios desde 10 pesos, para poder financiar el banco.
Otros de los rubros que cuentan son el de “Atención en instituciones”, en donde reciben las solicitudes de donaciones de IAP que dan asilo a migrantes y “Atención en caso de emergencias”, en el que cuentan con alrededor de 16 tarimas de ropa listas para en caso de que ocurra algún desastre natural.
En las instalaciones en Bachigualato, se lleva a cabo todo el proceso de separación, etiquetado e inventario de las donaciones para en un pequeño bazar permanente los artículos están disponibles para la sociedad en general, a quienes se les registra en el sistema para un mayor control.
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Durante los meses de la pandemia y con el ánimo de apoyar a los integrantes del ejército blanco, realizaron donaciones en 13 hospitales públicos de Culiacán y Mazatlán con 84 mil 742 artículos de protección, los cuales recibieron de empresas locales e internacionales.
En la trayectoria de Guillermo en las instituciones de asistencia privada, se ha percatado del cambio que se genera en los voluntarios que se suman a la iniciativa por diversas situaciones, quienes con su granito de arena, dedican horas de trabajo para que una persona necesitada reciba esa ayuda que tanto anhela.
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