Mazatlán, Sin. - A casi un año de cristalizar por iniciativa propia la instalación de una biobarda ecológica que disminuye el paso de toneladas de basura del estero del Infiernillo al canal de navegación, y de ahí al mar, la ciudadana Sofía Trejo Lemus no quita el dedo del renglón en el tema del medio ambiente y ya prepara la continuación de su proyecto.
Convencida de que las mejores acciones en contra de la contaminación generada por los desechos sólidos urbanos, son más eficaces si se involucra a la gente, esta vez planea emprender una campaña de educación ambiental en colonias aledañas al estero del Infiernillo, así como el barrido de desechos que flotan en los cuerpos de agua y el canal de navegación, a través de una lancha con motor.
Ella estudió Ingeniería en Alimentos, una carrera que combina la microbiología, la química, la física aplicada y la ingeniería; al inicio de su carrera, trabajó en la industria alimentaria del puerto, donde estuvo en contacto con el mar y con los recursos que este provee, después incursionó en la docencia, fue directora por 12 años en el colegio Begsu de Mazatlán, en la que se imparte secundaria y preparatoria, y más recientemente se desempeñó en el sector pesquero dando educación a pescadores.
Sofía Trejo se describe como una ecóloga frustrada, pues, aunque su carrera le gusta mucho, el estar en contacto con el mar y con los recursos marinos por mucho tiempo, le nació la preocupación por el medio ambiente.
Siempre que pláticas con los pescadores, es el mismo comentario: cada año se disminuyen las capturas, cada temporada es más difícil la pesca, cada vez se tiene que ir más lejos para pescar y qué ves, mucha contaminación; de verdad es preocupante, soy muy dada a ver noticias y estar leyendo, te das cuenta que ya no es una cuestión de si quieres, es una cuestión de que tienes que hacer algo.
Sofía Trejo Lemus
Lo más difícil de la educación ambiental, indicó, es que debe de haber un cambio radical de hábitos que rompa con las costumbres, el consumismo y la modernidad de la sociedad.
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La sola acción de colocar una biobarda ecológica en el puente Juárez, el pasado 5 de junio, fecha en que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, impactó a toda la sociedad mazatleca, ya que, en la primera lluvia de la temporada, acumuló 20 toneladas de basura que requirió tres días para retirarla, y en la segunda precipitación otras 10 toneladas.
Fue para que la ciudad se diera cuenta, para que dimensionaran y que visualizaran lo que estamos mandando al mar; había de todo, material de refrigeración, envases, un perro muerto; pensamos que con la ayuda de los voluntarios íbamos a poder retirar la basura, no se pudo, tuvieron que venir cuadrillas del municipio, Pinsa envió 3 tinas de esas grandotas, hubo mucho apoyo de los sectores, entre todos haciendo llamadas, no podíamos conseguir las grúas, estuvimos aquí desde las 7:00 de la mañana y nos fuimos a las 6:00, todos quemados, cansados, pero satisfechos de saber que evitamos que 20 toneladas terminaran en el mar.
Sofía Trejo Lemus
PRIMER PROYECTO: CONTENEDORES
El primer proyecto que emprendió Sofía Trejo en pro del medio ambiente, fue la elaboración e instalación de contenedores de plástico PET en la zona costera de Mazatlán, previo a la Semana Santa de 2019, la cual tuvo un éxito rotundo al sumar el esfuerzo de escuelas, instituciones educativas, universidades, organizaciones civiles y el sector empresarial, además de detonar una campaña de limpieza en todas las playas del puerto.
Se juntaron varios sectores de la población y fue un éxito, fue algo que nunca se había hecho en Mazatlán, hicimos los contenedores de PET de material reciclable, mi proyecto se basaba más que nada en que el que participara tenía que ser de manera voluntaria y trabajamos con donaciones, por un lado, demostrar que si tu invitas a la población y le comentas cuál es el objetivo, la población va a participar.
Sofía Trejo Lemus
En este trabajo participaron alumnos y docentes de la Universidad Politécnica de Sinaloa (UPSIN), Instituto Tecnológico de Mazatlán (ITMAZ), Colegio Begsu, Cámara Nacional de la Industria Pesquera, entre otros.
Uno de los contenedores con forma de caracol fue elaborado por el ITMAZ, mientras que alumnos del UPSIN fabricaron depósitos en forma de una vaquita marina, una ballena y una tortuga, mismos que se instalaron en la Plazuela de los Leones, Parque Ciudades Hermanas, en playa Cerritos e Isla de la Piedra, el PET recabado se donó a organizaciones civiles y albergues como Una Gota en el Océano.
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BIOBARDA ECOLÓGICA
La idea de la biobarda ecológica surgió de un proyecto artesanal que emprendió Guatemala como estrategia frente a un país vecino, en el que se usaba material reciclable y con el cual se retenía hasta un 60 o 70% de los residuos sólidos.
Trejo Lemus recuerda que tuvo que realizar varias pruebas antes de elaborar el diseño de la biobarda que ahora funciona en el puente Juárez, con modelos de diferente diámetro y longitud, hasta adecuarlo a las condiciones del lugar.
Esta funciona con dos tramos de 22 metros, rellenos de 600 envases de plástico de 2 y 3 litros cada uno.
A diferencia del diseño de Guatemala que es una sola funda, la del puente Juárez está hecha de tramos de 3 metros unidos entre sí e incluye una falda de red de medio metro para que retenga los residuos que se desplazan bajo la superficie, como son bolsas de plástico.
Para fabricar la biobarda se tuvo que convocar a instituciones educativas, organizaciones civiles y sector empresarial para que se unieran a esta tarea, cuyo proceso duró desde finales de abril hasta el 5 de junio del año pasado, que fue cuando se colocó.
Al principio estábamos ávidos de ver que retuviera basura, todavía no llovía y veíamos poca basura, y a los 15 días nos robaron una parte.
Sofía Trejo Lemus
Se realizó una segunda convocatoria para acopiar envases de plástico, y en menos de dos semanas ya estaba instalado el tramo, la biobarda empezó a funcionar y logró retener alrededor de una tonelada los meses de junio y julio, pero en agosto, en una lluvia fuerte, acumuló 20 toneladas de basura y en una segunda precipitación 10 toneladas más, lo cual llamó la atención de propios y extraños.
Ante este éxito, algunas empresas como Pesca Azteca se sumaron al proyecto y donaron material de desecho más resistente que el plástico PET con lo que se suplió uno de los tramos y se colocó otra biobarda en una de las bocas que desembocan al mar y en el que confluyen arroyos y canales de 17 colonias, entre ellas el fraccionamiento El Cid.
Actualmente, Sofía Trejo tiene planes de emprender una campaña de educación ambiental en colonias aledañas al estero del Infiernillo, y extender el barrido de basura hacia aguas del canal de navegación, lo único que la detiene es la contingencia que se vive por el tema del coronavirus, pero asegura que una vez que pasen los riesgos, retomará su tarea en pro del medio ambiente.
PARA SABER
La biobarda ecológica no sólo funciona durante las lluvias, ya que fuera de la temporada, Javier Acosta, el pescador que les ayuda, retira entre 9 y 13 costales de basura al día.
DATO
20 toneladas de basura es la cantidad más alta que ha acumulado la biobarda, luego de una lluvia fuerte en el puerto.
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