Culiacán, Sin. -Lonas de casa en casa, volantes, calcas, trípticos, abanicos, banderas, espectaculares… todo eso y más es lo que va y viene en las campañas electorales, como parte de la estrategia de campaña y publicidad de cada unos de los candidatos y candidatas.
Son cientos de toneladas de este tipo de publicidad, que cada proceso electoral terminan en la basura, pero, además, de acuerdo con los reportes de fiscalización del INE son más de 10 millones de pesos los invertidos por parte de los candidatos a senadores, mientras que, la mayoría de los candidatos locales a las alcaldías y diputaciones locales no presentan gastos en propaganda.
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Aun así, las y los candidatos locales tienen “tapizada” las ciudades de propaganda política, por ejemplo, es visible como Juan de Dios Gámez Mendivil, candidato de Morena a la alcaldía de Culiacán, tiene acaparados los espectaculares de la ciudad y no reporta ningún gasto ante el Instituto Nacional Electoral en ese aspecto.
Sin embargo, su adversaria, Erika Sánchez, de PRI, PAN, PRD y PAS, presenta un gasto de poco más de 600 mil pesos en propaganda, aunque tiene muchos bulevares flanqueados por su imagen en cartón.
Por su parte, los aspirantes a la alcaldía de Mazatlán, Estrella Palacios de Morena y Guillermo Romero de PRI, PAN y PRD presentan gastos de 365 mil y 410 mil pesos, respectivamente.
Mientras que en Ahome, Gerardo Vargas Landero de Morena, presenta gastos mínimos de 38 mil pesos, el cual, es superado por mucho por el registrado por Domingo Vázquez de Fuera y Corazón, quien presenta un gasto de 257 mil 138 pesos.
Sin acatar la Ley
De acuerdo con el artículo 06 del Reglamento de propaganda política del Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, cada partido político debe preparar y presentar un plan de reciclaje de la propaganda utilizada por las y los candidatos en etapas de precampaña y campañas, sin embargo, ningún partido político de Sinaloa cumple con el requisito. Además, deben utilizar materiales biodegradables y con el símbolo de reciclaje en su diseño.
“Toda la propaganda electoral impresa utilizada durante la campaña electoral deberá ser reciclable, fabricada con materiales biodegradables que no contengan sustancias tóxicas o nocivas para la salud o el medio ambiente”, expone el artículo.
También se determina que, la propaganda deberá ser retirada de la vía pública 7 días después del término de las campañas electorales, sin embargo, de no hacerse por parte de los partidos políticos el Ayuntamiento deberá intervenir en el retiro, pero se cobrará a los partidos políticos el servicio, descontarán de sus prerrogativas.
Sin embargo, la propaganda no tiene destino final, únicamente es depositada a la basura. De acuerdo con la Fundación por el Rescate y la Recuperación del Paisaje Urbano en estas elecciones de 2024, se espera que la basura electoral sea de 25 toneladas en Sinaloa, cinco toneladas más que en el proceso electoral del 2018.
No hay reciclaje
Ruby Romero, directora de Más Planeta, una asociación local dedicada al cuidado al medio ambiente, expresó que lo que dispone el reglamento en materia de reciclaje “es letra muerta”, puesto que no instruye a los partidos políticos como deben proceder con la propaganda y es una realidad, que ninguno se preocupa por tener utilería que sea amigable con el medio ambiente.
“Es necesario que se acompañe una estrategia de campaña que sea más amigable con el medio ambiente, en cuestiones de residuos, el hecho de hacerlo desde antes disminuye mucho el impacto ambiental, los partidos necesitan de conocimiento y capacitación sobre el tema de residuos y reciclaje y ninguno lo tiene”, expuso.
Una de las propuestas sería que los utensilios de propaganda se puedan reutilizar y que, ante el hecho de que no se pueda recuperar toda la “basura electoral”, los partidos se comprometan a subsidiar otros esquemas de reciclaje de otros residuos.
“No se van poder recuperar cada uno de los volantes que se tiren, es imposible, pero porque no comprometerse en ayudar a reciclar otros residuos, con otras organizaciones y asociaciones dedicadas a eso, puede ser una mejora en la Ley”, dijo la ambientalista.