Beto Caimán juega con los cocodrilos

Heribeto Salomón Arellanes trabaja desde hace 30 años en la conservación de esta especie en peligro

Josefina Rubio | El Sol de Sinaloa

  · sábado 12 de junio de 2021

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Culiacán, Sin.- Desde hace 30 años Beto Caimán se ha dedicado al cuidado y conservación del cocodrilo en la región de Eldorado. Traslada los nidos a su casa para evitar que sean presas de los depredadores.

Hoy en día su casa es el hábitat de los cocodrilos y hasta duerme con ellos.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Heribeto Salomón Arellanes, mejor conocido como Beto Caimán, es originario de esta sindicatura, desde los tres años ha convivido con los reptiles y cuida de ellos con el objetivo de que su especie no se extinga en México.

Cuenta que normalmente los cocodrilos pueden poner entre 25 y 60 huevos, sin embargo, no todos se logran sobrevivir por ser víctimas de depredadores.

A decir de Heriberto, si quedan a la deriva, se logra el uno por ciento de las especies y si los traslada a su casa puede lograr el 80 por ciento.

EL AMOR POR LOS REPTILES

A la edad de tres años decidió cambiar los carritos, trompos y bicicletas, para irse a la Laguna de Chiricahueto, ubicada a unos kilómetros de su casa y así poder jugar con víboras de cascabel, tarántulas, cocodrilos, a quienes consideraba sus amigos.

“Mis papás eran jornaleros agrícolas, me dejaban solo y yo aprovechaba para irme. Siempre me han gustado los animales. A pesar de agarrar los animales nunca me hicieron daño, desde pequeño nadaba en los drenes y la laguna”, compartió.

Así pasó el tiempo y su amor por reptiles fue creciendo aún más, relata que fue a la edad de ocho años cuando sus padres se enteraron a qué iba a la laguna, y más se sorprendieron cuando supieron que jugaba con los cocodrilos.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

“Mis papás no sabían lo que yo hacía, y cuando yo me iba a la laguna me decían ¿qué tanto haces allá? Y yo averígüenlo, hago cosas maravillosas. Hasta que supieron que cuidaba a los cocodrilos”, dijo.

Su sueño siempre ha sido tener un zoológico y una reserva para que los animales anden sueltos, crezcan algunos en su hábitat natural y así se desarrollen libremente.

“Recuerdo que mis papás me decían, estás loco ocupas mucho dinero para hacer eso. Y yo solo les decía, algún día”, reveló.

BIÓLOGO SIN ESTUDIO

Heriberto comenta que solamente estudió hasta la preparatoria, pues su intención era estudiar ciencias del mar en Mazatlán, pero al no tener recursos para ello, tuvo que aprender a prueba y error.

“Sin querer soy especialista en los reptiles, los conozco sin estudiar alguna carrera, incluso creo que aprendí más conviviendo con los cocodrilos, que si hubiera acudido a una escuela”, asegura.

Fue al término de la prepa cuando optó por dedicarle su vida a estas especies, descubrió que si los huevos no eran cuidados con exactitud, los cocodrilos no se podían formar, incluso al grado de poder extinguirse.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Decidió llevarse los nidos y huevos a su casa, para así darle el cuidado adecuado y al periodo de un año poder liberarlos en las lagunas, drenes y canales.

“Tienes que saber cómo vas a trasladar el huevo, agarras un huevo le echas una tanda de tierra en una cubeta, eso sí, la tierra que está debajo del huevo porque tiene una temperatura, la hecho una cubeta y me la traigo a la casa”, dijo.

Aún sin haber estudiado biología, con el paso Del tiempo aprendió a saber cuáles reptiles mueren en el huevo, cuáles son infértiles, incluso si son machos o hembras.

“Hablamos que las cocodrilo ponían entre 25 y 50 huevos y que la temperatura designa el sexo, de 32 a 34 grados nacen puros machos, de 30 a 32 grados centígrados nacen machos y hembras; y de treinta grados para abajo nacen puras hembras. Los principales depredadores cuando se encuentran en incubación son el coyote, tlacuache, gato montés, mapache y perros domésticos que deambulan por la laguna”, enfatizó.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

REPRODUCCIÓN

En Sinaloa durante el mes de diciembre los cocodrilos empiezan a anidar y reproducirse. La temperatura es indispensable para que los reptiles nazcan en menos de tres meses.

“Son animales de sangre fría, ellos nacen en la temporada caliente. Los cocodrilos para antes de nacer forman entre cuatro nidos falsos para despistar al depredador, entonces en una sola postura te pueden poner entre 25 huevos hasta 60, no todas se logran, se viene logrando el uno por ciento y si yo me los traigo logro el 80 por ciento”, afirmó.

SU CASA HÁBITAT DE COCODRILOS

Beto el Caimán ha llegado a tener hasta 200 cocodrilos en su casa, adaptó uno de sus cuartos para tener a los reptiles a la temperatura que debe haber en el ambiente para posteriormente liberarlos y continuar ayudando con su reproducción.

“Después de que ellos nacieron, los pongo en unos contenedores, los dejo dos semanas sin comer, porque nacen con la pancita gordita. Yo después ya puedo darles trocitos de hígado crudo todos los días”, compartió.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

“Yo lo hago para aumentar la población, hay muy poco cocodrilos. En un futuro no muy lejano, la humanidad va a depender de los reptiles para poder sobrevivir”.

CASI SE LO COMEN

Cuando recién inicio a convivir con los cocodrilos, uno de ellos lo mordió a la altura de la cara y las costillas, perforándole la panza a la altura del corazón. Ahí comenzó la leyenda y el apodo de “Beto Caimán”.

“Me abrió las costillas a la altura del corazón, me soltó cuando le golpee los ojos. Fui al seguro y me daban por muerto, solo me cocieron y a los tres días ya me había recuperado. Y a partir de ahí quise aprender a cómo tratarlos nunca me han dado miedo”, citó.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Beto Caimán actualmente tiene su casa en venta, su objetivo es irse a vivir a un costado de la laguna Chiricahueto, donde tiene pensado construir y crear una reserva natural donde pueda tener a los animales libremente.

No debo dejar nada en esta casa, para que nada me obligue a regresar. Esa es mi meta y la voy a cumplir.

Beto Caiman




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Foto: Cortesía | Zoológico de Culiacán