Culiacán, Sin.- Desde hace poco más de ocho meses, el bombero en retiro, Víctor Manuel Castillo Domínguez emprendió quizá la más ardua batalla de su vida: ganarle al cáncer de próstata que le diagnosticaron luego de notar sangrado al orinar.
Ahora, armado con su férrea voluntad, de vez en cuando, y cuando su estado de salud y ánimo lo permiten, se planta en la avenida Álvaro Obregón y bulevar Gabriel Leyva Solano, para pedir apoyo a los automovilistas y así colectar ahorros para su tratamiento.
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“A veces me canso, también trabajo de paquetero en la Ley Abasto, pero ya cada vez mis energías se agotan”, cuenta este bombero que ahora dice sentirse abandonado por la corporación a la que tantos años le dedicó sus horas mejores como voluntario.
Víctor Manuel, aunque cuenta con Seguro Social, señala que en ocasiones no le proporcionan todas las medicinas y es cuando su pensión de apenas 2 mil 200 pesos, no le alcanza.
“Tengo la pensión de López Obrador, pero esa me la dan cada dos meses y usted sabe que es poco, afortunadamente me he encontrado personas que me ayudan y siempre les voy a agradecer”, dice.
En ocasiones, tiene que costear un medicamento que cuesta 13 mil 800 pesos, y es cuando sale a pedir a las calles, acompañado de su pancarta, en donde dice que el patronato de Bomberos no lo apoyó, y se puede ver su número de tarjeta bancaria y celular para quien quiera ayudarlo.
“El comandante Efraín Araujo (de Bomberos) se molesta porque hice esta manta, que ni me la cobraron, fue un regalo del dueño, y quiere que no la use, pero es la verdad, no me han apoyado”, dice Castillo Domínguez.
Refiere que ya le hicieron 33 radioterapias y que aunque no se ha sentido mal, en ocasiones sangra por la uretra y se encuentra en estudios para determinar la reacción del cáncer ante la radiación.
“Me dice un amigo que a lo mejor el tumor se redujo, pero necesito estudios, ojalá que sí”, cuenta con algo de tristeza.
AQUEL BOMBERO
“Yo siempre fui voluntario en Bomberos, desde 76 comencé a ser voluntario, mientras que mi vida laboral la hice como guardia de seguridad en una empresa particular, de donde me pensioné, cuenta el veterano, que ahora tiene 65 años de edad”, comenta.
En 2018, este bombero de cara delgada y agrietada por las aventuras, fue reconocido por el Heroico Cuerpo de Bomberos con una placa y una estatuilla, que carga de manera orgullosa para todos lados.
“Entré a los 20 años a Bomberos, pero ya a los años, en el año 70, vi cómo llegó una señora llorando con dolores de parto a la Cruz Roja, que estaba donde mismo, en el bulevar Gabriel Leyva, y un socorrista le negó el servicio”, dice.
Víctor Manuel ya vivía con su madre en el callejón frente a la Benemérita, en donde medio siglo después continúa viviendo, y ver la acción de que alguien le negara la atención a una persona, le despertó las ganas de hacer las cosas bien.
Por eso, dice, entró de voluntario a Bomberos, sin paga, pero con el ánimo de salvar vidas. Uno entra aquí para salvar vidas, dice.
“Un 16 de octubre del 76 comencé y a los días me tocó un choque donde me encontré al socorrista que le negó el servicio a la doña y le recordé que estamos para servir.”
A lo largo de los años, cuenta, le tocó salvar muchas vidas, pero ser un héroe sin capa no le retribuyó económicamente, como hasta la fecha sigue siendo en el voluntariado.
Dice que le hizo una promesa a su madre, que cuando ella ya no estuviera, él se retiraría de ser Bombero y así fue en 2018, cuando el cuerpo lo despidió con un reconocimiento.
Sin embargo, ahora que le han detectado el cáncer, su pensión de 2 mil 200 pesos mensuales es insuficiente para abastecer las medicinas, que le han llegado a costar hasta 15 mil pesos.
- 42 Son los años que permaneció como voluntario en Bomberos Culiacán.
- 14 Mil pesos le llega a costar un tratamiento para el cáncer de próstata.
SIN APOYO
De manera oficial no le han dado apoyo, pero Víctor cuenta que ya una vez el gobernador Rubén Rocha le dio un dinero para las medicinas.