Culiacán, Sin.- Su familia se lo ha dicho: Deja a Bonfilo, pero yo les contesto que no puedo dejarlo sólo; él nunca me dejó sola.
Catalina tiene 58 años y lleva 6 años de pareja de Bonfilo, quien actualmente se enfrenta a la discapacidad que lo tiene reducido en una vieja silla de ruedas.
Con sus manos callosas y a paso cansado, Catalina empuja a Bonfilo en la silla de ruedas deteriorada, con las llantas gastadas y sin reposapiés, a veces caminando unos metros, otras veces recorriendo kilómetros de la ciudad capital, en busca de la moneda para subsistir.
"Ando echándole ganas porque, la silla no sirve, se atora y él se cansa mucho porque no tiene para sostener los pies", comentó.
Catalina narró desde que comenzó su viacrucis partir del 17 de mayo del 2021, en ese entonces, Bonfilo se encontraba trabajando fuera, en el estado de Guerrero, sin embargo llegó a Sinaloa, sin avisarle a su esposa con el fin de darle una agradable sorpresa, pues tenían tiempo que no se miraban.
Al llegar casi a su casa en la sindicatura de Villa Juárez, Navolato, lo interceptaron varios sujetos, lo asaltaron y lo golpearon.
A sus 61 años, los fuertes golpes que recibió, le ocasionaron una conmoción cerebral, perdió la memoria, la vista, equilibrio y coordinación, por lo que quedó en una silla de ruedas.
"Desde esa fecha, sufriendo con él y todo en las calles, a veces comemos, a veces no", relató Catalina.
NECESITA MEDICINAS
Bonfilo requiere medicamentos controlados, mismos que no ha podido comprar porque no tienen los recursos suficientes para pagarlos, situación que ha provocado que Bonfilo tenga ataques de crisis nerviosa.
"Le hago la lucha para que no se estrese, porque del mismo desespero se pone mal, se me echa encima, me aruña, me golpea; pero yo sé que no está en él, su mismo problema lo tiene así", dijo.
Desde hace un año, que se salieron de Villa Juárez, Catalina y su esposo, viven en una casa de huéspedes llamada "Isabel", en donde les cobran 140 pesos el día, de tal manera que, cuando no logran juntar la cuota se quedan a dormir a la intemperie.
"Una vez no saqué ni pal cuarto y nos fuimos al hospital general, estuvimos toda la noche temblando de frío, hasta que una señora nos dio una cobija y lo tapé a él" recordó.
Catalina y Bonfilo, sobreviven a veces con 200 pesos al día, que es lo que logran recabar de la ciudadanía cuando les va bien.
La rutina diaria es levantarse a las 9 de la mañana, apurarse para bañarse y cambiarse porque el cuarto se les vence a las 12:00 horas, agarran su rumbo y se instalan en la calle Domingo Rubí del centro, con un vasito color rojo y un letrero que 'Bonfi' carga en su pecho, en el que pide una cooperación, o incluso se hace notar con sus gritos: ¡Por favor ayuden!.
"Es muy cansado para mí porque estoy mala de la columna, pero, ¿Qué voy a hacer?, yo tengo que tener fuerzas para sacarlo adelante" subrayó.
Catalina, actualmente está tramitando la ayuda del Gobierno Federal, la pensión para personas discapacitadas. Platica que ya está con los trámites para el registro.
"Llegando la ayuda ya no vamos a sufrir tanto, esa feriecita que nos llegue nos va a estar sirviendo para comer" aseguró.
Asimismo, están a la espera de que alguna persona de buen corazón les regale una nueva silla de ruedas, en la que Bonfilo pueda estar agusto y a Catalina se le facilite trasladar a su esposo.
AYUDA
Si alguien desea ayudar a éste matrimonio, la señora Catalina deja su número de celular: 66-71-85-20-95. Requieren medicinas, alimentos y apoyo para hospedaje.
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