Culiacán, Sin.- Ni el Covid-19 logró detener a los oniomaníacos o compradores compulsivos, durante el encierro medio se contuvieron, pero ahora, el Buen Fin los ha puesto en movimiento, compran de todo aunque no lo necesiten, porque las ofertas son tentadoras, aunado al síndrome que los aqueja.
Adriana, es terapeuta y en la entrevista habla como profesionista, pero también como compradora compulsiva, porque ella pasó por ese estado.
“Durante la pandemia me empecé a contener. Me está costando mucho trabajo salir del síndrome de compra compulsiva, oniomanía o shoppingmanía, fue necesario pedir ayuda, porque estaba acabando con la estabilidad familiar.
De entrada, entre broma y en serio, señala que para llegar a ser un comprador compulsivo, es porque si te dejas las ofertas de atrapan y ya te…
“Cuando me di cuenta que era una compradora compulsiva, me dije bien dicen que candil de la calle, oscuridad en tu casa, pero era algo que me gustaba, que me atraía, no podía detenerme cuando salía de compras, siempre he tratado que mis amistades, mis pacientes se enteren, ya en menor medida, que tengo el síndrome de compra compulsiva que me altera el comportamiento, es algo así como las adiciones”, explica.
Destaca que para que una persona se diagnostique psicológicamente como comprador compulsivo tendría que presentarse con cierta regularidad el deseo de ir de compras, experimentar al momento de adquirir tal o cual producto, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad y después una gran culpa.
UN PROBLEMA EMOCIONAL
“Casualmente llega un sentimiento de culpa. Sobre todo cuando se analizan las compras y se determina que son productos en su mayoría superfluos, pero en muchos casos a pesar de estos sentimientos de culpa, un comprador compulsivo no se detiene por ello y muy probablemente, pierda el control y regresen esos impulsos de comprar, nuevamente y lo haga”, narra.
Dice que en lo personal tiene muy claro por qué una persona es incapaz de controlar sus tendencias e impulsos que le llevan a comprar por comprar, sin embargo, asegura que ella como una justificación se decía tengo que salir de compras, estoy agobiada por tanto trabajo, atender a la familia y lo único que me relaja es salir de Chopin.
“Cuando me llega un o una paciente, la remito con otro colega porque sería una incongruencia tratarlos, cuando yo por falta de voluntad, fui dejando que el problema creciera, me justificaba cuando salía de Chopin decía que me relajaba, que me hacía sentir bien, claro cuando compro aquí y allá me siento bien, pero ya en casa siento remordimientos, por lo que gasté, por no controlarme”, detalla.
Precisó que para una buena terapia, primero hay que reconocer que es una o un comprador compulsivo y lo recomendable para no caer en ese síndrome, por ejemplo ahorita con el Buen Fin, es comprar lo que realmente necesitas, hacer una lista y ceñirse a ella, pero sobre todo, medirte en los gastos, hacer un presupuesto y no superarlo.
“Para mí el Buen Fin va a ser una prueba de fuego, para empezar, no estoy al pendiente de las ofertas porque lo más importante es tener voluntad, pedir ayuda y deseos de dejar este síndrome atrás, porque puede acabar con tu estabilidad económica, diferenciar entre lo que es un deseo y una necesidad, o cuál es el motivo que nos lleva a esa urgencia de adquirir cosas”, señala.
La terapeuta recomienda también, porque lo ha vivido en carne propia, dentro de la tienda, está la tentación de llevarse por ejemplo una blusa porque te gusta, está en oferta, es de tu color favorito, pero, tienes otras parecidas, lo que se debe de hacer es esperarte una media hora antes de comprarla, medita muy bien ese deseo.
RECOMENDACIÓN DE PROFECO
“A mí me ha dado muy buenos resultados, además, si la ansiedad persiste, hay que salirse del lugar, distraerse, calmar la ansiedad y volver al lugar”.
Recuerde que hasta el martes 16 de noviembre podrá aprovechar las ofertas y descuentos que el Buen Fin te trae, pero tranquila, tranquilo, no se gastes todo el aguinaldo ni desperdicie sus ahorros en compras innecesarias para tu vida o que sólo aumentarán tus deudas, pero, sobre todo, que no sea el principio de caer en compradora o comprador compulsivo.
Para ello, también la Procuraduría Federal del Consumidor, le da una serie de consejos para no gastar en el Buen Fin y no morir en el intento.
Durante el fin de semana más barato del año podrás adquirir alimentos, zapatos, ropa, electrodomésticos, autos y otros artículos, que seguro querrás con ofertas o descuentos, pero es importante que te midas en las compras y no te gastes todo tu capital en cosas que en verdad no necesitas, pide la Profeco.
Recomienda comparar precios en diferentes establecimientos durante el Buen Fin, así como días antes para encontrar una oferta real y no un engaño más de esta fecha. Identificar los beneficios que ofrece cada comercio, como descuentos, bonificaciones en monederos de regalo, meses sin intereses, entre otras.
Asegúrate de liquidar tu deuda en los plazos establecidos para no acumular intereses. Evita gastar en cosas que no necesites. Haz una lista de lo que en verdad ocuparás y apégate a ella a la hora de comprar. Evita las tiendas muy concurridas y el tráfico, eso te puede generar otro tipo de gastos. Revisa también las ofertas en los sitios de internet de las tiendas, te puede ahorrar tiempo y dinero.
Realizar un presupuesto y no olvidarlo para no desfalcar tu economía. No te dejes engañar con las compras con tarjeta de crédito éstas te pueden llevar a gastar más. Decide qué es más importante entre comprar cosas que sí necesitas o los lujos que quieres.
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