Culiacán, Sin.- Las frases bíblicas “Polvo eres y en polvo te convertirás”. “Conviértete y cree en el evangelio”, pronunciadas por el sacerdote mientras ponían una cruz en la frente, quedaron atrás debido al Covid-19, hoy un silencio sepulcral se vivió en muchas de las iglesias de Culiacán, donde sólo se veía la ceniza caer lentamente en las cabezas de los católicos.
El inicio de la Cuaresma (los 40 días en los que los católicos se preparan para la pasión, muerte y resurrección de Jesús) muchos católicos y al igual que el sacerdote con cubrebocas y en silencio se hizo el ritual.
Cada año se dejaban ver por las calles miles de católicos con esta señal en su cara, ahora todo fue diferente, al salir de los templos la gente se veía cabizbaja y preocupada.
El vocero de la Diócesis de Culiacán Esteban Robles, explicó que para evitar el contacto físico, todos los sacerdotes dejarán caer la ceniza sobre la cabeza de los feligreses.
Además informó que para toda aquella persona vulnerable que está resguardada en su casa y no puede acudir a los templos, se repartieron pequeños sobres con cenizas
“La ceniza tendrá que colocarse espolvoreándola en la cabeza de la persona, por lo tanto no hay un contacto físico y la frase que se suele decir, se omite, para evitar aglomeraciones. Se espera un flujo constante y también, si una persona desea llevar a casa la ceniza para un miembro de su familia, lo podrá hacer”, dijo.
“No importa cómo, pero la chispa del señor se manifiesta en nuestro corazón”, dijo la señora Socorro López, quien recogida en sus propias meditaciones acudió a catedral a recibir el signo de la vida eterna.
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Destacó que Dios no necesita un lugar físico para habitar en nuestro corazón, “mi conexión con Él es con la oración, porque cada vez que rezo me da paz, seguridad y mi corazón queda tranquilo. La ceniza solamente es un signo que puedo traer en la frente o en la cabeza”, dijo.
La mayoría de los que acudieron a recibir la ceniza, aseguraron que contrario a otros años, acudieron más temprano de lo acostumbrado para pedirle a Dios su protección y benevolencia para que se apiade del mundo y pare de una vez por todas con la pandemia que está haciendo sufrir a las familias de todo el universo.
“Yo llegaba corriendo, apenas me ponían la cruz de ceniza, me persignaba y correr a realizar mis quehaceres, ahora, no, medité un poco, luego me quedé otro ratito pidiéndole a Dios por mi familia y el mundo entero”, señaló Concepción Lizárraga.
La realidad es que el Creador está en todos lados, si me la impusieron en la cabeza, o en la frente como en otras veces, no importa, lo importante es cuidarnos, señaló
Librado Torres
El señor Librado dijo que ojalá que en esta cuaresma, la gente haga un alto en su camino y se arrepienta de todo lo malo que ha hecho.
“A lo mejor Dios quiere que dejemos de hacer cosas malas, por eso nos mandó esta pandemia para que seamos mejores, justamente con acciones de compartir, agregar valores a la sociedad, a nuestro prójimo”, dijo.
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