Culiacán, Sin. - El olor a comida es más que evidente. Por la avenida Álvaro Obregón y Artesanos, en el corazón de la colonia Tierra Blanca, los humos deliciosos brotan de la Lonchería Adelita. Por más de 18 años sigue vigente en el gusto de sus fieles clientes.
Ahí la señora Adelita permanece activa a pesar de su edad, moviendo sus manos de un lado, con el sartén aquí y allá. La especialidad de la casa: caldo de albóndigas, repleta de verduras, como zanahoria, papa, ejotes, chayote que conforme la temperatura lo envuelve nos invita a que degustemos su sazón casero.
Ella transita por los pasillos de su cocina con una memoria fotográfica: sin mirar, ubica el sartén, la lumbre que emana de la estufa, la sal, la pimienta, las tortillas y los platos, donde la cocina se sienten sabores y colores de la creación de Adelita Astorga Peña, una mujer de más de 67 años, que tiene su lonchería del mismo nombre, donde la afluencia de clientes poco a poco va disminuyendo, pero ella conserva ese sazón que sus pocos clientes prefieren.
“Trabajé por muchos años en un restaurant de renombre en Culiacán, luego opté por renunciar y poner mi propio negocio, que por más de 18 años estamos aquí ubicados, pero la verdad me siento cansada a mis 67 años, porque ya no es rentable estar”, agrega Adelita, quien no deja de levantar la sartén mientras confiesa sus gustos culinarios: le encanta preparar diferentes platillos.
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CANSANCIO
- ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción en estos 18 años de estar cocinando para propios y extraños?
“Un poco de amor de mis pocos clientes”, describe uno de los ingredientes personales que hacen que las personas la feliciten y la hagan sentir “bonito” por su sazón, porque esa es una de sus principales satisfacciones.
- ¿Qué le falta por hacer?
Me siento cansada, pensando en retirarme de mi negocio, porque ya no es rentable, enfocarme más en mi mamá, que tiene 98 años. Ya he trabajado mucho, creo que es momento de enfocarme más en mi persona.
Adelita
No hay una figura que le inspiré tanto como lo hace su mamá. Doña Adelita dice “esta no es una historia romántica hecha para agradar a la opinión pública, es la realidad”.
Lo cierto es que su hijo Blas Eladio ha sido su origen y sigue siendo su sostén y su madre Mercedes Peña Terán ha sido su mejor maestra y motivo a seguir.
Según Doña Adelita, varias generaciones han probado su sazón y llegan a su local a degustar los platos típicos que ofrece como carne asada, caldo de pollo, bistek, huevos al gusto, en fin, tanto desayuno y comidas.
Después de años de caer rendida en su cama todos los días a las seis de la tarde, en el recuento de su esfuerzo pueden enlistarse algunas glorias: ella disfruta de sus pocos clientes que se vayan contentos después de probar lo que sus manos madrugadoras preparan antes de que el sol asome en su lonchería que le ha dado mucho.
Pensar en una lonchería es, casi siempre, dirigirse a “esas épocas” que nadie sabe realmente cuándo fueron, pero están atrás y lejos. Las pocas loncherías auténticas que quedan en la ciudad cumplen esa función tan necesaria para el espíritu que es sentir que algunas cosas no han cambiado y eso las distingue de otros restaurantes informales es su antigüedad.
Concluyó en que ella cree que la cocina ha tenido una buena evolución, pero no hay como el hogar cuando de comer algo rico y estimulante se trata. Eso es ley para casi todos. La sazón casera pocas veces tiene comparación, porque es habitual que provenga de nuestras madres y abuelas consentidoras. Por supuesto, salir a comer a un sitio diferente y agradable también es un placer inevitable. Eso es lo que hace, justamente, Doña Adelita en su lonchería.
PARA SABER:
Doña Adelita trabajó por muchos años en el restaurante La Carrera de los Colin´s, es jubilada. Con su lonchería tiene 18 años.
El sabor siempre se queda en la familia y se trasmite de generación en generación usando las mismas técnicas y los secretos de la familia.
Adelita, Dueña de lonchería
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