Culiacán, Sin.- Reyna Ruiz ingresó a Cruz Roja a los 26 años siendo ya madre de tres y con una carrera por delante. Fue a finales de 1994 que integró como operadora de radio y, solo 15 días después, se presentó como aprendiz en su primer servicio.
Eran los primeros días del año. Por la mañana todo estaba tranquilo, cuando de pronto el ruido de la chicharra retumbó dentro del área de socorros. Por la radio informaban de un “trampero” que había sido arrollado por el tren en Estación Obispo, al sur del municipio de Culiacán.
Para la joven socorrista esto le resultaba extraño, pues en El Salado se tenía una unidad, misma que después se enteró se encontraba en servicio con múltiples heridos en Quilá.
El viaje fue corto. En tan sólo 25 minutos se encontraban en las vías del tren. Reyna recuerda haber llegado rápido por el poco tráfico que hacía en la ciudad.
Al llegar a las vías observaron al tren casi a un kilómetro de distancia, y un tumulto que observaba atónita la escena.
El operador de la unidad de socorros conducía lento, en busca de algún indicio del cuerpo del hombre que había sido arrastrado por el tren; de pronto la ambulancia se detiene y desde afuera de la unidad una mano sostiene algo, es la mano del hombre.
Rápido, Reyna la tomó y envolvió en una sábana y la unidad partió de nuevo. De pronto se detuvieron. Del otro lado de la vía, encontraron un fémur con todo y pie, de nueva cuenta lo pasaron a la parte trasera donde la aprendiz viajaba.
Al acercarse un poco más hacia donde se encontraba el tren, pudieron ver el resto del cuerpo. Con una sábana, los compañeros de la aprendiz taparon el cuerpo del hombre.
En todo momento Reyna estuvo tranquila. Trataba de que las emociones no le ganaran, pues cuenta en ningún momento sintió miedo o asco, simplemente seguía órdenes y decía estar bien.
Ya de regreso a la estación sus compañeros le hablaron con calma y desde la realidad, haciendo saber que ese tipo de servicios ocurrían muy a menudo y que se debía tener estómago para poder sobrellevarlos.
Sin embargo, no todos fueron duros. Reyna recuerda a una de sus compañeras, Avela Aguilar, quien se acercó y le explicó que, si bien ese tipo de servicios eran muy frecuentes, había otros muchos en los que los socorristas salvaban vidas.
TRAYECTORIA
Reyna Ruiz ingresó a Cruz Roja a la edad de 26 años, primero como radioperadora y luego como socorrista.
En años posteriores obtuvo varios cargos dentro de Cruz Roja tanto local como estatal, llegando a ser coordinadora estatal de capacitación. Posteriormente fungió como jefa de personal a nivel local, así como apoyo en la coordinación de socorros, coordinadora local de capacitación en Culiacán, y regresó a la estatal como coordinadora estatal de voluntariado, siendo este su último cargo. Actualmente apoya en la benemérita desde el voluntariado en veteranos.
Reyna Ruiz culminó sus estudios como licenciada en enfermería pediátrica y neonatología, así como licenciada en sicopedagogía, siendo actualmente dueña y encargada de una guardería.
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