Culiacán, Sin.- Esa noche de invierno Ana Rocha se encontraba en la sala de socorros en la base del bulevar Gabriel Leyva Leyva Solano, cuando del radio llaman para avisar sobre un servicio en la zona sur de Culiacán.
Eran alrededor de las 11 de la noche, su tutora le indicó que debían apresurarse, ya que se trataba de un paciente intoxicado, Ana pensó que nunca le había tocado un servicio con esas características e iba esperando que nada se complicara.
EL ARRIBO
Llegar al domicilio les tomó nomás de 10 min, era una casa pequeña en un fraccionamiento al sur de Culiacán, unas torretas de patrulla fueron las que confirmaron se trataba del lugar. Al arribar al sitio Ana Isabel fue detrás de su tutora, quien le indicaba qué hacer.
Al entrar al domicilio un hombre adulto los recibió, diciendo ser el padre de quien necesitaba las atenciones.
Les indicó que su hijo se encontraba en el baño, (el cual quedaba de frente al entrar), pero que debían esperar a que su hermano lo vistiera, a lo que las paramédicos aceptaron, sin embargo, pasados dos minutos en los que no salían a dar informes decidieron sacar al joven a la sala y taparlo con una toalla.
LAS ATENCIONES
El paciente era un joven de unos 25 años, alto y grueso, lo cual dificultaba movilizarlo, sus manos y boca eran de un color azul, y sus ojos estaban idos, con esto las sospechas de sobredosis por opioides se verificaba, por lo que comenzaron con las intervenciones.
Ante la sintomatología la tutora sabía qué antídoto utilizar, tomaron pulso y oxigenación, la cual estaba a 45, recordando que lo normal es 94%.
La tarea de la joven aprendiz era la de ventilar, ya que las respiraciones del paciente eran jadeantes.
Ana comenzó con la vía aérea, sin embargo, el joven rechazaba el ambú, por lo que Isabel prosiguió ambuceando de a poco, para lograr una respiración normal.
Pasados algunos minutos en los que el paciente se estabilizaba el aplicar el antídoto resultaba casi imposible, ya que sus venas estaban totalmente destruidas y tomaron la decisión de que trasladarlo sería la mejor opción.
Tras conseguir una cobija y poner de lado al paciente, para moverlo a la camilla, este despertó y comenzó a hablar, estaba confundido y desorientado, mencionando que no lo dejaban dormir.
IMPRESIÓN
Ante esta acción las jóvenes paramédicas se impresionaron, ya que el estado del paciente era muy grave y las atenciones brindadas no podrían haber sido suficientes para que este se despertara.
Rocha seguía instrucciones de su tutora, por lo que, al despertar el paciente, esta le indicó que por su seguridad se subiera a la ambulancia.
Después de unos minutos su tutora regresó y señaló que no realizarían el traslado, ya que el padre del joven decidió que los policías lo llevarían hasta un centro de rehabilitación.
Perfil
Ana Isabel Rocha, ingresó al área de Socorros en Cruz Roja luego de haber culminado el curso de Técnico en Urgencias Médicas en enero de este año.
EXPERIENCIA
A sus 20 años, pasa sus días entre las clases de medicina y las guardias en loa institución, planeando seguir brindando este tipo de servicios humanitarios a la comunidad de Culiacán.