/ sábado 4 de septiembre de 2021

Cuando el Covid-19 te lleva a la quiebra

Esta es la historia de Jaime Castro, un hombre que le quieren cobrar el doble en una clínica

Culiacán, Sin.- Después de que pagó casi un millón de pesos para tratarse de Covid-19, vendió todo lo que tenía y su salud empeoraba, pero al no tener más dinero para continuar atendiéndose lo echaron de la clínica Santa María, sin embargo, la historia no quedó ahí, ahora resulta que fue demandado no por la cantidad que quedó a deber, sino el doble y con el 20 por ciento de intereses.

La historia de Jaime Castro Barraza, de 62 años, es como la de cientos de pacientes que ingresan a las clínicas particulares, donde los dejan sin recursos debido a que durante la pandemia los precios de una hospitalización por Covid-19 los han elevado sin ninguna consideración y sin que nadie les ponga un alto.

La tragedia inició a mediados del mes de marzo de 2020, cuando don Jaime se empezó a sentir mal, decía que era una simple gripe –fue casi de los primeros casos-, durante dos días tuvo fiebre, lo que lo obligó ir al Seguro Social de Eldorado.

Don Jaime es un hombre de campo, vive en Jacola, su familia radica en Culiacán, pero en el rancho él es feliz, sembraba su tierrita, tenía sus implementos agrícolas, así que después que le recetaron paracetamol lo mandaron a su casa.

¿Dónde internarlo?

La familia tenía dudas por todo lo que se empezaba a hablar del Covid-19 porque todavía no se conocía mucho sobre la pandemia, pero don Jaime cada día empeoraba decía que no aguantaba los malestares que le provocaba la enfermedad.

Diez días después de que se empezó a sentir mal -el 28 de marzo- se vino a Culiacán, lo llevaron al Seguro Social, pero como había cambio de turno, no lo atendieron.

"Mi papá se sentía tan mal que pedía que por favor lo llevaran a una clínica que tenía sus ahorritos, nunca se imaginó que esos ahorritos no le iban a servir casi para nada", relata Leticia su hija.

Fue así como llegaron a la clínica Santa María, "de entrada para recibirlo nos pidieron 15 mil pesos, más aparte la consulta, las radiografías", recuerda.

Desde que ingreso don Jaime empeoró, fue necesario que le pusieran primero oxígeno por las fosas nasales, después una cincha, luego una mascarilla que le cubría la cara porque cada vez le bajaba más la saturación, ya tenía dañado los pulmones, la situación era crítica, ya no pudo hablar.

Al borde de la muerte

A los tres días de su ingreso fue necesario intubarlo, la situación era más crítica, pasa doce días intubado, otra de las cosas que entiende su familia, es por qué al momento de pagar, en la cuenta que les entregaban, se cobraba por consumo de la cocina.

"No entendemos por qué en la cuenta nos cobraban alimentos de la cocina, si mi papá estaba intubado, no podía comer, le daban por sonda", recuerda.

Después, narra, que los doctores recomendaron que se le hiciera una traqueotomía, misma que la cobró un médico externo -48 mil pesos-, aparte la familia abonaba lo que podía a la clínica, ya que a cada momento amenazaban que iban a sacar a don Jaime si no pagaban porque requerían el espacio.

"Nos amenazaban que si no se abonaba en esos momentos lo iban a sacar. Recuerdo que era semana santa no había bancos ni de dónde sacar préstamos, como pudimos rematamos un tractor, una camioneta y maquinaria para trabajos de siembra, además de que los familiares más cercanos nos apoyaban con lo que podían", recuerda su hija.

La lucha por sacar adelante a don Jaime era titánica, ya que según la familia, diariamente lo atendía un infectólogo que cobraba cinco mil pesos diarios y otro médico cobraba 20 mil diarios más 90 mil pesos por día por estar en terapia intensiva.

"No sabemos cómo lo hicimos, la lucha era titánica, era una disputa contra la muerte y contra la clínica, pero como se dice Dios aprieta pero no ahorca. Había días que no sabíamos que hacer, no teníamos dinero, pero teníamos que pagar seis mil pesos diarios de enfermeras para que lo atendieran desde que se internó".

Jaime Castro Barraza, sobrevive al Covid-19. Foto: Cortesía | Leticia Hernández

Sin dinero

Llegó el fatal día, ya no había dinero, a la clínica se le habían pagado 800 mil pesos, y de manera inmisericorde, la Clínica Santa María, lo echó prácticamente a la calle, todavía muy delicado, don Jaime y su familia no se rindieron, como pudieron, llegaron al Hospital General.

Don Jaime se aferraba a la vida, ya en el hospital a base de cuidados y medicamentos, empezó a recuperarse.

"Pasamos 15 días en el hospital, primero los médicos no se mostraban muy optimistas por la situación en la que llegó, pero finalmente poco a poco se empezó a recuperar. Aquí no pagamos nada porque un familiar se movió y lo registró en el Insabi. Sólo pagamos 15 mil pesos de medicamentos, porque eran muy caros, aunque en el hospital le daban algunos".

La hija de don Jaime recuerda que fueron días aciagos, pero finalmente con fiesta y aplausos de parte de médicos y enfermeras su padre salió del hospital.

Narra que era doloroso verlo, parecía como un niño, no podía caminar, ni sostenerse, ocupaba oxígeno, lo dieron de alta para que no se volviera a contagiar, porque en esas fechas el hospital estaba lleno de Covid-19.

"Gracias a Dios que salió adelante porque en el Hospital General nos tocaron doctores que hicieron mucho y se los agradecemos por no abandonar a un paciente Covid, como lo hacen en muchas clínicas particulares".

El tratamiento por las secuelas siguió adelante, como son terapias, médicos y medicamentos.

Jaime Castro Barraza. Foto: Cortesía | Leticia Hernández

Demanda

Sin embargo, en junio de este año, les llegó un citatorio del Juzgado Sexto Civil de Primera Instancia, Distrito Judicial de Culiacán, donde la clínica Santa María demanda a Blanca Leticia Hernández Rojas.

En el número 543/2021, del expediente, en los hechos se narra que al señor Jaime Castro Barraza se le brindó atención hospitalaria que generaron un costo de un millón 788 mil 982 pesos.

"Los familiares del hospitalizado realizaron diversos abonos al adeudo por un monto total de 806 mil pesos, por lo que queda un saldo de 982 mil 982 pesos", se detalla en el documento.

Quedaron dos pagarés que previamente había firmado por Blanca Leticia, uno con fecha del 23 de abril de 2020, por 536 mil pesos para pagarse el 23 de mayo del mismo año y el otro por 446 mil 982 pesos también para pagarse el 23 de mayo del 2020 con una tasa de interés moratorio del 20 por ciento mensual.

"Hoy en día hay una demanda que no sé qué vaya a pasar, nos están cobrando el doble de la cuenta. Cuando a ellos no les importo sacarlo todavía grave. No tenemos dinero, porque seguimos con el tratamiento por las secuelas que le quedaron…" concluye.




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Culiacán, Sin.- Después de que pagó casi un millón de pesos para tratarse de Covid-19, vendió todo lo que tenía y su salud empeoraba, pero al no tener más dinero para continuar atendiéndose lo echaron de la clínica Santa María, sin embargo, la historia no quedó ahí, ahora resulta que fue demandado no por la cantidad que quedó a deber, sino el doble y con el 20 por ciento de intereses.

La historia de Jaime Castro Barraza, de 62 años, es como la de cientos de pacientes que ingresan a las clínicas particulares, donde los dejan sin recursos debido a que durante la pandemia los precios de una hospitalización por Covid-19 los han elevado sin ninguna consideración y sin que nadie les ponga un alto.

La tragedia inició a mediados del mes de marzo de 2020, cuando don Jaime se empezó a sentir mal, decía que era una simple gripe –fue casi de los primeros casos-, durante dos días tuvo fiebre, lo que lo obligó ir al Seguro Social de Eldorado.

Don Jaime es un hombre de campo, vive en Jacola, su familia radica en Culiacán, pero en el rancho él es feliz, sembraba su tierrita, tenía sus implementos agrícolas, así que después que le recetaron paracetamol lo mandaron a su casa.

¿Dónde internarlo?

La familia tenía dudas por todo lo que se empezaba a hablar del Covid-19 porque todavía no se conocía mucho sobre la pandemia, pero don Jaime cada día empeoraba decía que no aguantaba los malestares que le provocaba la enfermedad.

Diez días después de que se empezó a sentir mal -el 28 de marzo- se vino a Culiacán, lo llevaron al Seguro Social, pero como había cambio de turno, no lo atendieron.

"Mi papá se sentía tan mal que pedía que por favor lo llevaran a una clínica que tenía sus ahorritos, nunca se imaginó que esos ahorritos no le iban a servir casi para nada", relata Leticia su hija.

Fue así como llegaron a la clínica Santa María, "de entrada para recibirlo nos pidieron 15 mil pesos, más aparte la consulta, las radiografías", recuerda.

Desde que ingreso don Jaime empeoró, fue necesario que le pusieran primero oxígeno por las fosas nasales, después una cincha, luego una mascarilla que le cubría la cara porque cada vez le bajaba más la saturación, ya tenía dañado los pulmones, la situación era crítica, ya no pudo hablar.

Al borde de la muerte

A los tres días de su ingreso fue necesario intubarlo, la situación era más crítica, pasa doce días intubado, otra de las cosas que entiende su familia, es por qué al momento de pagar, en la cuenta que les entregaban, se cobraba por consumo de la cocina.

"No entendemos por qué en la cuenta nos cobraban alimentos de la cocina, si mi papá estaba intubado, no podía comer, le daban por sonda", recuerda.

Después, narra, que los doctores recomendaron que se le hiciera una traqueotomía, misma que la cobró un médico externo -48 mil pesos-, aparte la familia abonaba lo que podía a la clínica, ya que a cada momento amenazaban que iban a sacar a don Jaime si no pagaban porque requerían el espacio.

"Nos amenazaban que si no se abonaba en esos momentos lo iban a sacar. Recuerdo que era semana santa no había bancos ni de dónde sacar préstamos, como pudimos rematamos un tractor, una camioneta y maquinaria para trabajos de siembra, además de que los familiares más cercanos nos apoyaban con lo que podían", recuerda su hija.

La lucha por sacar adelante a don Jaime era titánica, ya que según la familia, diariamente lo atendía un infectólogo que cobraba cinco mil pesos diarios y otro médico cobraba 20 mil diarios más 90 mil pesos por día por estar en terapia intensiva.

"No sabemos cómo lo hicimos, la lucha era titánica, era una disputa contra la muerte y contra la clínica, pero como se dice Dios aprieta pero no ahorca. Había días que no sabíamos que hacer, no teníamos dinero, pero teníamos que pagar seis mil pesos diarios de enfermeras para que lo atendieran desde que se internó".

Jaime Castro Barraza, sobrevive al Covid-19. Foto: Cortesía | Leticia Hernández

Sin dinero

Llegó el fatal día, ya no había dinero, a la clínica se le habían pagado 800 mil pesos, y de manera inmisericorde, la Clínica Santa María, lo echó prácticamente a la calle, todavía muy delicado, don Jaime y su familia no se rindieron, como pudieron, llegaron al Hospital General.

Don Jaime se aferraba a la vida, ya en el hospital a base de cuidados y medicamentos, empezó a recuperarse.

"Pasamos 15 días en el hospital, primero los médicos no se mostraban muy optimistas por la situación en la que llegó, pero finalmente poco a poco se empezó a recuperar. Aquí no pagamos nada porque un familiar se movió y lo registró en el Insabi. Sólo pagamos 15 mil pesos de medicamentos, porque eran muy caros, aunque en el hospital le daban algunos".

La hija de don Jaime recuerda que fueron días aciagos, pero finalmente con fiesta y aplausos de parte de médicos y enfermeras su padre salió del hospital.

Narra que era doloroso verlo, parecía como un niño, no podía caminar, ni sostenerse, ocupaba oxígeno, lo dieron de alta para que no se volviera a contagiar, porque en esas fechas el hospital estaba lleno de Covid-19.

"Gracias a Dios que salió adelante porque en el Hospital General nos tocaron doctores que hicieron mucho y se los agradecemos por no abandonar a un paciente Covid, como lo hacen en muchas clínicas particulares".

El tratamiento por las secuelas siguió adelante, como son terapias, médicos y medicamentos.

Jaime Castro Barraza. Foto: Cortesía | Leticia Hernández

Demanda

Sin embargo, en junio de este año, les llegó un citatorio del Juzgado Sexto Civil de Primera Instancia, Distrito Judicial de Culiacán, donde la clínica Santa María demanda a Blanca Leticia Hernández Rojas.

En el número 543/2021, del expediente, en los hechos se narra que al señor Jaime Castro Barraza se le brindó atención hospitalaria que generaron un costo de un millón 788 mil 982 pesos.

"Los familiares del hospitalizado realizaron diversos abonos al adeudo por un monto total de 806 mil pesos, por lo que queda un saldo de 982 mil 982 pesos", se detalla en el documento.

Quedaron dos pagarés que previamente había firmado por Blanca Leticia, uno con fecha del 23 de abril de 2020, por 536 mil pesos para pagarse el 23 de mayo del mismo año y el otro por 446 mil 982 pesos también para pagarse el 23 de mayo del 2020 con una tasa de interés moratorio del 20 por ciento mensual.

"Hoy en día hay una demanda que no sé qué vaya a pasar, nos están cobrando el doble de la cuenta. Cuando a ellos no les importo sacarlo todavía grave. No tenemos dinero, porque seguimos con el tratamiento por las secuelas que le quedaron…" concluye.




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