Culiacán, Sin. - Cuando “Nancy” decidió casarse con su mejor amigo, no llegó a imaginar que el “felices por siempre” iba a esfumarse con la llegada de su hijo, y que, a raíz de querer tomar ella sus decisiones, el equipo que debería ser un matrimonio, se fragmentara.
“Aguántate, de eso se trata el matrimonio, de aguantarse por amor. De apechugar y esperar a que todo se solucione”, esas son las palabras que recibe de la familia de su todavía esposo.
A sus 26 años, es madre de una niña de dos años de edad, trabaja y técnicamente sustenta su casa ella sola, pues, su marido al trabajar fuera del estado toda la semana, muchas veces, no da ni para el gasto de la comida para su hija.
Pero esto no es el punto detonante para que “Nancy” tenga en su mente el divorcio. El inicio de la desilusión fue cuando decide atender su embarazo en una clínica particular y no en el seguro social.
PRESIÓN FAMILIAR
“Cuando supe que estaba embarazada, al ser mi primera hija, no quise ir al IMSS. Así que decidí atenderme en una clínica privada, cuando mi esposo y su mamá supieron esto, me señalaron que sería mi responsabilidad el pago de cada consulta, pues ellos no me dijeron que me fuera atender a un lugar caro”, recuerda.
Y así fue, desde los chequeos mensuales, hasta el parto, “Nancy” pagó todo lo relacionado con su bebé.
Cuando di a luz, recuerdo, me faltaban 800 pesos para poder saldar mi estancia en la clínica y mi esposo no quiso pagarlo porque yo fui quien decidió tener ahí a la niña.
Nancy
Luego de este amargo sabor de boca, al tener a la bebé en casa, el esposo de “Nancy” no se acercó a ella. Incluso la violentaba verbalmente cuando pedía ayuda para que le cuidara a la recién nacida mientras ella se bañaba o hacía alguna otra cosa.
“Eso era viviendo en casa con su mamá, hasta que yo le dije que, si no nos mudábamos a nuestra propia casa, me divorciaría de él y apenas así. Sin embargo, él no ha cambiado. Dejamos de ser la pareja divertida del noviazgo que vivimos. Ahora parece que solo nos hacemos favores: yo le cuido a su hijo y él cumple con lo mínimo indispensable, el dinero para leche y pañales. Me siento sola”, expresa.
Nancy no se ha divorciado de él, aunque en esos tres años de matrimonio, se ha sentido triste, sola y juzgada por la familia de su pareja. Entre las cosas que la detienen a un divorcio, está el que su hija le pueda reclamar en un futuro y los señalamientos de la familia de su marido.
Aunque se encuentra triste, Nancy, revela que siente que se ha vuelto fría.
CUADRO CLÍNICO
Hostilidad, control, violencia económica y psicológica; es lo que “Nancy” está viviendo en su matrimonio, de acuerdo con psicóloga Edith Robles Arredondo.
“Como la chica tiene un trabajo fuera de casa, se cae en conductas violentas por parte del esposo, como una manera de castigar. Es como decirle que, porque gana dinero, pues te lo gastas todo y a ver cómo le haces. Básicamente no se está contando con la pareja y ahí hay violencia emocional, psicológica y patrimonial”.
La especialista en atención a víctimas de la violencia, expresó que Nancy está viviendo en la estafa del “Amor Romántico”. Este término sugiere que la gran sacrificada es la mujer y el hombre el protector con carácter fuerte. Además, la especialista en salud mental, señala que en Sinaloa sigue la creencia que, las mujeres deben casarse para “aplacarse”.
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Es como un, ya viajaste, estudiaste, ahora amárgate.
Nancy
Otro aspecto que ha dañado a Nancy, es la fragmentación de su relación sexoafectiva.
Él no está cubriendo su responsabilidad como padre de una niña y, por otro lado, no hay un proyecto de vida que la incluya.
Edith
“Nancy”, como otras mujeres, han llegado a normalizar estas situaciones en sus matrimonios y aún no deciden divorciarse por razones como el qué dirán o ansiedad. Sin embargo, las mujeres en Sinaloa, tienen derecho a una vida libre de violencia y a tomar sus propias decisiones sin ser juzgadas. Por lo que, la especialista recomienda a las mujeres que deseen divorciarse y salir del cirulo familiar de su relación, lo siguiente:
Crear una red de apoyo.
“Nancy” deberá hacer una lista de con quienes cuenta para poder salir de esa relación, como familia o amigas, a lo mejor alguien con quien pueda quedarse y que estén monitoreando lo que pase luego de su divorcio, recomienda Edith.
“A final de cuentas, esto puede impulsarla en el sentido de tomar y asumir sus decisiones. Muchas veces es una de las causales sistemáticas, económicas y políticas de por qué las mujeres no abandonan a sus agresores: porque tienen un patrimonio, les dan la comida, aunque sea a medias, etcétera” asegura.
Después de este paso, tomar terapia será necesario, no sólo para su bienestar individual, sino para brindar, además, una crianza sana y poder relacionarse en el contexto social.
CIFRAS
Durante el mes de julio, el semáforo delictivo reporta en rojo este delito en Sinaloa con 445 denuncias, mientras que en junio fueron 466 y en mayo 405. Estas cifras son por arriba de la media y mucho por encima de la meta.
2, 394 denuncias de violencia familiar se han presentado ante la Fiscalía.
"Muchas veces es una de las causales sistemáticas de la violencia, económicas y políticas de por qué las mujeres no abandonan a sus agresores: porque tienen un patrimonio." Edith Robles, Terapeuta
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