Desplazados de la sierra viven al intemperie en esta cuarentena

Las familias viven hacinadas, sin recursos para sobrevivir en esta contingencia sanitaria

Irene Medrano Villanueva │ El Sol de Sinaloa

  · sábado 18 de abril de 2020

Fotos: Efrén Cárdenas │ El Sol de Sinaloa

Culiacán, Sin.-Hacinados, conviviendo unos con otros, algunas familias desplazadas de la sierra viven la cuarentena “cuidándonos como podemos”, muchos de ellos, sin trabajo y subsistiendo de lo que sus propios vecinos les convidan.

Foto: Cortesía | @AyuntamientoCLN

Hemos atendido las recomendaciones de la autoridad hasta donde se puede, no salimos, nos lavamos las manos constantemente, pero la sana distancia, aquí no se puede por las condiciones en las que vivimos.

Desplazados

La sana distancia para ellos como en cientos de familias de colonias populares donde la falta de espacios los obliga a pasar la cuarentena “amontonados” debido a que los pequeños cuartos donde viven no les da para más.

Atrás de la Universidad de Occidente, se encuentra este predio, donde, cerca de 60 familias desplazadas de comunidades de Badiraguato, El Fuerte y otras, han encontrado un hogar, muchos de ellos, sin recursos para sobrevivir la cuarentena por causa del coronavirus, sin embargo, como sinaloenses se reparten lo poco que tienen.

Cocinan a la intemperie, en una hornilla “hechiza” preparan sus alimentos, parece día de fiesta, pero no, es un día común y corriente donde las familias desde hace meses cohabitan en pequeños cuartos hechos de madera o lámina con piso de tierra.

La colonia sin nombre, pero que los pobladores quieren llamar “La Privada”, tiene agua y luz porque ellos mismos han cooperado para tener esos servicios.

Ana Montes, originaria de San Javier, Badiraguato, señala que fueron obligados por la violencia y la falta de trabajo salir de su comunidad.

Nos obligó la economía y la violencia. Allá en la sierra no hay nada, nada, eso nos obligó a salir de allá. Dejamos todo y a salto de mata llegamos a Culiacán, a la colonia Lombardo Toledano.

Ana Montes



UN RINCÓN LEJOS DE LA SIERRA

Dice que ahora por fin viven con cierta tranquilidad, aseguran que fue el licenciado Ricardo Mendoza quien los llevó a ese lugar y que lo más importante es que no paga renta.

Estos terrenos todavía no son de nosotros, el licenciado no nos ha cobrado nada, los vecinos nos cooperamos para tener agua y luz para nuestro propio beneficio. Para nada extraño mi pueblo, porque aquí vivo tranquila, porque allá uno se acostaba y se levantaba con la zozobra de que pudiera pasar.

Ricardo Mendoza

Es empleada doméstica, tiene dos hijos y solamente uno de ellos va a la escuela, ahora se encuentra en su casa

Nos estamos cuidando, no salimos para nada. Soy doméstica y mis patrones me dan un apoyo, no me dan todo, pero sí me están ayudando hasta que podamos salir.

Empleada

Isabel Quintero, otra de las desplazadas es de una comunidad de El Fuerte..

La pobreza y la delincuencia nos obligaron a salir y nos venimos para acá buscando trabajito, ahora yo vendo comida. Dejamos casa…todo, todo pero valió la pena porque ahora tenemos trabajo y mi hijo va a la universidad.

Isabel Quintero


Dice que la delincuencia les cambió por completo la vida.

Dejamos el lugar donde nacimos, si viviéramos allá, estaríamos en la sana distancia, pero aquí no se puede, por eso extraño estar allá, aquí nos estamos cuidando, teniendo las precauciones hasta donde se puede.

Isabel Quintero

LA HUERTA DE AGUSTÍN

Agustín Franco Pérez, es otro desplazado, tiene más de 70 años, vive en un pequeño cuarto y se dedica a lo que siempre ha sido su pasión: la siembra.

En un pequeño predio cosecha lechuga, coliflor, cebollas, tomate, repollo, melón, rábano, calabaza.

Allá en mi tierra sembraba, ahora hago lo mismo para convidarle a las gentes a como se va dando, uno me compran, a otros les doy, y más ahorita que estamos encerrados. Yo estoy aquí no por problemas, sino porque no se podía vivir allá.

Franco Pérez

Su lema es convidarle a los que menos tienen.

Así como yo les doy de mi siembra, la gente hace comida y me convida, así es la vida, además yo me sostengo con lo de la tercera edad.

Franco Pérez

Guillermina Maciel Martínez, originaria del Nogalito, Badiragutuato salió huyendo hace menos de dos años porque le quemaron su casa. Tiene cuatro hijos, es madre soltera.

Nos dijeron que nos saliéramos y luego le prendieron fuego, se quemó todo, nos vinimos a buscar trabajo, llegué sola, vivía en la colonia recursos con una prima. Me hablaron de que acá daban terrenos y aquí encontré el apoyo de parte de Lorena.

Maciel Martínez


Un poco desanimada, dice que se siente incómoda por no tener un hogar propio porque además ella, a diferencia de los demás, todavía no tiene un lugar destinado en este predio.

Todavía estoy esperando que me den un lugarcito aquí, no tengo trabajo. Estaba trabajando en la limpieza en Sedesol, pero ya no, me pagaban 600 pesos al mes y lo del Bienestar, pero ya desde hace cuatro meses la han suspendido, iba a cobrar el apoyo hasta la Tuna Badiraguato.

Isabel Serrano

Isabel Serrano de San Javier, dice que la delincuencia y la falta de trabajo los obligó a salir “ya no había manera de hacer la vida, no había que comer, los delincuentes cercaron las comunidades, no permitían que subieran comida. Salimos huyendo nada más con lo que traíamos puesto”.

Dice que primero llegaron a la colonia Lombardo Toledano pagando renta.

Me siento mal, haber tenido mi casa, mis tierras y dejar todo, todo, el rancho es fantasma, allá no hay autoridad, nunca se nos permitió regresar.

Isabel

Doña Isabel hace pan para vender, aunque le han bajado las ventas. Los moradores de este predio añoran su lugar de origen, porque allá, sin ningún problema, pudieran enfrentar la pandemia.

Ahora sólo nos queda tener una gran paciencia para salir adelante y cuidarse en estos momentos. Tratamos de tener los cuidados necesarios… nos cuidamos a cómo podemos.

Isabel

Ahora sólo nos queda tener una gran paciencia para salir adelante y cuidarse en estos momentos. Tratamos de tener los cuidados necesarios.

Isabel, desplazada

LA PRIVADA

Se trata de un asentamiento de personas que fueron desplazadas de la sierra debido a la violencia y a la necesidad.

SIN TRABAJO

Algunas familias se encuentran sin ingresos debido a la contingencia que ha provocado la epidemia de Coronavirus.



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