Culiacán, Sin.- ¡La verdad no lo aguanté. Me dije hasta aquí llegamos…! es la expresión de Claudia Yanet Lizárraga Terrazas, quien al igual que otras compañeras de trabajo están en vía de divorcio.
Agradecen al Covid-19 que les abrió los ojos, porque “nos ponían los cuernos” y ni cuenta, con eso de que uno anda toda agobiada por el trabajo, mis niñas, la casa, apenas tienes tiempo de pensar en “el venado”, dice en broma.
El encierro no ha sido sencillo puertas adentro para las parejas ya que de acuerdo al Registro Civil las audiencias de mediación pre divorcio aumentaron un 37% en el 2020 pese a que estaban cerrados los juzgados.
Igualmente el Instituto Sinaloense de las Mujeres ha atendido tan sólo en este año cien consultas relacionadas con divorcios.
Encierro "covidioso"
Cuatro amigas, se reunieron en un restaurante para contar sus cuitas, el comportamiento de sus maridos fue casi el mismo: parecía león enjaulado, estaba desesperado, no lo calentaba ni el sol, siempre andaba mal humorado.
María Elena Santos, recuerda que de buenas a primeras, se encerraron en abril del año pasado; él trabajaba en el hogar, ella se dedicó al cuidado de sus tres niños, la empresa le pagaba la mitad de su sueldo, el buen ambiente familiar duró poco, su esposo, se levantaba malhumorado, caía la tarde y empeoraba.
“Un buen día, me dijo que iba al súper, que de ese día en adelante él se iba a encargar de hacer la despensa. Así empezó a salir todas las tardes, un día llegaba con una bolsa de azúcar, otro día, con una lata, llegó un momento que ya no cabía nada en la alacena, me empezó a inquietar que salía puntualmente a las cuatro y llegaba pasadas las nueve de la noche, hasta que él mismo se descubrió: lo escuché hablando por teléfono, estaba angustiado, me enteré que tenía un hijo con la otra mujer y se le había puesto mal…”
Dice que ya tiene cinco meses con los trámites de divorcio, pero que por la pandemia, a veces, los juzgados están cerrados, pero que desde entonces cada quien vive su vida separados.
“No tengo prisa, estoy consciente de que mi patrimonio no tiene arreglo, no quiero que me canten el venado, duré muchos años engañada, ojalá que con este nuevo rebrote del Covid-19, no salgan más cornudas”, señala María Elena.
Crisis invisible
"Nos mató la convivencia. Jamás habíamos pasado tantas horas del día juntos. Y tampoco somos los mismos que antes. Tener que trabajar, atender la casa, a tres niñas, sin ayuda, ayudarlos con los Zoom, trabajar y sobrevivir fue demasiado. Después de casi dos meses de no hablarnos, hace dos semanas tuvimos una mediación y acordamos los términos de la convivencia hasta que termine la pandemia y podamos separarnos, porque su infidelidad mató lo poco que nos unía", narra Claudia Yanet
Dice que a ella le pasó algo similar a María Elena, su esposo desde que amanecía se le notaba desesperado, hasta que de plano le dijo que quería ir a ver a su mamá.
“Primero me extrañó, porque casi, bueno, más bien no se frecuentan, lo comprendí y hasta me alegré cuando me dijo que estaba preocupado por su mamá, que la iba a visitar para ver que todo estuviera bien, que le iba a llevar algunos sanitizantes”, dijo.
Recuerda que no fue una visita, sino que a diario, con el pretexto de su mamá, salía a veces desde medio día, hasta que a ella le empezó a llamar la atención.
“Le pregunté si estaba enferma, me dijo que no, que iba a arreglarle la casa, desde limpiar las ventanas hasta impermeabilizar. Un día opté por ir a tener yo también un acercamiento con mi suegra y cuál no sería mi sorpresa que nunca la había visitado. Me confesó que tenía una pareja desde hacía tres años y una niña de un año…A Dios gracias, el Covid-19 fue mi aliado, si no…”
Menos casorios, más divorcios
De acuerdo al Registro Civil en Sinaloa cayeron más de 24% los matrimonios y 37% los divorcios en todo el 2020.
También datos del Inegi de Septiembre del 2020, las entidades que registraron las mayores tasas de divorcios por cada 10 mil habitantes fueron Campeche con 38.0, Sinaloa con 37.7 y Nuevo León con 37.2 por ciento.
Entre las tres principales causas de divorcio a nivel nacional se encuentra el divorcio incausado con el 63%, seguido por el de mutuo consentimiento con el 34.7%, la separación por más de un año con el 1.4%.
El comportamiento al interior del país muestra que, en 22 entidades federativas, la principal causa corresponde al divorcio incausado y en las 10 restantes, al mutuo consentimiento.
Georgina es otro caso, sin embargo, ella más parca, sólo dice que no quiere saber más del que fue su marido, porque prefirió irse con una compañera de trabajo, a la que me confesó “la extraño mucho, no sabía hasta qué punto la quería, así que me voy, quiero el divorcio…” y yo le contesté: “Con gusto te lo doy, pero si me ha costado mucho, porque yo pensé que me había casado hasta que la muerte nos separe”.
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