Rosario, Sin.- Hay un dicho que dice: "Los años no perdonan", lo cual se ve reflejado en la persona de don Lupe, el raspalero de Cacalotán.
Guadalupe Rodríguez Corona es el nombre de este adulto mayor avecinado en Cacalotán, quien emprendió hace unos años su propio negocio para poder obtener su sustento.
Don Lupe, el raspalero, como es conocido en Cacalotán por dedicarse a la venta de raspados de hielo, cuenta con más de 72 años de edad y poco más de 10 dedicándose a la venta de este producto.
Cuenta que durante la mayor parte de su vida se dedicó a fabricar escobas y en el trabajo del campo, que era lo que hacía la mayoría de los hombres de su época.
"Duré muchos años haciendo escobas para venderlas y también en el campo, cuando uno está joven y con fuerza le entra a chambear a todo, como uno no fue a la escuela, en el campo es donde había trabajo y ahí le entrábamos".
Puedes leer: Las carretas del Centro de Mazatlán
Con el paso de los años, las fuerzas se van agotando y el trabajo de campo se empieza a dificultar. Fue lo que la pasó a don Lupe.
"Llega el momento que uno ya batalla hasta para agacharse, ya no le alcanzan las fuerzas para trabajar y pues uno tiene que buscar la manera de sacar dinero para llevarse algo a la boca".
Esta situación lo llevó a buscar una manera de ganarse la vida, fue ahí cuando le surgió la iniciativa de emprender un pequeño negocio que no fuera costoso y que además no requiriera mucho esfuerzo.
Fue hace como 10 años que inicié a vender los raspados, aquí no había quien vendiera y pues armé el triciclo e inicié a hacer los jarabes, de ahí a pedalearle.
Don Lupe
Hoy, don Lupe se ha convertido en una tradición para los habitantes de Cacalotán, quienes todos los días lo ven recorrer las viejas calles de Cacalotán ofreciendo refrescantes raspados de vainilla, leche, tamarindo, ciruela y demás sabores.
Lee más aquí ⬇