La Secretaría de la Defensa Nacional ubicó la última vez a Jesús “Chuy” González Peñuelas junto con su hermano Ignacio, en la famosa reunión de Bacurato, Sinaloa de Leyva, en donde presuntamente Rafael Caro Quintero asumió el liderazgo de la organización Beltrán Leyva, en coordinación con Fausto Isidro Meza Flores, “El Chapito” Isidro.
Fue en el verano de 2017 en que estos cabecillas sostuvieron una reunión en un hotel de la presa Bacurato con el fin de distribuirse tareas, el cónclave fue monitoreado por la inteligencia militar, sin que se lanzaran operativos de captura en aquel momento.
También puedes leer: Relevo en el narco: estos son los nuevos capos y grupos del Cártel de Sinaloa
Pero “Chuy” González no es un personaje nuevo en el mundo del hampa. En 2011 en que el gobierno de Mario López Valdez se propuso combatir a las células criminales vinculadas con los Beltrán Leyva, tanto en el norte del estado como en el sur, su nombre apareció en un organigrama que dio a conocer la entonces Procuraduría General del Estado, con Marco Antonio Higuera Gómez como procurador.
Hoy, de ser apenas uno los subalternos del “Chapo” Isidro, el miércoles 17 de enero pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó en su lista de recompensas el nombre de González Peñuelas, con un monto de 5 millones de dólares.
De hecho, este monto es superior al millón de dólares que ofrecía por Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, así como por otros operadores de Los Chapitos, cuyas cifras de recompensas van del millón a los 3 millones de dólares.
El Departamento de Estado indicó que “Chuy” González dirige “una organización independiente de distribución y producción de metanfetamina, mariguana, heroína y cocaína. También sería el responsable del transporte y la venta de cocaína, así como de M-30, nombre que se le da a las pastillas de fentanilo disfrazadas de oxicodona.”
Los antecedentes
En 2011, Malova con su director de la Policía Ministerial, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez y el procurador Higuera Gómez iniciaron una ofensiva en contra de la organización del “Chapito” Isidro y sus colaboradores.
Los hermanos “Chuy” y “Nacho” González Peñuelas fueron ubicados en la zona de Estación Bamoa y Batamote, Guasave, con un territorio que se extendía al municipio de Sinaloa de Leyva, donde controlaba Mario Alberto Lugo, “El Calabazas”.
Paralelo a los operativos en contra del grupo conocido entonces como Los Mazatlecos, también el Cártel de Sinaloa, con Joaquín Guzmán a cargo, intentó exterminar a estos clanes familiares. La guerra se focalizó entre Guamúchil y Las Brisas.
Decenas de homicidios y desapariciones se registraron durante el sexenio de López Valdez, los enfrentamientos entre el grupo del “Chapo” Isidro contra los del “Cholo Iván” se multiplicaron en esa franja del norte del estado.
Sin embargo, al “Chuy” González siempre se le ubicó como el líder de esa región guasavense colindante con Sinaloa, municipio.
Amparos y exposición mediática
La cacería contra él y sus hermanos se sostuvo tanto en el plano del terreno, con operativos militares en Guasave, que no rindieron frutos de su ubicación, así como con mandamientos judiciales emitidos por la Procuraduría General de la República, por delitos de delincuencia organizada y contra la salud, en su modalidad de aportación de recursos económicos para el financiamiento y fomento de comercio de cocaína, mariguana y metanfetamina.
El juez Séptimo de Los Mochis emitió una orden de aprehensión, la cual fue anulada debido a un amparo otorgado por el Juez Sexto de Distrito, al encontrar supuestas inconsistencias dentro de la investigación.
Los hermanos González Peñuelas han logrado continuar en el negocio, pero en dos ocasiones ha trascendido la supuesta muerte de “Chuy”, así como la detención de “Nacho”, pero hasta ahora han conseguido mantenerse vigentes.
De hecho, en mayo de 2021, la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro, boletinó a los hermanos, y reveló que “Chuy” cuenta con dos acusaciones, uno en la Corte Federal de San Diego y otra en el Distrito de Colorado.
En la ficha aparecen sus hermanos Ignacio y Wilfrido, así como colaboradores de la organización: Efraín Mendívil Figueroa, Raúl Payán Meraz, Adelmo Núñez Molina y Juana Payán Meraz.
A Efraín lo señalan como propietario de Plaza City de Guasave, tiene una orden de extradición a Oregon, California, mientras que el resto están con cargos penales en Colorado.