Escuinapa, Sin. - Los años han pasado, la tecnología ha avanzado considerablemente y las bicicletas se han ido modernizando. Pero en un taller con más de 30 años de antigüedad en el municipio, el tiempo no pasa, con las mismas herramientas, las siguen reparando.
Se trata del viejo taller de Don Julio Rodríguez, quien, desde joven, con sus manos, se ha dedicado a darle vida a todo tipo de bicicletas.
Su historia con la bicicleta inició a los 13 años, edad en la que aprendió a andar en bicicleta, desde entonces conoció la cultura del ciclista en Escuinapa, admirando al campeón o a Clemente Osuna, como gran ciclista.
Al paso de los años entró a trabajar con Chuy Aragón y aprendió en su taller el arte de las bicicletas.
Hoy las manos de Julio son diestras, arreglan llantas, lo mismo que cadenas, no hay día que no lo se le vea en su taller.
Los años han pasado y los que eran antes niños hoy son adultos, pero todos llegan con él, con todo tipo de bicicletas.
"Ahorita vienen gentes que desde niños venían a reparar sus bicicletas, a muchos ya ni los conozco, pero como siempre han venido aquí conmigo, no dejan de darse la vuelta, algunas gentes que ya no viven aquí, cuando vienen de vacaciones, no dejan de darse la vuelta, porque además de venir a arreglar las bicis, vienen a recordar un poco de su niñez".
Dice don Julio que, tratándose de bicicletas, no hay nada que se le dificulte, repara hasta el más duro rin de una tradicional bicicleta camaronera, hasta el de una de carreras.
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Hoy el uso excesivo de la motocicleta ha desplazado un poco a la bicicleta, pero a pesar de esto, don Julio asegura que las puertas de su viejo taller, el cual ya es una tradición en Escuinapa, se mantendrán abiertas mientras Dios le dé salud y fuerzas.
Si me quedo en la casa, me engarroto, aquí es mi vida y aquí voy a seguir Don Julio Rodríguez
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