Culiacán, Sin.- Judith Cárdenas, es una joven culichi de 31 años de edad, que a raíz de la desaparición forzada de su tío Jesús López García, emprendió un proyecto para confortar y orar por las madres de las víctimas de este delito.
Así nacieron Las Rezadoras de Culiacán, las cuales desde hace cuatro años se lanzaron a hacer diversos performance como un homenaje a Las rastreadoras de El Fuerte, y posteriormente se fueron sumando todas las colectivas de mujeres que se dedican a buscar a sus desaparecidos.
Este proyecto de oración combinada con la poesía y actuación, pues Judith es actriz profesional, se basa en la representación de un grupo de cuatro católicas que emiten una liturgia transformada en rezos plegados de poesía y que convierten las oraciones tradicionales en una alegoría del Ave María.
SURGE LA IDEA
A raíz de la desaparición de Jesús López García, la abuela de Judith, la señora María Cristina García Amarillas, comenzó de manera independiente a buscar a su hijo.
Durante los primeros dos años de búsqueda fue estafada por investigadores, elementos de la policía y quienes pretendían ofrecerle información sobre su hijo desaparecido. Sin embargo el pesar se fue haciendo más grande al grado de afectar su salud física y mental.
Me tocó ver el proceso de mi abuela, de desmoronamiento, es muy desgastante buscar a un ser querido y no encontrarlo.
Cárdenas
En entrevista a El Sol de Sinaloa mencionó que, luego de dos años, la familia se encontró con el colectivo de búsqueda de personas desaparecidas de El Fuerte, quienes incluyeron en sus fichas de registro y mapeos a Jesús López García.
FALTA DE INCLUSIÓN EN LA IGLESIA
Durante 11 años, la familia de Judith, acudió consecutivamente cada 1 de enero a la iglesia católica para ofrecer una misa a memoria en su tío desaparecido, quien también cumple años en esta fecha.
Sin embargo, la sorpresa que la familia se llevó en una de las ocasiones, fue que el catolicismo no ora, ruega ni ofrece misas por las personas desaparecidas. Ahí se concretó la idea de crear un rezo en memoria de las familias que son víctimas de este delito.
“En una ocasión, nos negaron el acceso a la iglesia porque nos dijeron que no había misas para desaparecidos, tienen que estar muertos o por otros motivos como la enfermedad, pero no existe en la iglesia católica un espacio para las mujeres que no encuentran a sus hijos”, resaltó.
“Si lo único que se encuentra en la iglesia es el refugio en la parte espiritual y no te lo dan, se me ocurrió hacer esta oración para las mujeres que no encuentran a los suyos”, añadió.
ORACIÓN DEL AVE RASTREADORA
Dios te salve rastreadora,
Mujer eres de garra, el pueblo está contigo,
Perseguida eres junto a muchas mujeres,
perdido está el fruto de tu vientre, tu luz.
Santa rastreadora, sangre y voz,
Ruega por nosotros los espectadores
ahora y en la hora de nuestra muerte amén.
Este performance, refleja el valor de cada buscadora, pues en cada evento de búsqueda, son expuestas a la violencia, a las altas temperaturas, a la inseguridad de las localidades, escarban, hacen hoyos, se caen, lloran y sufren.
Judith recordó que a este proyecto se le dio vida a los pies de la Catedral de Culiacán iniciando cinco oraciones en este templo religioso para culminar en el muro de la memoria de los desaparecidos que se encuentra sobre el Paseo del Ángel.
A este tipo de rituales y forma de visibilizar la desaparición forzada, se han sumado proyectos como lo son Juan Panadero, el documental “Te nombre en el silencio” y hasta encontrarles.
UN FUTURO
Judith compartió que, ya planea junto a su equipo de rezadoras, un poemario derivado del libro de rezos “Mi primera comunión”, en el que los rezos, van dirigidos a las víctimas de feminicidio y a la realidad de violencia que actualmente se vive en Sinaloa, además del solapo de la autoridad católica a través de la piedad e injusticia.
Hay textos que hablan de feminicidio, corrupción, violencia y apatía.
Judith
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