Culiacán, Sin.- Al presentarse en la educación básica casos de alumnos que desde temprana edad se muestran más hiperactivos que sus compañeros, algunos tienen la necesidad de recibir atención médica para su control, y por eso en el estado existen 198 Unidades de Servicio de Apoyo a la Escuela Regular (USAER).
El Subsecretario de Educación Básica, César Quevedo Inzunza explicó que a través de 198 escuelas, alrededor de 17 mil niños y niñas son atendidos por sicólogos y maestras de Educación Especial.
Dijo que los alumnos que llegan a tener una circunstancia medicada y requieren de un tratamiento en especial, son atendidos en las USAER, del mismo modo, estudiantes que presentan una enfermedad sicomotriz o de trastorno con déficit de atención e hiperactividad.
Aseguró que bajo el mecanismo de la inclusión y con el propósito de que los niños que llegan a ser catalogados como “problemáticos” no se sientan rezagados, el equipo de maestras de apoyo sicopedagógico brinda atención a los menores con necesidades educativas especiales y con barrera de aprendizaje.
TODO UN PLAN ESTRATÉGICO
Dijo que además aportan asesorías a las maestras de grupo dependiendo de las problemáticas que se presentan, con adecuaciones curriculares, plan de intervención individualizado a cada niño en su ritmo de aprendizaje.
“Se han dado a conocer casos de niños que los directores llegan a expulsar, porque los padres no demuestran que sus hijos están recibiendo atención médica y otros más en donde tanto los padres como los maestros deciden cambiar el contexto de los alumnos, reubicándolos en otras escuelas”.
Para poder contrarrestar el problema y el maestro cuente con las herramientas para controlar un grupo de más de 20 niños y niñas, desde su formación pedagógica, se incluyen aspectos de cómo reaccionar ante situaciones imprevistas por las personalidades de cada niño y las regiones en donde se ubican las escuelas.
Hasta el momento en que el maestro ubica a los niños que requieren de un tratamiento especial, al no poder controlarlo, es solicitar la atención de un sicólogo y la intervención directa de las maestras de apoyo, quienes permanecen en las instituciones educativas.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
La maestra de educación especial, Karla Alapizco Delgado explicó que los psicólogos aplican instrumentos de evaluación para que con los datos obtenidos se oriente a docentes y padres, en la atención que dura dependiendo de la problemática que se presente, ya sea por problemas de lenguaje o de conducta.
Aclaró que no todos los niños llegan a necesitar tratamiento médico, algunos únicamente requieren atención sicológica, contrario a los casos de alumnos con Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad, dependiendo de cómo lo determine el neurólogo.
El número de niños que son atendidos en cada USAER, señaló, depende del tamaño de cada una de estas instituciones que tienen un promedio de entre 80 y 135 alumnos y destacó que alrededor del 80 por ciento de los casos finaliza con éxito y el resto considera que es por falta de interés de los padres.
A pesar de que hay niños hiperactivos que tienen que recibir atención médica, Quevedo Inzunza afirmó que en primaria es bajo el porcentaje, ya que de octubre del año pasado a la fecha, se han presentado cinco casos extraordinarios de 585 mil alumnos.
CASOS ESPECIALES
Entre uno de los casos, recordó una situación que se presentó en Los Mochis, donde dos hermanos de tercero y quinto grado tenían inestabilidad psicosocial, y los padres de familia estaban en contra de los menores y de la mamá para que fueran expulsados de la escuela.
Pero bajo la formación de no excluir a un niño del sistema educativo, se acordó cambiar a los menores a otra escuela cercana para recibir clases en un contexto diferente, acción que ha funcionado debido a que los niños cambiaron su comportamiento y todo indica que van a finalizar la primaria.
Al involucrarse también la forma en cómo son educados los niños y el entorno familiar en el que viven, el Subsecretario de Educación Básica, comentó que hay padres que en el momento que son informados por el comportamiento de sus hijos, aceptan que tienen que recibir una atención especial y otros se niegan a aceptarlo.
Para mantener interesados a los alumnos en los temas que se tocan en las aulas y al ser diferente el “chip” que tienen las nuevas generaciones, Quevedo Inzunza, destacó que día con día los docentes se preparan para hacer más atractivas las clases.
Los docentes tienen que aprovechar el exceso de energía de los niños para el mejor aprendizaje, con un tratamiento especial, como encargar otras tareas, en donde si el alumno finalizó la encomienda del maestro, puede coordinar a tres o cuatro compañeros para que terminen el trabajo.
Aun así, tanto personal del sector educativo, como padres de familia, se tienen que esforzar en mejorar el comportamiento de los niños y detectar a tiempo cuando un menor tiene que ser canalizado con un especialista o inscribirlo en alguna actividad extraescolar, para que los pequeños liberen el exceso de energía.
1980
Se iniciaron los grupos integrados, en donde se trabajaba con niños que requerían atención más especializada.