Culiacán, Sin.- El Presbítero, César Ricardo Montijo, del templo Cristo Rey al celebrar la Misa por el día de los difuntos llamó a los católicos a rezar en estos días por los fieles difuntos y alcanzarán una Indulgencia Plenaria, dijo y advirtió que con la muerte la vida no se acaba, sino que es vida eterna, por lo que pidió acrecentar la fe en estos días tan difíciles.
La Doctrina de las Indulgencias es un concepto de la teología católica estrechamente ligado a los conceptos de pecado, penitencia, remisión y purgatorio, es decir, la Iglesia concede el perdón de cualquier pena.
Todas las personas, del día primero al ocho de noviembre, visiten un cementerio y oren por los difuntos o, bien, visitar una iglesia y rezar un padre nuestro o el credo por los fieles difuntosPadre Montijo
Señaló que la visita puede ser desde afuera del panteón, de la iglesia desde el exterior y hacer la oración todas aquellas personas que lamentan no estar físicamente en el sepulcro con sus familiares.
Durante la Homilía, el sacerdote rezó por todos los fieles difuntos, pero principalmente a los que han fallecido por la pandemia.
En el sermón explicó que la muerte es pasar de este mundo cotidiano, a una conciencia plena, ya que dijo que con la muerte, Dios quiere borrar la ofensa universal. Explicó que ante el duelo muchos se revelan, le preguntan Dios mío por qué, sienten que el dolor es una ofensa, es injusto pasar por ese trance de la muerte.
Precisó que en estos momentos son los jóvenes los que se están revelando al cuestionar porque este dolor de la pérdida, por qué hay enfermedades, cáncer, la respuesta de Dios no es un porque, sino que El manda la medicina para aliviar esa. La respuesta de Dios es estar con nosotros.
El prelado católico señaló que Dios nos da la medicina que es la muerte y es un paso para la eternidad, nada más, pero para nadie es fácil separarse de este mundo. Todo está marcado por el sacrificio y todo esto vale la pena, para llegar a la vida eterna.
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Destacó que el verdadero altar, el verdadero banquete que nos une con Dios es la Santa Misa, es la ofrenda de todos los días, que cura la angustia, tristeza, inconformidad. Cristo no nos da el pan de muerto, nos ofrece el pan vivo en la Eucaristía.
El padre Montijo reiteró que quienes no tienen fe, viven en angustia, al no saber qué hacer con sus sentimientos y se plasmas en día de muertos donde muchas veces se emborrachan.
“No critico eso, sino el hecho que hay de esto, es una necesidad no resuelta. Vivir su duelo, con música, borrachera es porque no se han dado el tiempo de afrontarlo con fe, no tenemos que decirles que no lloren, sino anunciarles que Dios nos guiará, que nuestro futuro está al lado de Dios”, indicó.
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