Un año antes de la captura de Miguel Ángel Félix Gallardo en Guadalajara, en Culiacán fue abatido Inés Calderón Quintero a manos del temible corrupto comandante de la Policía Judicial Federal, Guillermo González Calderoni, a la sazón compadre del “Jefe de Jefes”, quien está a la espera de confirmarse una resolución judicial para cumplir el resto de su condena en prisión domiciliaria.
Pero poco se sabe que el capo originario de Tamazula, Durango, tío directo del empresario y político Jesús Vizcarra Calderón –su madre e Inés eran primos-, fue involucrado en el caso de asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena en febrero de 1985, un crimen que fue un parteaguas en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
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A Inés Calderón lo conocían como “El Inecillo” o “El Ingeniero”, se encumbró al lado de los tres fundadores del Cártel de Guadalajara, conformado por Ernesto Fonseca Carrillo (en prisión domiciliaria), Rafael Caro Quintero (en proceso de extradición) y Félix Gallardo, en vías de marcharse a su casa.
Datos del expediente
De acuerdo con el expediente CR 87-422(G)-ER, presentado por la Corte del Distrito Central de California con sede en Los Ángeles ante el Gran Jurado en febrero de 1991, y desclasificado en julio pasado luego de la captura de Caro Quintero en Choix, Sinaloa, Calderón Quintero tuvo un grado de participación en el caso Camarena.
Se trata del acusado número 15 de 16 personajes que incluye además de los tres grandes capos, a Rubén Zuno Arce, cuñado del ex presidente Luis Echeverría Álvarez. Sin embargo, el documento de la Corte no aclara el papel que jugó el tío de Jesús Vizcarra en el secuestro, tortura y muerte del agente especial antidrogas.
“Más o menos por febrero de 1985 y hasta el 4 de abril de ese año (día en que detuvieron a Caro y sus pistoleros en Costa Rica), los acusados Inés Calderón Quintero y Albino Bazán Padilla, ayudaron, instigaron, aconsejaron, indujeron, procuraron y participaron de forma voluntaria en el secuestro y asesinato del agente especial Enrique Camarena Salazar y Alfredo Zavala, piloto mexicano”, apunta el expediente.
Pero Inés Calderón es uno de los capos que no figuran en las historias que a lo largo más de tres décadas han rodeado a quienes hoy se encuentran en el ojo de la opinión pública, tanto Caro Quintero por su captura y proceso de extradición, como Félix Gallardo por las resoluciones que lo tienen con un pie en prisión domiciliaria.
El “Inecillo” ha quedado a la sombra de estos hombres que en los años 80 fueron vistos como los enemigos públicos del gobierno estadounidense.
Un eslabón de la cadena
Inés Calderón habría nacido el 7 de abril de 1954 en la comunidad de Mesillas, municipio de Tamazula Durango. Durante los años 70 –de acuerdo con crónicas de la época- trabajó con Eduardo Fernández, “Don Lalo”, y fue uno de los primeros narcos en mudarse de la vieja Tierra Blanca, el barrio por excelencia de los gomeros, a la colonia La Campiña, un sector residencial de casas modernas que compartían terrenos con grandes huertas y quintas de descanso (de ahí el nombre de Las Quintas).
Tras el crimen de Camarena en febrero de 1985, Inés fue uno de los que ayudaron a Caro Quintero a escaparse a Costa Rica, en donde fue capturado el 4 de abril. Días más tarde fue detenido Don Neto en Puerto Vallarta, pero de Félix Gallardo e Inés ni sus luces.
Washington presionó a México para dar con los responsables del asesinato del agente, por lo que González Calderoni se puso al frente de los operativos, conocedor como era de las guaridas de los capos. Las aguas se calmaron de 1986 al 87, pero el 26 de marzo de 1988, cuando Carlos Salinas de Gortari hacía campaña por el país y sus opositores Manuel Clouthier, del PAN (nacido en Culiacán) y Cuauhtémoc Cárdenas del PRD daban la pelea, Calderoni arribó con sus hombres a la residencia de Inés en La Campiña.
Periodistas como el finado Humberto Millán Salazar narraron en aquel entonces que mientras la Policía Judicial aseguró que Calderón Quintero fue abatido en un enfrentamiento a balazos, donde restañaron los “cuerno de chivo” y los AR-15, en realidad “El Inecillo” fue asesinado a mansalva en una habitación, frente a su esposa, Olga Lidia Bazúa, sin tiempo para defenderse porque era amigo de Calderoni.
La fortuna que hizo Inés en vida alcanzó para gestionar empresas, como un importante hotel donde confluyen los tres ríos de la ciudad, una discoteca que desapareció hace una década, así como un ramillete de corridos que registran la historia que dice que fue el maestro del “Mayo” Zambada y de su compadre Baltazar Díaz Vega, amigo de Manuel Salcido Uzeta, “El Cochiloco”, todos ellos fundadores de lo que las autoridades llaman el Cártel de Sinaloa.