Culiacán, Sin.- Con la llegada de la temporada de frío, las calles de Culiacán comienzan a llenarse de puestos de atole y avena, una tradición que marca la rutina matutina de los ciudadanos.
El pronóstico de temperaturas mínimas de 12 grados y máximas de hasta 28, da pie al inicio del invierno en la capital sinaloense.
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Cada madrugada, los vendedores colocan sus mesas y ollas humeantes en puntos estratégicos de la ciudad, especialmente en zonas de mayor tránsito como paradas de autobuses y entradas a los mercados.
El aroma a canela y vainilla se mezcla con el aire fresco, atrayendo a trabajadores, estudiantes y familias que encuentran en un vaso de atole o de avena el impulso necesario para enfrentar la jornada.
Las ventas de estos productos aumentan de forma notable durante las semanas de frío más intenso.