Culiacán, Sin.- Lizbeth, en su posición cómo diputada infantil frente a los legisladores de Sinaloa, en donde además de alzar la voz por el asesinato de Fátima, denunció los actos de violencia en contra de todos los niños y niñas.
Fue durante el día de ayer, jueves 28 de abril, durante la sesión del Parlamento Infantil en el Congreso del Estado de Sinaloa, que Lizbeth, se armó de valor y frente a todo el Congreso, recordó la violenta muerte de la que Fátima fue víctima en el año 2020.
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"Escúchenme, nuestra pequeña Fátima fue raptada al salir de su primaria. Fue golpeada, violada, asesinada. Le sacaron sus órganos para venderlos y lo que sobró de ella lo tiraron al bote de basura”", dijo Irma desde el estrado.
Pero la pequeña diputada no solo denunció el feminicidio de una niña que esperaba a su mamá afuera de su escuela, pues también habló de la pregunta que ella y sus compañeros de escuela se hacen ante la ola de violencia que se ha desatado en México.
"Los niños de mi escuela no nomás opinamos, nos preguntamos: ¿Y ahora matar se ha vuelto costumbre?", mencionó.
Irma Lizbeth, no solo recordó la muerte de Fátima, pues denunció a su nombre el maltrato infantil, al mismo tiempo de que hizo un llamado a los adultos de dejar de golpear y abusar de los niños y niñas, pidiendo dejar de repetir patrones en cuanto a la violencia hacia los más pequeños.
"En nombre de Fátima proponemos, suplicamos: si a ti te pegaron, si a ti te abusaron, no lo repitas conmigo, con nosotros. ¿Díganme, nosotros, qué culpa tenemos?"
El caso de Fátima
El 11 de febrero del año 2020, Fátima Aldrighetti fue reportada cómo desaparecida en la alcaldía de Xochimilco, en la Ciudad de México, mientras esperaba a su mamá afuera de la escuela, sin embargo, fue una mujer de nombre Gladis Giovana, quién se la llevó con rumbo desconocido.
Días después, el cuerpo de una niña de entre 7 y 9 años de edad fue encontrado sin vida con huellas de violación y tortura dentro de un costal envuelto con una bolsa de plástico, a menos de 5 km de su escuela.
La Fiscalía, quien reconoció a Gladis Giovana Cruz Hernández y Mario Alberto Reyes Nájera, son los principales sospechosos del asesinato, y esto gracias a una tía de ellos que les había dado asilo.
Fue al momento de su captura que Mario ofreció 500 pesos a los policías para que no se los llevaran, sin embargo, no funcionó y fueron trasladados la prisión de Santa Martha Acatitla.
Al momento de su detención, la Fiscalía anunció que solicitaría la pena máxima para la pareja, la cual constaba de 80 a 140 años de prisión.