Culiacán, Sin.- Llevar ya casi un ciclo escolar y medio con las clases en línea ha sido una experiencia muy pesada y complicada para Alma, una madre de dos niñas de tercero y sexto de primaria, por como en todo este tiempo ha tenido que ser más multifacética de lo que de por sí ya lo es una mamá en una “vida normal”.
A la pregunta expuesta de como ha sobrellevado este periodo escolar, la respuesta por la joven madre es que ha sido agotador, con un suspiro que carga cada una de las complicaciones que fue adaptarse a este modelo educativo.
Y aunque ella cuenta con un beneficio extra en la materia, por contar con estudios pedagógicos como maestra de secundaria, su atención es similar a la de miles de mamás mexicanas que se tienen que “partir” para atender a sus hijas, habilitar un espacio en casa y buscar las mil y una maneras en la que pueden reforzar sus estudios, a la par que se dedica a sus dos trabajos.
RUTINA QUE PESA
En una pequeña casa de Culiacán, Sinaloa, la rutina inicia desde temprano y organizada un día antes, la primera tarea de Alma es atender a sus hijas, a la mayor la pone a ver el programa “Aprende en casa” para que cuando tenga una de las dos clases en línea que tiene por semana comprenda de mejor manera sus actividades.
Misma acción que realiza con la más pequeña, pero con ella primero trata de explicarle antes, adelantándose a la maestra y después de la clase o de las tareas, lo refuerza con el canal educativo. Por las tardes, ambas se turnan la laptop para ver videos en YouTube y lograr comprender mejor el tema del día.
“Lo bueno es que las clases de una y de la otra no han chocado, para podérselas poner en la laptop, porque yo doy las mías por el teléfono y por eso, pero sí he sabido de algunos papás que no pueden entrar a las clases, porque uno lo tiene en la primaria, otro en la secundaria y otro en la prepa y chocan las clases”, expresó.
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En el grupo de 40 alumnos de sus dos hijas, son apenas la mitad, los estudiantes que tienen acceso a las clases por plataformas digitales como Zoom y Google Meet, el resto enfrentan complicaciones como falta de internet, sus padres no tienen el tiempo para acompañarlos por sus horarios de trabajo y en muchas ocasiones los dejan con los abuelos, quienes a como pueden ayudan a los menores con sus tareas.
TAREA DE DOCENTE
Como maestra de secundaria, Alma se ha percatado como los papás han buscado alternativas para respaldar el aprendizaje de sus hijos y como otros, por diversos motivos, contestan las tareas “como Dios les dio a entender”. La conclusión es rápida: no es fácil convertirse en docente.
La salud mental de los estudiantes ha sido otra gran alerta para las instituciones educativas y en el caso de las hijas de Alma, la niña de tercero de primaria dice sentir que ya no tiene amigos y aunque los ve en las clases en línea, ya se le olvidó el nombre de algunos de sus compañeros y hasta como es jugar con ellos.
Con la hija de sexto grado ha tenido que poner más atención, porque es consciente que ella ha convivido por más tiempo con sus compañeros y en todo este tiempo, solo una vez y con mucha distancia ha visto a su mejor amiga, que por cuestiones de salud de su familia se ha tenido que aislar por más tiempo. Ese día que se reencontraron, la menor lloró de nostalgia, deseando poder estar con ella.
“La verdad es que sí, yo ya las veo como hartas, ya no les está gustando esto así y me preguntan, mamá ya te dijeron cuándo van a empezar las clases normales y cosas así me preguntan, porque tratan de trabajar y porque quieren tener una buena calificación, pero ya no les gustó”, explicó.
Es un hecho que, en Sinaloa, el ciclo escolar va a terminar a distancia y el nuevo periodo todavía está en incertidumbre, mientras, Alma como docente, está a la espera de la vacuna, al mismo tiempo que se esfuerza para que sus dos hijas no se desanimen, aunque esto implique una rayita más a su vida multifacética como mamá.
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