Culiacán, Sin.- La pandemia por el Covid-19 cambió los planes de vida de todos y para Paulina Madero esto no fue la excepción, pues aunque la joven emigró a Sinaloa para convertirse en una exitosa agrónoma, la contingencia le dio un giro a su vida de 180 grados, lo que la llevó a convertirse en productora de kombucha.
“Yo me vine a Culiacán hacer las prácticas de la escuela a una semillera internacional y mi idea era quedarme y crecer en esa empresa, pero cambiaron los planes”, dijo Paulina en una entrevista para el Sol de Sinaloa.
Oriunda de Rosamorada, Nayarit, y a punto de graduarse de la carrera de ingeniería agrónoma, Paulina emigro a la ciudad de Culiacán para hacer sus prácticas profesionales para después ser contratada, sin embargo, quedó desempleada y ahora forma parte de un grupo de emprendedores que han comenzado a comercializar este místico fermento que la joven trajo de Guadalajara a Sinaloa.
“Cuando llegue aquí yo hacia kombucha para mis amigos y me decían que la vendiera, pero no me animaba y pues cuando me quede sin trabajo conocí más personas que me animaban y ya fue como me junte con los de Café Mojolo para empezar a vender, yo estaba fuera de Sinaloa y ellos me hablaron para decirme que ya se estaba vendiendo y me regrese para seguir con el negocio”, recordó Paulina.
Aun cuando la joven de 24 años comenzó con sus amigos la producción de este fermento hace apenas 7 meses, Paulina y su equipo tienen altas expectativas de convertirse en una barra de fermentos que distribuya en todo Sinaloa.
La kombucha
Para entrar en contexto, la kombucha es una bebida probiótica a base de té negro y té verde azucarado y fermentado con un hongo llamado “Scoby”, sin embargo, se desconoce el origen de este fermento de té.
Fue mientras estaba en la Universidad de Guadalajara (UdeG), que la joven nayarita probó por primera vez esta bebida, quedando flechada por su sabor y fue a partir de ahí que la joven se dedicó hacer su propio fermento, experimentando con sabores frutales que más tarde serian populares en la capital sinaloense.
“Yo pobre por primera vez la kombucha en la universidad y me gustó mucho y conseguí el scoby y a partir de ahí empece hacer fermento para mi sola y, ya que llegue a Sinaloa, seguí preparando para mis amigos”
Desde hace cinco años la joven agrónoma, le ha dedicado tiempo a mejorar la fórmula de su fermento y a cuidar a su scoby fermentador, y es gracias a ello que está bebida ha comenzado a ser comercializada en la capital sinaloense, gracias al equipo de Café de Mojolo.
De casa a Café Mojolo
Fue gracias a David y Efraín que Paulina se animó a vender este fermento de té, pues aunque fue ella quien les enseño como hacer esta bebida, fueron ellos quienes comenzaron a venderlo en Culiacán, aviando a la joven que su fermento se estaba vendiendo de manera exitosa en la capital sinaloense.
“Yo me fui a Oaxaca y le dejé a David el scoby para que lo alimentara y no se muriera y él ya me había dicho varias veces que lo vendiera, pero yo seguía sin animarme, lo miraba como algo más para compartir, pero cuando andaba ella me habló para que le dijera como hacerla y le dije el proceso y cuando menos pensé me marcó y me dijo que me regresara a Culiacán, porque ya estuve empezando a vender y no la pensé y me regrese para seguir produciéndola.”
Fue en el mes de julio del 2021 que salió la primera remesa de kombucha y desde entonces tanto Paulina como, David. Efraín y Maria Fernanda, se han dedicado a venderla en bazares y en algunos puntos restauranteros de la ciudad, además de ser la barra de café y fermentos de “Casa Hiervasanta”.
Si bien Paulina tenía otros planes en Culiacán, el emprendimiento y los fermentos la tomaron de la mano y tanto ella como la kombucha llegaron para quedarse.
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