Culiacán.- La adversidad que en primer momento se percibe como una tormenta, en el camino enseña que un acto de bondad se multiplica con otro, línea que el destino trazo a Karina Ledesma Morales, de 27 años, y Omar Obeso Sánchez, de 25 años, propietarios del negocio “El Cholo dogos”.
Lo que empezó en abril del 2018 como un proyecto de emprendimiento en unos jóvenes enamorados con ganas de superar cualquier reto, se topó en su planeación con la primera pared que les demostraría que la solidaridad de uno, dos, o más personas, hace la fuerza para seguir adelante.
Con el interés de Omar, alias “El cholo”, de empezar un negocio de hot dogs como los que tradicionalmente se hacen en su natal Hermosillo, Sonora y al percatarse que en Culiacán no es muy frecuente, desde que llegó a la capital sinaloense hace cinco años creció en él la “espinita” de tropicalizar el producto para los culichis.
En una historia que para Karina Ledesma tiene muchos capítulos, recuerda el arranque con tragedias, momentos de alegría y fortaleza, factores que día a día empuja a los dos a ser creativos en la mejora continúa de ahora su segundo hogar “El Cholo dogos”.
Fue por invitación de unos tíos de Karina que surgió el primer apoyo económico para el negocio que ambos anhelaban, con la idea de vender hamburguesas en una food truck, momento que marcaría su andar para siempre y que es recordado como “la tragedia”.
Al entregar de enganche 24 mil 600 pesos para el remolque de hamburguesas en Monterrey, el día de entrega jamás llegó y los vendedores “desaparecieron” sin dejar rastro; comenzando así un caso de emprendimiento con números rojos y un panorama nada alentador.
Sin embargo, al ser fieles a su convicción y realizar un viaje fugaz a Hermosillo en donde Karina conoció los dogos del lugar y al platicar entre risas las cosas que haría si tuviera un negocio, fue cuando de nueva cuenta resurgió la llamita que alentaba a entrar a la aventura de las ventas.
Ahora con una mejor estructura, en febrero del 2018, la prueba fue ofrecer los dogos en eventos sociales para ver la reacción de las personas e ir agarrando práctica para su preparación.
Con una carreta, pocas mesas y sillas instaladas en un terreno cercano al hotel Sleep In, comenzó formalmente un proyecto que ambos no sabían que tendría un ambiente de camarería, familiar y más importante, de solidaridad con las personas que requieran ayuda sin importar que sean desconocidos.
Al llegar la temporada de lluvias y verse imposibilitados a seguir vendiendo, decidieron cambiar de locación en la casa de Omar en el sector de La Conquista, aun con la incertidumbre de si el negocio iba a pegar y para agosto del 2019 consiguieron un local en la misma zona.
Ha sido algo bien chilo porque la gente es parte de esto, nos han visto como empezamos, como vamos creciendo poco a poco.
Omar
Sobre el concepto de “El Cholo Dogos”, ambos coincidieron en que las personas con el nombre sabrán que serán tratados de forma relajada y sin presunciones, al ser recibidos con expresiones como “simón”, “qué royo”, entre otros.
“Nosotros no vemos esto como tal como un negocio, sino que es un lugar donde somos tus amigos y puedes venir a pasártela bien como si estuvieras con tus propios amigos también”, expresó, Karina.
ALTRUISMO CHOLO
Al comprender lo difícil que es conseguir dinero para una causa y con la responsabilidad moral de apoyar a quienes lo requieran del mismo modo en que ellos recibieron empatía por sus familiares y amigos, nació la idea de crear eventos con causa.
Empezando su viaje solidario, la primera acción altruista que realizaron fue donar 150 dogos a las personas que estaban en el pediátrico, con la convicción de que aunque no podían resolver su problema central, al menos podrían brindar alimentos.
Posteriormente, en diciembre de 2018 donaron dogos a la casa hogar Divina Providencia, lugar en donde las menores son rescatadas de hogares que sufrieron violencia y que ellas aceptaron la buena acción de los dos.
Con la coordinación de amigos emprendedores, en septiembre se empezó el trabajo del proyecto “Cholo con causa”, en el que, en noviembre a través de una dinámica en redes sociales la causa del niño Joseph que padece cáncer de médula ósea fue seleccionada, recaudando 15 mil pesos.
Además de mil 200 pesos, los cuales fueron donados para Miranda, una niña de dos años, que por una negligencia médica en su nacimiento, padece parálisis cerebral.
Ante la respuesta positiva que obtuvieron tanto por sus colegas y los ciudadanos, la proyección para Karina y Omar es realizar el proyecto “Cholo con causa” una vez al año, involucrando a un mayor número de personas.
De esta manera, una vez más se demuestra que las buenas acciones jalan más, creando una cadenita de apoyos que deja una satisfacción que solo las personas que han estado en ese lado de la historia pueden contar.
CHOLO CON CAUSA
Con este proyecto de organizar eventos, los jóvenes emprendedores buscan ayudar a personas que lo necesiten.
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