Culiacán, Sin.- Como lamentable y doloroso para la sociedad, calificó el defensor de derechos humanos, Óscar Loza Ochoa, el asesinato de Román Rubio y Esteban López, por ser dos ciudadanos que participaban en la vida pública del país y terminaron muriendo de una manera violenta e injusta.
Sobre el profesor Román, como era conocido, comentó que fue un defensor entrañable de los pueblos originarios de Sinaloa, particularmente de los Rarámuris, con quien en varias ocasiones trabajó en la defensa de los derechos humanos.
“Estuvimos en varias jornadas aquí en Culiacán, cuando el vino a solicitar alimentos, cobijas, etcétera, para ellos y aparte profes, se abrieron consultorios médicos en algunas comunidades Rarámuris”, señaló.
Un caso más reciente que recuerda con el profesor Román es el apoyo que gestionaron para el señor Manuel López Vázquez, un rarámuri de la comunidad El Talayote, quien padece de lepra y que desde hace más de un año no recibía atención médica por parte de la Secretaría de Salud, a causa de la pandemia.
Ante la insistencia de Román Rubio por redes sociales y de defensores de derechos humanos, se le reanudó la atención médica.
El encuentro más reciente que tuvieron fue en Guasave, en una reunión en donde se promovió la participación de la ciudadanía en la próxima consulta popular para el juicio a expresidentes de México.
“Ahí, una intervención de él, que me pareció muy precisa para el momento, muy ecuánime, prudente, por cierto, por eso aún todavía no alcanzo a explicarme qué mente decide matarlo de manera violenta, cuando él era un hombre pacifico de entrada y como muchos lo decimos, de gran corazón frente a los grupos sociales más vulnerables”, expresó.
Loza Ochoa, mencionó que los extremos nunca se alcanzan y este es uno de los casos, “a mí no me pasaba por la mente que el final de él pudiera ser ese, sino de una persona que ya había entrado a la tercera edad, me lo imaginaba muy mayor y atendiendo precisamente de manera protectora a los indígenas del norte del estado”.
Manifestó que también es lamentable que los legisladores no hayan aprobado la Ley de Protección a activistas, derechos humanos y periodistas, al seguir en la “congeladora”, mientras se siguen presentando este tipo de asesinatos.
El Gobernador saliente, Quirino Ordaz Coppel, y el entrante, Rubén Rocha Moya, tiene una tarea que los va a dejar marcados, ya que de ellos depende mucho el grado de impunidad que vaya a haber en los homicidios de Román Rubio y Esteban López.
Por último, precisó que espera que haya compañeros cercanos a Román que no dejen de la mano a la comunidad Rarámuris, por ser urgente que haya un liderazgo que defienda y proteja a estas personas que siguen sufriendo de exclusión social.
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