Culiacán, Sin. Como si fueran carreras, hombres y mujeres acudieron al llamado de una mujer que, desde el interior de Álamo Grande Residencial, estiró la mano para recibir carpetas. Los propietarios de éstas, sinaloenses todos, plasmaron en los documentos distintas peticiones y exigencias que, ni Quirino Ordaz Coppel o Jesús Estrada Ferreiro, pudieron resolver.
Mientras unos corrieron y se amontonaron, los rezagados se treparon a la barda del residencial, pidiendo atención y oportunidad para entregar más carpetas, las cuales contienen problemáticas económicas, sociales e injusticias, causas que tienen esperanza en que Andrés Manuel López Obrador, las atienda y resuelva.
Pero el futuro de esas carpetas es incierto. Cuando AMLO llegó a continuar su recorrido en la ciudad en las obras del Dren Bacurimi, un centenar de manifestantes aguardaban y al menos tres, pudieron abordarlo en la Suburban en la que se trasladaba y que, los manifestantes, a duras penas dejaron llegar, pues querían hablar con el Presidente de la República y explicarle qué estaba pasando, por qué estaban ahí bajo el sol con pancartas y lonas, con carpetas en la mano para un destinatario todas: AMLO.
“Un minuto nada más señor presidente”, “AMLO, escúchanos”; exclamaban, a la par que los cuidadores del presidente orillaban a la gente para que pudiese continuar su traslado al evento oficial.
La sensación térmica de más de 40 grados centígrados, no causó ningún efecto, en los maestros, pescadores, acuicultores, grupos sociales, transportistas, comerciantes y demás; se fueran luego de ver pasar por un minuto a AMLO frente a ellos y no poder platicar con él ni entregarle los hechos que reclaman.
ENCERRONA
Pasó una hora, después de solo ver cómo el líder de la Cuarta Transformación se encerraba en el complejo residencial para no decir nada que no se haya dicho ya, de la obra pública estatal.
Por tres minutos, una mujer del staff de Presidencia anunció recibir las carpetas, mismas que antes de llegar a las manos de López Obrador –si es que llegan-, fueron lanzadas a los asientos traseros de un vehículo del equipo de comunicación de AMLO. Como si sólo se tratara de papeles empaquetados.
Mientras esto pasaba, los manifestantes sentían calma, como si les hubiesen dado una aspirina para mitigar el dolor de cabeza.
“Por esto me quedé y espero que me lea, porque dioquis no vine”, lloraba una señora que entregó su carpeta.
“Ya quedó, compadre, va ver que sí nos va ayudar, él es el mero mero, ni modo que no”, decía un hombre al teléfono, luego de bajar de aquella reja que protege a los privilegiados.
LAS PROTESTAS
Contrario a lo que la información oficial pueda rezar, no hubo más que 20 “porristas” de AMLO. El resto de las más de 100 personas, son grupos afectados por la pandemia, la injustica, desigualdad e inoperancia del gobierno sinaloense.
Como la problemática de las comunidades pesqueras: el robo y saqueo de éstas que, de acuerdo a los afectados, el secretario Sergio Torres, niega.
“Yo vengo de El Rosario, en la laguna El Caimanero. Ahí los lideres federales han saqueado y robado. No hacen su trabajo y esto está causando afectaciones en la producción. Los líderes realizan facturas falsas y le dan moches al estado, nos quitan dinero a las cooperativas y nos vienen ando tres mil pesos. Ahorita la marisma está en el suelo, nos destruyeron tres fuentes de trabajo de los que se sostenían ciudadanos. ¿De qué nos sirve que nos den apoyos si nos los van a robar”, explicó Javier Omar Luna Rojas, presidente de la Fraternidad Pesquera y líder de una congeladora.
Aunado al tema del camarón, acuicultores entregaron a AMLO, una petición en la que exigen que el Tratado de Libre Comercio no afecte a la producción del marisco, pues esto haría que México dependiera de Sudamérica para obtenerlo.
Los supervisores federales de la Secretaría de Educación Pública, también se manifestaron con AMLO, pues externaron que no se les ha dado parte de su salario a causa de la pandemia. Los maestros pregonaban que ellos ya habían cumplido, por lo que merecían su pago.
Los transportistas y tiangueros, fueron otros de los manifestantes; ellos como ya se ha dado a conocer, han sido de los grupos afectados por el confinamiento y la pandemia, por lo que su trabajo, en el caso de los camioneros, no está dejando ganancias y piden apoyos para sostener a sus familias. Los comerciantes de tianguis, por su parte, piden ya puedan instalarse de nuevo para volver a trabajar y percibir ingreso.
Viudas de policías pidieron a AMLO becas para los huérfanos, pues no hay manera de mantenerlos sin la pensión de los policías difuntos, recalcaron.
A como pasaba el tiempo en el que el presidente de México saliera del residencial privado, la gente se amontonaba para tratar de verle la cara y reclamarle el voto, exponerle sus inconformidades y exhibir la corrupción; esa que, tanto menciona López Obrador, que es su enemiga íntima.
GRUPOS SOCIALES
Entre los grupos que se presentaron estaban maestros, pescadores, comerciantes, madres de familia, entre otros.
ÁLAMO GRANDE
El residencial no abrió sus puertas a los contingentes de personas que esperaron al presidente.