Escuinapa, Sin.- En Palmillas, una de las comunidades más grandes y longevas del municipio, se cuentan decenas de historias y leyendas, de las más famosas es la de una bruja que robaba niños
"Una vez estaba con mi abuelita platicando sobre la desaparición de un niño, ella me contó que en un bosque cerca del Cerro del Muerto se ocultaba una bruja que se robaba a los niños", relata Juan Medina, habitante de dicha comunidad, que fue testigo de este hecho que hasta la fecha le pone la piel chinita.
Hace muchos años, dice, en el pueblo desaparecían muchos niños, la mayoría eran bebés y nadie sabía lo que pasaba, todos vivían asustados y hasta llegaron a pensar que se trataba de secuestradores.
Una vez, un pastor que cuidaba a sus ovejas cerca del bosque encontró un zapato de un niño. Intrigado y un tanto asustado, llevó la noticia al pueblo y todos fueron en busca de una pista que pudiera resolver el misterio.
Durante la búsqueda encontraron una casa vieja en medio del bosque, muchos pensaron que ahí se ocultaba el secuestrador, por lo que entraron presurosos a ver si había algún niño dentro, pero se llevaron una gran sorpresa al descubrir que sólo estaban unas velas y pequeños huesos.
Se percibía un olor desagradable, la casa era tan aterradora por dentro que el ambiente se sentía muy pesado, también encontraron cabellos, uñas y ropa vieja tirada en el suelo.
Escondida en una habitación descubrieron a una viejita con aspecto desagradable que se comía algo que a primera vista parecía asqueroso, no sabían si era un animal o el cuerpo de un ser humano.
Cuando ella se dio cuenta que la veían comenzó a gritar desesperada y a hablar en idiomas desconocidos con un tono macabro.
Los del pueblo estaban aterrados, pero entre todos la capturaron y la amarraron para prenderle fuego a ella junto con su casa.
Fue entonces cuando descubrieron que todo ese tiempo la bruja se alimentó de niños, los niños perdidos de Escamillas.
"Después de haber escuchado la historia de mi abuela, se me ocurrió ir a comprobar si era verdad lo que me había platicado, así que decidí hablarle a unos primos para que me acompañaran a mis locuras y al día siguiente planeamos lo que haríamos", explica Juan.
"Quedamos en vernos a las 8:00 de la noche en mi casa y nos fuimos juntos al cerro, estábamos nerviosos y a la vez emocionados de pensar que era lo que encontraríamos, yo temía que algo malo pasara".
Cuando llegaron al cerro tenían muchas dudas de continuar con su aventura, pero no se podían echar para atrás.
"Encontramos la casa antigua de la bruja, tiramos unas tablas que tapaban la puerta y nos metimos, estaba quemada, tal como la historia de mi abuela lo narró y tenía un olor desagradable, seguimos explorando cada rincón y lo que más nos llamó la atención fue ver animales muertos, como ratas, conejos, etc. Parecían ser recientes".
Cuando encontraron el cuarto donde supuestamente amarraron y quemaron a la bruja, entraron con un poco de temor.
Debo aceptar que tenía mucho miedo, llegó a mí una sensación horrible de escalofrío, estábamos completamente callados hasta que decidimos retirarnos de ahí Juan Medina
Pero cuando salían de aquel cuarto escucharon una voz muy bajita decir algo, todos se asustaron y aceleraron el paso, cuando ya estaban a punto de salir de la vieja un grito muy fuerte los hizo voltear y vieron una silueta oscura de una mujer, por lo que salieron despavoridos rumbo a sus casas.
"Después de esa locura me vine a Escuinapa y continúe con mi vida normal hasta que una tarde al salir de bañarme, me recosté un rato en la cama de mi habitación, por momentos me ganaba el sueño, recuerdo que no me podía mover, era como entre que no sabía si era realidad o pesadilla, de pronto una extraña mujer horrible se sentó justo encima de mí, dejándome aún más inmóvil", cuenta Juan.
"Cuando desperté y abrí mis ojos me llevé la increíble sorpresa de que mi papá, mi tío y mi hermano me tenían agarrado muy fuerte del brazo, yo estaba tirado en el piso y veía a mi mamá y a mi hermana llorando muy preocupadas, la verdad en ese momento estaba muy confundido, no sabía que me había pasado. Dicen que estaba dormido gritando y pataleando, hasta que desperté".
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Aunque nunca supo qué le pasó en realidad esa tarde, Juan asegura que la bruja lo siguió hasta su casa, para qué, no lo sabe. Eso sí, jamás volvió al bosque ni a la casa vieja en la que cuentan que murió quemada.
DE BOCA EN BOCA
Historias fantasiosas y leyendas de personajes de ultratumba se han contado por siglos en las comunidades del sur de Sinaloa, las cuales pasan de voz en voz a través de las generaciones.
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