Culiacán, Sin.- Más de 200 granjas acuícolas de Cóspita, Nicolás Bravo –Sindicatura de Baila-, y Elota fueron arrastradas por la corriente dejando dolor, angustia y desesperación de los acuicultores que viven del camarón, lamentó Julio César Sánchez.
El presidente de la Junta Local de Sanidad acuícola de Cospita pese a la zozobra que lo embarga, tiene tiempo de bromear: ya no hay estanques, quedó como si fuera mar abierto y como dice el dicho camarón que se duerme, se lo llevó la corriente y aquí fue a causa de Nora.
El también comisario municipal de el Ejido Nicolás Bravo después de dar gracias a Dios de que hasta el momento no hay pérdidas humanas, destacó que muchos de los ejidos de Baila siguen bajo el agua como es Jacola y las pérdidas económicas son incalculables.
“Fue pérdida total, los bordos desaparecieron, la maquinaria, vehículos y todo lo que se requiere para trabajarlas se las llevó el agua a causa de Nora”.
Dijo que van a volver a empezar después de que bajen las aguas, empezando por darles mantenimiento.
“Si los bordos resisten vamos a volver a sembrar las larvas de camarón porque quedaron muy dañados que a lo mejor va a ser imposible levantarlos”.
También puedes leer: Reabren navegación para embarcaciones mayores
“El gran problema que vamos a pasar los acuicultores es que la larva muchos todavía la debemos, el alimento que se les daba, el pago a trabajadores, las lanchas, la maquinaria, todo lo que había se lo llevó el agua”, dijo.
Toda la noche del martes, los acuicultores veían con desesperación y tristeza que años de trabajo, el agua se los llevaba en segundos sin poder hacer nada, y ahora, volver a empezar.
Lee más aquí: