Mazatlán es un puerto mexicano que lo tiene todo: cultura, gastronomía, historia, industria y comercio, tal vez por eso es cuarto más visitado por las embarcaciones turísticas en la costa del Pacífico mexicano, aseguró la coordinadora de Puertos y Marina Mercante, Ana Laura López Bautista.
Durante su visita a Mazatlán para participar en la Convención de Cruceros de la Florida-Caribbean Association, manifestó que Mazatlán es un puerto vibrante, como pocos en el mundo.
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Externó que durante el 2022 Mazatlán recibió a casi 400 mil visitantes navieros, es decir más de 300 por ciento en comparación con el 2021, mientras que en lo que va de 2023 ha recibido poco más de 357 mil.
"Un ejemplo claro de la recuperación de este maravilloso puerto es que durante 2022 recibió casi 400 mil cruceristas, esto equivale a más del 300 por ciento comparado con el año anterior, un crecimiento sin precedente, pero en este 2023 ha recibido poco más de 357 mil y apenas está empezando la temporada alta", dijo.
López Bautista destacó que Sinaloa y Mazatlán han sido innovadores e impulsores del desarrollo turístico y comercial del país.
Recordó que el sector de cruceros fue de los más afectados con la pandemia de Covid-19, sin embargo, al cierre del año de 2022 el país recibió más de 6 millones 673 mil turistas de crucero y poco a poco el sector se ha ido recuperando, tan es así que al mes de septiembre de este año, se han recibido poco más de 6 millones 640 mil visitantes de ese sector, casi la misma cantidad del año pasado.
"No tengamos la menor duda que este logro es un esfuerzo conjunto entre los puertos, las líneas navieras de cruceros y ciudades portuarias, eso demuestra que juntos estamos fortaleciendo esa importante industria", expresó.
Más destinos
López Bautista señaló que la coordinación de Puertos y Marina Mercante busca fomentar esas reuniones entre socios para lograr esas sinergias que den como resultado más rutas y nuevos destinos.
Reconoció que como país, se atraviesa por situaciones complejas y que a esta vorágine de cambios sociales, políticos, económicos y tecnológicos, se suman los desastres naturales.