Miedo y tensión en Sinaloa: el impacto de la violencia en la salud mental

Durante casi dos meses, los sinaloenses viven en un estado de alerta constante por el miedo a ser víctimas de la violencia que abunda en las calles, provocando el aumento en consumo de medicamento controlado, insomnio, ansiedad, depresión, somatización y psicosis, explica psicóloga

Alex Morales / El Sol de Sinaloa

  · lunes 4 de noviembre de 2024

Los habitantes de Sinaloa llevan casi dos meses cautivos por el miedo de vivir en un entorno lleno de violencia. Foto: Cortesía/Armando Quiroz

Culiacán, Sin.- Cinco años después de la primer ola de violencia que aterrorizó a los culiacanenses, los habitantes de Sinaloa llevan casi dos meses cautivos por el miedo de vivir en un entorno lleno de violencia, secuestros exprés, allanamiento de hogares, ponchallantas, bloqueos viales, despojo de vehículos, incendios provocados y múltiples víctimas del fuego cruzado.

Este temor constante a salir de sus hogares y la incertidumbre de no saber si puedes ser el siguiente afectado ha provocado que parte de la población desarrolle diversos problemas de salud tanto mental como física, derivando en insomnio, ansiedad, depresión, somatización y psicosis.

También puedes leer: ISJU brinda atención psicológica a jóvenes afectados por ola de violencia

Las personas se alteran al escuchar ruidos fuertes o el motor de motocicletas, que les recuerda a los ‘punteros’; se paralizan al ver unidades de la Guardia Nacional o carros a exceso de velocidad circulando; incluso, hay quienes se sienten intranquilos al interior de su propia casa, pues temen algún día ser allanados.

En entrevista exclusiva con El Sol de Sinaloa, Brenda Millán, psicoterapeuta encargada de la clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Occidente y fundadora de la clínica SanaMente, comentó que ha atendido múltiples casos de crisis por la paranoia que abunda en las personas, quienes se sienten confinados en sus hogares, como en 2020.

“La diferencia con la pandemia era que te ponías una mascarilla, salías y, en teoría, esa era tu protección y seguridad… ahorita ya no sabes dónde te va a tocar”, comparó la psicóloga.

Desde el primer enfrentamiento violento popularmente conocido como Culiacanazo, ocurrido el jueves 19 de octubre de 2019, la sociedad desarrolló un estrés postraumático que se aviva con cada atentado anunciado en las noticias o redes sociales, disparando la ansiedad hasta un 4 por ciento, según la especialista de la salud mental.

“Pacientes que no tenían temas de ansiedad, los están desarrollando; están quedando de lado los problemas por los que iban, y el tema que está saliendo ahorita es la ansiedad, y la ansiedad los está llevando a depresión; y no porque tengan depresión, sino porque prácticamente les están robando su vida”, explicó Millan.

Estos sentimientos de preocupación y miedo intenso han provocado malestares físicos en los afectados, pues múltiples estudiantes universitarios han presentado molestias estomacales que, dice ella, “son muchas emociones que están contenidas ahí, que, de alguna manera, se van a manifestar y que lo somatizamos en el cuerpo y nos enfermamos”.

Por otro lado, Brenda trata a pacientes, al igual que alumnos de la UAdeO, que temen salir de sus hogares por miedo a estar en el lugar y la hora incorrectos; provocando el incremento de ansiedad por el encierro voluntario en sus entornos, así como una sensación de taquicardia al trasladarse de un punto a otro; “ese es un comentario muy recurrente”.

El consumo de medicamentos controlados aumentó porque muchos no pueden dormir. Antes era un problema común derivado al uso excesivo de la tecnología; ahora, se suma el estarse alimentando de manera desmedida de noticias consecuentes a la violencia, pues llega al punto que “genera una psicosis”.

Los habitantes de Sinaloa llevan casi dos meses cautivos por el miedo de vivir en un entorno lleno de violencia. Foto: Cortesía/Armando Quiroz

Recomendaciones

Lo primero que tenemos que hacer es bloquear todas estas páginas que me están lanzando información, información, información, de muchas cosas que ni siquiera son reales”, instruyó Brenda, quien acostumbra invitar a sus pacientes a consumir otro tipo de contenido en redes sociales, principalmente, del tipo que les haga reír y enfocarse en temas positivos.

Asimismo, recomienda evitar difundir de manera desmesurada este tipo de noticias, ya sea en charlas familiares o con amigos, como en chats en redes sociales, ya que “más que ayudar, perjudica, y perjudica muchísimo porque nomás estamos viendo que están pasando un chorro de cosas y empezamos a dejar de vivir”.

Es importante tomar las riendas de la vida en esta nueva normalidad, como tuvo que hacerse durante la pandemia por Covid-19, periodo en que todo el mundo buscó la manera de vivir y disfrutar a cómo podían, puntualizó.

“Tengo el control de lo que veo en redes, alimentarme súper bien, marcar estos límites con las personas con las que socialice y decir ‘esos temas ya no se hablan, nos vamos a limitar a cuidarnos mucho’, hablar de otras cosas, enfocarnos, leer, escuchar música”.

Brenda Millán también invita a la comunidad a empezar a salir de sus hogares nuevamente, aunque sea temprano y tomando todas las precauciones necesarias, como “poder ir a comer, o hacer una comida en casa con amigos… ir a caminar o hacer actividad física”, con la finalidad de sacar mente, cuerpo y espíritu del estado de angustia en el que está.

En caso de presentar algún síntoma como desesperación, hambre excesiva, insomnio, sobrepensar, y problemas para concentrarse, es probable que la ansiedad esté tomando control sobre su persona, por lo que la psicóloga de apellido Millán exhorta a la población a pedir ayuda profesional.

“A veces solamente hablando las cosas ayuda bastante para poderlo sobrellevar, poderlo trabajar y que no escalen, porque la depresión como la ansiedad no se ven, se sienten; pero también, así como se sienten, a veces no nos damos cuenta en qué punto empieza a escalar”.

La experta asegura que es importante tomar las riendas de la vida en esta nueva normalidad, como tuvo que hacerse durante la pandemia por Covid-19, periodo en que todo el mundo buscó la manera de vivir y disfrutar a cómo podían.

“La diferencia con la pandemia era que te ponías una mascarilla, salías y, en teoría, esa era tu protección y seguridad… ahorita ya no sabes dónde te va a tocar”.