Culiacán, Sin.- Níquel no solo olvidó que él iba a cargo del convoy y que él es el responsable de lo que pase bajo su mando, sino que también, olvidó lo aprendido en sus cursos de derechos humanos y primer respondiente.
Renovada la audiencia inicial en contra de Carlos Alberto N” o “El comandante Níquel”, su defensa le pidió que declarara y fue ahí donde buscó deslindarse de su cargo en el caso Sanalona, siendo él quién estaba coordinando los rondines del llamado grupo élite en la presa Sanalona, conformado por un convoy de cinco patrullas de agentes de la policía estatal y un vehículo tipo Rino.
En la última audiencia de desahogo de pruebas en contra de Joel N”, en los testimonios de parte de la familia de las víctimas y los sobrevivientes, salió a relucir que no hubo “quinto malo”. En la camioneta iban Andrea y Carolina en la parte de atrás, Julio de conductor y Dulce de copiloto. Nunca existió el hombre que describieron los estatales a bordo de la patrulla 30- 38, el que dijeron que, además, se fugó por el monte.
CONFESIÓN
Joel, el primer detenido de cuatro estatales que iban en la patrulla ya mencionada, y fue vinculado a proceso por tres delitos: homicidio doloso calificado con ventaja, homicidio calificado con ventaja tentativo a poner en peligro la vida de Dulce María y Julio César, y abuso de poder.
En la audiencia contra el comandante A de grado, Carlos Alberto N”, fue interrogado por los elementos de la Fiscalía General del Estado y el Comisionado de Víctimas del Delito, y entre todas las preguntas, respondió que “no le consta si fue enfrentamiento o no”, lo sucedido el 27 de enero del 2020.
La fiscalía pregunto: “¿usted no confirmó que hubo un enfrentamiento?, ¿quién iba a cargo?, ¿quién se tenía que hacer cargo?”. A esto el comandante Níquel respondió que era él, pero al cuestionarle si separó a los agentes de la escena violenta, decidió reservar su respuesta.
Carlos Alberto, expresó que él llegó a los hechos cuando ya todo había pasado.
Según como contó, él no dio avisó al C4 por medio de radio, ya que en ese lugar no había señal así, que lo hizo por medio de su celular el cual dijo que no sabìa su número. Pero después de otro par de preguntas, declaró que no había sido por su celular personal sino por el de un compañero de apellido Castaños, quien iba en el convoy y resultó haber sido paramédico antes que agente estatal, sin embargo, Níquel había expresado a los presentes en la sala que, él tenía conocimientos como primer respondiente, conocimiento que no usó al ver heridos a los civiles injustificadamente.
La FGE también le cuestionó si observó que, alguno de sus agentes a cargo, limpió las almas después del caso Sanalona. Respondió que no.
Entro del peritaje y las pruebas hechas por químicos farmacobiológos, detectaron que elementos que estaban en ese rondín preventivo, entre ellos Joel N, resultaron positivo a la prueba de plomo.
Níquel fue militar, lleva cinco años como agente de la policía estatal y, entre sus cursos de buceo, primeros auxilios, primer respondiente, montaña, desierto y paracaidismo; llevó un curso sobre derechos humanos. Este último agregado en su formación quedó de lado, cuando no pudo justificar ni defender el hecho que a Julio César y Dulce María los retuvieron por más de 10 horas, buscaron aprehenderlos y los dejaron incomunicados.
¿Usted sabe lo que se debe de hacer cuando detienen a una persona?, le preguntó la fiscalía Níquel, a lo que respondió, “me reservo”.
Carlos Alberto defendió que, resguardaron a los sobrevivientes Julio César y Dulce María y que no fue con otra intención más que darles seguridad. Pero que en la declaración de Dulce María y Julio César en entrevista con la FGE , expresaron que no los dejaron hacer ninguna llamada y los tuvieron bordo de un rino (camión blindado) dando vueltas por horas, desde que subieron al vehículo nunca les dijeron que estaban detenidos, ni que había pasado; perdieron noción del tiempo.
PERITAJE
Carlos Albrto, atribuyó al perito de haber tomado la decisión de “resguardar” a los sobrevivientes del atentado, sin embargo, la fiscalía en todo momento le reitero que, si no recordaba que él además de tener el grado de comandante, era el director del grupo élite que se encargaba de lo que sucediera en los rondines en la presa Sanalona.
La fiscalía le cuestionó al comandante: “usted dijo que sabe quiénes dispararon las armas y que no le consta la agresión, pero ¿vio la escena y dónde estaban los dispersos y la persona muerta?”, “ sí vi”, respondió.
En todo momento, Níquel reitero que, declaró al Ministerio Público todo lo que vio y le constaba, agregó que no había visto una manipulación de la escena y dijo que los elementos le habían informado de la agresión. Sin embargo, recalcó que él nunca ordenó que repelieran la supuesta agresión.
De acuerdo con los agentes estatales que dieron testimonio para la carpeta de investigación, no supieron quién ordenó disparar pero los seis expresaron de manera individual que, la camioneta gris manejada por Julio Cesar, paso en medio de las patrullas a exceso de velocidad.
Níquel no recuerda a qué hora llegaron los peritos, quienes iban acompañados de policías de investigación, y expresó que sus elementos acordonaron el área pues según sus conocimientos, en caso de un enfrentamiento se debe resguardar y repeler la agresión, y después, acordonar el área.
“Yo no debo desarmar los elementos a menos de que haya un delito y yo no observé la agresión, los elementos me informaron. Yo no vi el arma de fuego que estaba en la camioneta de los ofendidos hasta que el perito la aseguró”, declaró en el juzgado.
Los cargos que se le imputan al ex militar, es el de encubrimiento por favorecimiento agravado, abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos.
Los seis agentes que iban dentro del convoy y que dieron su testimonio de los hechos de la madrugada en Sanalona el 27 de enero del 2020, tuvieron dos cosas en común en sus declaraciones: la primera, que no supieron por qué dispararon los compañeros que llevaron a cabo la agresión y que nunca escucharon la orden de detonar las armas, y en segundo, que ellos vieron como la camioneta gris atravesada por donde ellos pasaban
De acuerdo con el testimonio de Julio César y Dulce María, ellos nunca se percataron de que se trataba de policías estatales quienes estaban acercándose a ellos, justo cuando decidieron retirarse el templete.
Óscar Fidel González Mendívil, comisionado estatal de Atención Integral a Víctimas y asesor jurídico de Andrea y Carolina, preguntó a Níquel que, por qué habían realizado las acciones de atropello a los derechos de los sobrevivientes retenidos, a lo que también se reservó la respuesta.
La fiscalía le recordó al comandante que los policías que dispararon realizaron el reporte policial homologado y lo entregaron, ellos fueron los mismos que trasladaron a los sobrevivientes. Así se evidenciaba que Níquel, no se quiso hacer cargo pese que sabía que habían hecho sus elementos, “se hizo la vista gorda”.
Dijo, Níquel que se quedaba en el lugar no reteniendo los sobrevivientes sino para darle seguridad a la policía de investigación los dejó incomunicados retenidos aislados por más de 10 horas de los de los hechos antes de llevarlos al Ministerio Público
Después de haberle disparado, los policías estatales, a aquella camioneta gris dónde iban Andrea, Carolina, Dulce María y Julio César, donde sólo eran cuatro pasajeros y no cinco como habían atestiguado los elementos de la policía; que se encontraba en ese convoy el 27 de enero del 2020, los agentes sometieron a Julio César sobre el cofre de la camioneta y lo empezaron a patear en las costillas y piernas preguntándole qué si de quién era gente y a qué se dedicaba. Como ya había visto que se encontraba herida Andrea, Julio, les pidió que por favor le ayudarán ahí mismo se percataron que Carolina ya estaba muerta.
De acuerdo con la entrevista para la fiscalía de Julio César y Dulce María, expresaron que ese día 26 de enero antes de los hechos a la madrugada del día siguiente, decidieron irse a pasar un rato al templete de la sindicatura de Sanalona compraron cervezas y estuvieron ahí hasta antes de la 1 de la mañana del día siguiente, porque tenían que regresar a Culiacán para ir a estudiar cada quien a sus respectivas universidades. Sin embargo se encontraron con un enfrentamiento en el que ellos no tenían pistolas, no tenían intenciones de ningún ataque y sólo recibieron balas por parte de un convoy a cargo de Carlos Alberto.
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5 son los años que el Comandante Níquel lleva como agente de la policía estatal y, cuenta con cursos de buceo, primeros auxilios, primer respondiente.
DELITOS
Los cargos que se le imputan al ex militar, es el de encubrimiento por favorecimiento agravado, abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos.
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