Mazatlán, Sin.- Desde hace poco más de tres meses, albañiles, carpinteros de obra negra, fierreros, pintores, electricistas y peones de la construcción sobreviven de puras “chambitas” que les caen a cuenta gotas de conocidos, amigos y clientes de antaño.
Durante la crisis sanitaria por el coronavirus, ellos son de los más afectados, al mantenerse paralizado el 80% del sector. Como pueden, se las ingenian para trabajar aquí y allá, en pequeñas obras, con tal de obtener un ingreso que les permita mantener a sus familias
Entre ellos se encuentran el abañil José Luis “N”, el electricista y plomero Felipe “N” y el carpintero de obra negra, Víctor “N”, los tres con 23 a 44 años de labor en la construcción, quienes hablan de la paralización de las obras y la escasa oferta de trabajo en tiempos de cuarentena.
Hasta las grandes constructoras, muchas de ellas han parado, hay poco trabajo y la gente está desesperada, se batalla para encontrar una chambita como parchar un enjarre, impermeabilizar un techo o poner un pisito, lo que caiga es bueno, pero a veces ni eso, con decirle que hasta mandados he hecho.José Luis.
El que menos ha batallado en este tiempo de aislamiento es Felipe “N”, quien por ser ‘multifacético’ en la obra, pues aparte de ser albañil, también le sabe a la electricidad, la plomería y la pintura, se ha empleado en pequeñas obras que le permiten sobrevivir en esta crisis económica.
No así a Víctor “N”, a quien le llegó el recorte con el inicio de la pandemia, tenía 5 meses trabajando en la construcción de aulas de un colegio particular en el fraccionamiento Real del Valle, poco después se terminó la obra y ya no pudo conseguir otro empleo.
Esperamos que cuando pase esto podamos volver otra vez a trabajar como antes, aunque muchos dicen que no va a ser igual por todo lo que ha habido, muchas compañías quiebran, nomás no le pagan al trabajador, hay muchas obras pendientes, pero con esto muchos pararon, casi la mayoría está desempleada ahorita, agarran uno que otro trabajito.Víctor
Por su parte, Omar “N”, albañil de 28 años de edad, quien sigue trabajando en una de las pocas constructoras que se mantienen en operación, dice estar enterado de que muchas empresas de la industria de la construcción han hecho recortes de personal y que los trabajos en casas particulares se paralizaron por el tema de la pandemia.
Y comenta que en su trabajo, las medidas preventivas se han reforzado, ya que desde que entran en la mañana se les checa la temperatura, se exige el cubrebocas y constantemente se les aplica gel antibacterial en las manos, algunos de sus compañeros los han regresado por presentar temperatura alta y solo un caso ha dado positivo a Covid-19, quien se mantiene en aislamiento en su casa.
No ha habido disminución de personal en la constructora para la que trabajo, hubo algunos enfermos que ya no fueron, a los que les detectaban temperatura los regresaban, no les permitían el acceso, pero no están despedidos, a esos les está pagando el seguro, que yo sepa hay un solo caso positivo.Silva Trujillo
De acuerdo a declaraciones recientes del presidente de la CMIC, delegación zona Sur, Eleuterio Silva Trujillo, la emergencia sanitaria del Covid-19 mantiene en crisis al sector, pues solo el 20% de los socios de esta cámara se encuentran ocupados en la ejecución de obra pública, mientras que la privada prácticamente está paralizada.
CONSIGUEN PURAS ‘CHAMBITAS’
José Luis “N” es albañil independiente, tiene 37 años de edad, trabaja en la construcción desde los 14 años, cuando empezó de ayudante de peón, apoyando a su padre y sus tíos, pronto aprendió el oficio y desde los 20 se contrató como albañil oficial en diversas obras, algunas con grandes constructoras y otras con contratistas en casas particulares.
Desde hace 5 años, trabaja la albañilería de manera independiente cimbrando techos de casas particulares, construyendo bardas y cocheras, poniendo firmes, pisos y vitropisos, con ingresos de 2 mil 500 a 3 mil pesos mensuales.
Él asegura que nunca le había ido tan mal como en este periodo de la pandemia del coronavirus Covid-19, en el que batalla para conseguir entre sus clientes, patrones y conocidos más cercanos, aunque sea una ‘chambita’ que no pasa de los 900 y mil 200 pesos semanales, ya sea colocando un piso, poniendo impermeabilizante en un techo o hasta haciendo mandados.
Lo más difícil para él es asegurar un ingreso para llevar el alimento a su casa, ya que su esposa está embarazada y tiene 2 hijos, uno de 7 años y otro de 3.
Comenta que muchos de los albañiles, carpinteros de obra negra, fierreros, pintores y electricistas que conoce de antaño están sin trabajo, pues muchas constructoras y contratistas de Mazatlán pararon por el confinamiento y la distancia social que se guarda en la emergencia sanitaria.
Quienes lo conocen lo han buscado para solicitarle trabajo y él ha hecho lo mismo con otros, sin resultado.
Hasta las grandes constructoras, muchas de ellas han parado, hay poco trabajo y la gente está desesperada, se batalla para encontrar una ‘chambita’ como parchar un enjarre, impermeabilizar un techo o poner un pisito, lo que caiga es bueno, pero a veces ni eso, con decirle que hasta mandados he hecho.José Luis
Lo último que hizo, en esta semana que termina, fue un piso en una casa particular de la Riviera por el que cobró 900 pesos; para la próxima planea llamar a algunos amigos y ver si necesitan algún servicio.
Entre la lista, está su amigo Felipe “N”, quien tiene muchos años en la construcción, y no ha parado de trabajar en estos días, pues no solo la hace de albañil, sino también de plomero, electricista y hasta de pintor, cuando menos en obras pequeñas que dejan para seguir comiendo y poder esperar a que termine el confinamiento.
HAY MUCHA COMPETENCIA
Víctor “N” tiene 44 años trabajando en la construcción, empezó a los 14 años de ayudante y a los 18 subió de manera oficial a carpintero de obra negra, que lo coloca al nivel de albañil en las obras que requieren de cimbras y colados para la construcción de arcos, bóvedas y otras estructuras.
A sus 54 años de edad, conseguir trabajo ya no le resulta tan fácil y menos ahora ante la crisis sanitaria que vive el país por la pandemia, él es uno de los confinados, sobre todo porque padece un problema de insuficiencia respiratoria.
Le llegó el recorte en la primera tanda de bajas, cuando apenas se registraban los primeros brotes de coronavirus, tenía 5 meses trabajando con una constructora encargada de las obras de un colegio particular en el fraccionamiento Real del Valle, poco después terminó la obra y ya no pudo conseguir otro empleo.
Víctor comenta que de por sí, el trabajo de la construcción siempre ha sido eventual, con la crisis económica se complicará aún más.
Otro factor es la competencia que se tiene, debido a que muchas constructoras que realizan las obras más grandes traen personal de fuera (de Puebla, Ciudad de México, Durango, Chiapas, entre otras), que cuando termina la construcción se quedan a vivir en el puerto.
Esto hace que la mayor parte del personal que labora en la edificación de hoteles son trabajadores foráneos y que, incluso, en las pequeñas obras ya se empieza a notar su presencia.
La albañilería es un trabajo eventual, yo he trabajado para diferentes constructoras, cuando termina en un lado uno pasa a otro trabajo, y así, a veces con alguna constructora y otras con contratistas de obra, cada quien tiene su ramo, los albañiles, los fierreros, los carpinteros, cada quien tiene su contratista y hay que buscarle, no nos queda de otra
Víctor
SUELDOS SEMANALES
Albañil: De 2,000 a 3,000 pesos
Carpintero: De 2,000 a 2,500 pesos
Peón: De 1,500 a 1,800 pesos.
Ingresos por obras pequeñas: De 900 a 1,200 pesos
CIFRA
20% de los socios de la CMIC se mantienen operando en obras públicas, mientras que la construcción privada está prácticamente paralizada.
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