Culiacán,Sin.- Que una joven de 17 años haya muerto por una alcantarilla destapada y que no se haya tapado por negligencia, obliga a destituir al director general de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC), Jesús Higuera Laura, porque a esta dependencia le compete hacer estos trabajos y no puede argumentar que no cuenta con recursos para ello, demandó el Colegio de Abogados Manuel Lazcano y Ochoa.
Norberto Chaidez, presidente de este colegio, acompañado del socio Manuel Lazcano, incluso consideró que simplemente por vergüenza debería renunciar Jesús Higuera Laura.
Dijeron que si la JAPAC no deja pasar un día para cortar el agua a quienes no pagan el recibo a tiempo, la sociedad también le debe exigir que con la misma prestancia repare lo que tenga que reparar y no deje pasar el tiempo de manera negligente.
El problema que se ve, dijo, es que por toda la ciudad hay alcantarillas destapadas y esta paramunicipal no hace nada.
Tanto Norberto Chaidez como Manuel Lazcano explicaron que se hace esta demanda de manera pública porque no tiene caso presentársela al alcalde Jesús Estrada Ferreiro, ya que éste ha demostrado hasta la saciedad que es un funcionario gris, ineficaz e inepto.
Ambos abogados aseguraron que en el servicio de alcantarillado la paramunicipal deja mucho que desear y la muestra más evidente es la tragedia que sucedió por tener una alcantarilla abierta y que no se había tapado a pesar de que ésta ya había sido reportada por los ciudadanos.
El pasado jueves, la fuerte lluvia que cayó sobre Culiacán inundó muchas de las avenidas de la ciudad, entre ellas el bulevar Emiliano Zapata, en el cruce de la avenida Guadalupe Victoria. En ese lugar, varias automovilistas quedaron atrapadas por la fuerte corriente, entre ellas la joven Alejandra, de 17 años.
La joven, en un intento por ponerse a salvo, bajó del auto y trató de alcanzar la orilla de la calle, pero fue tragada por una alcantarilla que se encontraba en mal estado.
El cadáver de la víctima fue localizado un día después en el canal Recursos Hidráulicos. Ese mismo día, el arquitecto Francisco Monárrez y sus trabajadores, con apoyo de ciudadanos, rehabilitó la alcantarilla por donde cayó Alejandra, con el fin de evitar una nueva tragedia. El costo por reparar la alcantarilla fue de 2 mil pesos.
VARIAS VÍCTIMAS
Desde la alcantarilla que se tragó a la joven Alejandra, se pueden ver edificaciones que tapan el paso de lo que es un arroyo natural, que aunque entubado, sigue corriendo de manera normal por encima del tubo y supera el metro y medio de altura, inundando con facilidad dichas edificaciones.
Los vecinos aclaran que no es la primera vez que esa alcantarilla succiona a personas. Ya fueron tragados un parroquiano que salía de la cantina contigua a la alcantarilla, un señor que iba en bicicleta y se cuenta de una mujer, cuya historia bien a bien no se recuerda.
Jesús Sánchez, propietario de una refaccionaria ubicada justo a unos metros de la alcantarilla, dice que está muy apenado por no haberse percatado que Alejandra se había metido al agua. Los cristales de su negocio se empañaron y no veía hacia afuera.
“De haberla visto me hubiera arrojado al agua para sacarla, pues yo sé por dónde hay que caminar para que no te trague la alcantarilla”, dice.
BANQUETA NO ES SOLUCIÓN
Entrevistado en su negocio, agradece al particular que acudió con sus propios recursos a tapar el hoyo que tenía la banqueta, que en realidad era una apertura que se le dejó para que el agua pluvial entrara al arroyo entubado.
Sin embargo, aclara que esa no es la solución, porque esa banqueta en realidad sirve como tapo. Detiene el agua, ésta se encharca, inunda el bulevar Emiliano Zapata y trae las consecuencias ya publicadas.
La solución, explica, es simplemente quitar esa banqueta y dejar que el agua corra en caída libre hacia el cauce del arroyo y siga su curso.
Efectivamente, el tubo del arroyo está a más de un metro abajo donde está esa banqueta.
Al caminar sobre el tubo por cuyo interior corre el agua pluvial, aproximadamente a 70 metros se ubica una casa de varias habitaciones que corta de tajo la corriente del agua, y entonces el arroyo que se forma con el agua excedente que no cabe por el tubo se abre en dos vertientes, cada una sale a una calle diferente.
TAPADO POR VIVIENDAS
Por una de las vertientes hay cerca de cinco casas abandonadas. Sus habitantes, se cansaron de estarse inundando cada año y se fueron a otros sectores. Las casas se encuentra en ruinas y llena de basura por todos lados.
Gonzalo Rendón, es un señor mayor de edad. Su niñez la vivió justo en este sector y señala una casa abonada como de su propiedad. La dejó para no sufrir más inundaciones, pero de vez en cuando, la utiliza para guardar algunas piezas de autos que compra y luego vende.
Es él quien dice que no es la primera vez que muere una persona. Murió un señor que iba a bordo de una bicicleta, también un parroquiano que salió de la cantina con varias cervezas entre espalda y pecho, y comenta que también se cuenta de la muerte de una señora, pero no le consta.
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Lo que sí recuerda que en una ocasión le tocó sacar a una señora que se quedó varada en su camioneta BMW. Cuenta que nadando llegó hasta con ella, la sacó por la ventanilla y le advirtió que no le abrazara para poder sacarla, lo cual hizo.
No había terminado de sacar a la señora, expuso, cuando pasaron por ahí dos borrachitos que también fueron jalados por el agua, pero se aferraron a la banqueta para no ser tragados. Entonces llegó él y les tomó del cuello de sus camisas y los sacó.
DATOS:
3 personas por lo menos han sido tragadas por la alcantarilla que se encuentra sobre el bulevar Zapata
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