Mazatlán,Sin.- "Es un gran respiro, definitivamente", fue la expresión de Porfirio Lango Obregón, padre de Bárbara Lango, la anestesióloga mazatleca que quedó atrapada en medio de la guerra en la ciudad de Gaza cuando estalló el conflicto bélico Israelí- palestino el pasado 7 de octubre.
"Pero todavía falta que se recuperen de todo el sustote que pasaron allá", agregó.ó.
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La salida de Bárbara y su esposo Suleiman de aquel país fue el pasado 3 de noviembre, pero apenas el fin de semana pudieron reencontrarse con su familia.
"Fue toda una faena de los diplomáticos en Palestina y Egipto, fue una cosa muy difícil, tenían que salir por Rafah, no había otro lugar por donde", contó Porfirio, también doctor de profesión.
Luego de volar a la Ciudad de México desde Europa, se trasladaron a Mazatlán, a donde arribaron el domingo por la noche.
"Estamos muy contentos todos, nada más con el pendiente, toda la familia política se quedó allá. Ahorita lo que hay que estar exigiendo un alto al fuego, es una cosa criminal", expresó.
Añadió que de momento su hija y su esposo están muy susceptibles y han decidido darles su espacio para que se aclimaten en la ciudad y puedan recuperarse de la experiencia vivida, incluso la interacción de la familia con la pareja es mayormente a través de mensajes y llamadas telefónicas.
Antecedente
En el 2022 Bárbara Lango estuvo realizando una misión en Palestina abriendo unidades para quemados en la organización Médicos Sin Fronteras, tras culminar su trabajo regresó a su natal Mazatlán, pero al poco tiempo se casó con Suleiman quien fuera su traductor, originario de aquel país.
Debido a que a qué él no le dieron visa para venir a México se casaron y decidieron radicar en Gaza.
Cuando estalló el conflicto fue la familia política de Lango quien los acogió y les brindó asilo, aunque donde estaban era una casa familiar.
