Culiacán, Sin.- Para comenzar un cambio en la sociedad, lo primero que se debe dar, es ir al encuentro, al diálogo y la convivencia en torno a las ideas que coinciden y buscan la conservación.
Desde hace cinco años, un grupo de jóvenes de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), dirigido por la maestra Yamel Rubio, ha trabajado a nivel estado y nacional, por la conservación del jaguar, una especie en peligro de extinción y que en Sinaloa todavía puede admirarse en la meseta de Cacaxtla, en San Ignacio.
El trabajo ha sido científico pero, los integrantes del Grupo de Biólogos Jóvenes Organizados, señala que el verdadero resultado se da en el diálogo con los niños y adultos.
El grupo surgió, cuentan, como un proyecto para concretar el servicio social de su carrera universitaria, sin embargo, la vocación de los muchachos los hizo quedarse luego de egresar. Los biólogos trabajan sobre la línea de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, a raíz de esto, su trabajo ha arribado en los municipios del sur y norte del estado, partiendo principalmente de San Ignacio.
DIÁLOGO Y CAMBIO
“Para hablar de un cambio, primero se necesita un diálogo. Hablar de la preservar el hábitat del jaguar, no se trata sólo de enfocarse en el animal, sino en un proyecto integral con las personas, sobre todo los niños y los adultos mayores. Nosotros creemos que trabajar con los niños, principalmente, es pieza fundamental para que se logre un cambio cultural del respeto a la flora y fauna en el estado”, exponen, los jóvenes biólogos.
Este grupo no solo está integrado por biólogos, hay veterinarios, ingenieros ambientales y personas encargadas de transformar con el arte y la cultura.
“Cuando vamos con los niños a los museos de las comunidades, sindicaturas o municipios; jugamos con ellos. También hacemos actividades artísticas, las cuales consideramos muy importantes para transformar, pues involucra los sentimientos”, dicen.
El reto en el diálogo, se torna principalmente con los dueños de ganado y adultos mayores que, en su práctica, ya es natural cazar venados para comer. Sin embargo, esta acción es la que hace que los jaguares, bajen del monte a comerse las vacas de su ganado, razón principal por la que se mata al espécimen.
“Es difícil de repente hacerle entender a los señores el por qué no se debe matar al jaguar, y cómo el que maten venados, ha repercutido en que el felino se coma su ganado. Sin embargo, se les explica y podemos decir que se ha logrado. Cuando volvemos a visitarlos, nos comentan que acciones han tomado, al igual los niños”, recuerdan.
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Para los integrantes de este equipo, el andar en la práctica de campo, es también un logro personal. Algunos mencionan que, desde niños, soñaban con ser exploradores, andar entre las plantas y los diferentes animales para los que hoy procuran su conservación, como el perico, guacamaya, venado y jaguar.
Esta semana, su trabajo fue reconocido, pues se les galardonó con el permio al Mérito Ecológico por la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDESU).
“Este premio no lo sentimos nosotros como algo para ser visibilizados o reconocidos en lo individual, sino como una responsabilidad para continuar esforzándonos en el trabajo de campo y de investigación”, señalan.
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EL RETO
Sin duda la pandemia ha obligado a cambiar todo tipo de métodos y acercamientos, por lo que, el trabajo de conciencia y sensibilización que hacen los jóvenes biólogos, ha mutado a lo virtual, sin embargo, manifiestan que prefieren que este tipo de trabajo sea presencial.
“De momento debemos esperar y encontrar la forma de hacer efectivo el trabajo con las comunidades, aunque sí batallamos con algunas donde el acceso a internet es difícil, pero eso no nos va a detener”, aseguran.
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