Culiacán, Sin.- El Puente Negro es un emblema de Culiacán desde su construcción en 1907 por la American Bridge Company. Su diseño estuvo a cargo del ingeniero, George Stranahan que era trabajador de la Southern Pacific Co. La estructura, que mide aproximadamente 535 metros de longitud, es considerada la llave que abrió paso al progreso de la capital sinaloense.
No obstante, hoy en día es uno de los atractivos visuales y en su momento fue el spot para fotos favorito de las quinceañeras, los novios, los emo y fotógrafos en Culiacán. Además, es el punto de encuentro de distintos bazares culturales y la estructura que adorna el parque acuático de la capital sinaloense.
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Origen del Puente Negro
El Puente Negro se encuentra ubicado sobre el río Tamazula, un importante afluente que atraviesa la ciudad. Su nombre popular se debe al color de su estructura de acero, que resalta majestuosamente sobre el río y el entorno.
De primera instancia, la construcción se hizo con la finalidad de que el tren pudiera entrar y salir de Culiacán, un dato curioso de esto es que, durante un tiempo no solamente era utilizado por el tren, sino que también por aquí circulaban carros y camiones para cruzar al norte de la ciudad.
Diseño y arquitectura
Este puente se caracteriza por su diseño único, que combina elementos de la arquitectura moderna y funcionalidad vial. Su estructura de acero, con dos imponentes torres de apoyo, se asemeja a un portal que marca la entrada a la ciudad de Culiacán, el cual se ha convertido en un ícono arquitectónico reconocido en todo el país.
El puente negro en la cultura y la identidad de Culiacán
A lo largo de los años, el Puente Negro se ha convertido en mucho más que una infraestructura de transporte. Ha sido escenario de eventos culturales, exposiciones de arte, y se ha mencionado en canciones y poemas que celebran la belleza y la identidad de Culiacán. Su silueta distintiva se ha convertido en un símbolo de la ciudad y un punto de referencia querido por los sinaloenses.
En la actualidad
El Puente Negro continúa siendo una parte esencial de la vida cotidiana de Culiacán. Miles de vehículos cruzan este puente a diario, conectando distintas partes de la ciudad y facilitando el comercio y la movilidad. Además, sigue siendo un lugar de encuentro para los ciudadanos que disfrutan de las vistas panorámicas del río Tamazula y las montañas.
El Puente Negro de Culiacán es más que una obra de ingeniería; es un elemento clave en la historia y la identidad de la ciudad. A lo largo de los años, ha resistido el paso del tiempo y se ha convertido en un símbolo querido por los culichis. Su legado perdurará en la memoria colectiva de Culiacán y seguirá siendo un punto de referencia icónico en la ciudad durante muchas generaciones por venir.