Culiacán, Sin.- Las familias de los cinco escoltas del gobernador Alfonso G. Calderón Velarde, desaparecidos en mayo de 1977 presuntamente por el Ejército, esperan que el gobierno mexicano les abra los archivos y las puertas de la Novena Zona Militar de Culiacán para por fin emprender una búsqueda real de sus seres queridos.

“No descartamos que pudieran encontrar alguna fosa, en algún lugar deben de estar”, señala Martha Beatriz, esposa de Jesús Cutberto, ahora que el subsecretario de Derechos Humanos y Población de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, confirma que éste es uno de los casos que tiene en el radar la Comisión de la Verdad.

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Es así como se asoma una pequeña luz de esperanza en este túnel que ha durado 45 años sin saber nada de los cinco policías. Aunque el camino se ve complejo, debido a que la Comisión para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico, un órgano multidisciplinario integrado por diversos mecanismos e instituciones, tiene una revisión titánica en los cuarteles de Ciudad de México y Guerrero, sin duda Sinaloa está en la ruta para esclarecer crímenes del pasado.

Alejandro Encinas, señala a El Sol de Sinaloa, que definitivamente los cuarteles en el estado estarán bajo auscultación.

“Vamos a proceder en todas las instalaciones (militares), por supuesto se tiene programado inicialmente en el estado de Guerrero, para hacer la visita y revisión de todos los archivos de la base militar que tienen y otros batallones. En Sinaloa estaremos en todas las instalaciones militares y en todos los lugares donde tenemos archivos de interés para el tema de guerra sucia”, detalla Encinas.

Cuando se le cuestiona por el caso de Jesús Cutberto, Isidro Villalba, Felipe Estrada, Víctor Manuel Arballo y Jesús Mercado, el subsecretario de Gobernación refiere que en la búsqueda de esclarecer sucesos del pasado, también entra su caso.

“Por supuesto, todos los hechos de desaparición de personas, todos los que son ejecuciones extrajudiciales, los temas vinculados con tortura, detenciones, todos los asuntos los estamos atendiendo y por supuesto este caso deberá tener seguimiento particular”, dijo.

Ya iniciaron en el Campo 1

Las tareas de revisión de la Comisión de la Verdad iniciaron la semana pasada en el Campo Militar Número 1 en Ciudad de México, principalmente en las áreas en las que se vio involucrado el Batallón de Paracaidistas, explica Encinas.

“Incluso en el Campo militar se instaló la Brigada Blanca de la Federal de Seguridad (DFS) durante el periodo de la guerra sucia”, detalla durante la firma de convenio con el Gobierno del Estado para la protección de activistas y periodistas.

Menciona que la Comisión no tiene prioridad en casos específicos, pues la idea es revisar los que se tienen documentados, los cuales suman alrededor de 1, 200 personas desaparecidas en el tema de la contrainsurgencia, es decir, los movimientos comunistas de la época.

La verdad más difícil de todas

El caso de los agentes desaparecidos en 1977 no guarda relación con el movimiento contrainsurgente, pero sí con la forma violenta de operar del Ejército en la época.

En Sinaloa en aquella década también se destacó por la persecución en contra de integrantes de la Liga 23 de Septiembre, pero también por la violaciones de los derechos humanos de la población en el marco de la Operación Cóndor, una fuerza de tarea militar que pretendía arrasar con el cultivo de enervantes y el tráfico de drogas.

En ese contexto, a caballo entre el narco y la corrupción, quedó insertado el caso de los esposos de estas mujeres que en 45 años no han dejado de exigir justicia y verdad.

La vocera de las esposas, Martha Beatriz, señala que esta investigación de los archivos del Ejército, serviría no sólo para traerle paz a ella y su familia, “sino para saber ¿qué fue lo que realmente pasó?”.

La hoy defensora de derechos humanos comenta que esperan encontrar celdas de castigo y reclusión ocultas en la Novena Zona Militar, además de que se conozcan detalles del porqué su esposo fue víctima del delito de desaparición forzada

Recuerda que en abril de 2021, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas se comunicó con ellas para realizar el proceso de reparación de daño, esto de acuerdo a un programa especial ejecutado en coordinación con la Comisión de la verdad.

“Que revelen realmente lo que pasó y sobre todo que el Ejército acepte lo que pasó, porque yo creo que todas las heridas pueden sanar en un momento dado, si las partes aceptan lo sucedido, pero que lo acepten honestamente, sin ocultamiento de ningún tipo, aquí ya no es el ánimo más que de saber la verdad que por tanto tiempo se nos ha escondido, porque nada nos va a regresar a nuestros familiares”, puntualiza.