Culiacán. Sin-. "¡Soy buscadora de tesoros, de paz y de esperanza!" así se presentó Mirna Nereida Medina Quiñónez, al recibir del Congreso del Estado de Sinaloa el Premio Medalla de Honor “Dra. Norma Corona Sapién”.
La galardonada es activista defensora de los derechos humanos y fundadora de las Rastreadoras de Desaparecidos el Fuerte y Zona Norte y durante la sesión solemne donde se le hizo tan distinguido reconocimiento, llamó a los sinaloenses a perdonar.
Ante los diputados, el secretario general de gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, y del presidente del supremo tribunal de justicia, Jesús Iván Chávez Rangel, dijo que ese ese reconocimiento para ella es muy importante, que no es de ella, sino de sus compañeras, de sus hermanas rastreadoras del Fuerte, que al igual que ella, están con sentimientos encontrados porque no debería de haber personas desaparecidas, por lo tanto no debería de haber rastreadoras.
“Yo no debería de estar aquí, debería de estar cuidando a sus nietos. Pero estoy aquí enfrentando esto con mucha dignidad, con mucho amor. Cuando me preguntan quién eres, que haces, con orgullo digo: soy buscadora de tesoros y también busco paz y doy esperanzas a muchas familias”, dijo
Refirió que se dedican a buscar a sus hijos, a sus esposos desaparecidos, primero que nada los buscan con vida, desafortunadamente, lamenta, los han encontrado a todos en una fosa clandestina.
La galardonada exhorto a los sinaloenses a perdonar, ya que dijo que es muy importante este valor.
“Yo ya he perdonado a las personas que se llevaron a mi hijo, me he perdonado a mí también porque a veces la culpa no nos deja vivir. Yo pensaba sí que hubiera estado cerca de mi hijo no se lo hubieran llevado y esa culpa no me dejaba, pero ya me perdoné y aquí sigo luchando por los derechos de las mujeres, por los derechos de las muchachas y jóvenes desaparecidos. El trabajo que hacemos, es algo tan digno, aunque alguien por ahí dice que apestamos”, indicó.
Recordó que cuando van a una fosa y entierran la varilla y la sacan y al olerla muchas veces ese aroma es de muerte.
“Para muchos de ustedes puede ser repugnante, pero quiero decirles que para nosotros el aroma de una fosa, es el aroma de esperanza, es el aroma de que alguien pueda regresar con su familia, ese aroma significa muchísimo para nosotros”, dijo
Desafortunadamente, añadió, eso es lo que les ha tocado vivir: vivir buscando tesoros bajo la tierra, duele, son sentimientos encontrados porque cuando están frente a una fosa, le piden a Dios que ahí esté al familiar que buscan.
Dijo que aun así, muchas madres tienen la esperanza de que sus hijos no estén ahí, de que regresen sus hijos.
“Yo ya no, el 14 de junio del 2017, encontré los restos de i hijo, Yo sé que Roberto no va a regresar, pero muchas madres, aún tienen la esperanza de que sus hijos regresen y les digan aquí estoy mamá”.
Aseguró que la mejor terapia que puede tener una rastreadora, es salir a buscar a su “tesoros desaparecidos”
Con emoción señaló que ama a su país a sus raíces, su color, pero a la vez le duele
“Me duele México porque hay muchas personas desaparecidas, México es una fosa gigante y se ha comprobado, aunque no me gusta hablar de cifras, por sí ustedes no lo saben, hay más de cien mil personas desaparecidas en el país” indicó.
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