Culiacán, Sin.- A dos años de que se despenalizó el aborto en Sinaloa, la Secretaría de Salud tiene una estadística de 4 mil 18 embarazos que fueron interrumpidos por mujeres gestantes.
Según el director del Hospital de la Mujer, esta práctica se ha ido incrementando paulatinamente, ya que durante el primer año la recurrencia fue in crescendo hasta alcanzar más números en 2023.
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No obstante, activistas feministas señalan que el Estado aún no logra la meta de garantizar este derecho constitucional para las personas gestantes, debido a que hay condiciones sociales como el caso de “María”, una mujer que recurrió al acompañamiento casero en 2022 para interrumpir su embarazo de gemelos a la semana 20, y a escondidas de su familia, y que lo tuvo que hacer así, debido a que no encontró apoyo en los hospitales públicos.
El tema sigue siendo un tabú para los sinaloenses e incluso se desconocen en qué consiste este procedimiento, señaló Heydi Mares, de la colectiva No se Metan con Nuestras Hijas.
Los datos
El aborto se legalizó el 8 de marzo de 2022 en el estado. En dicho año se registraron mil 842 pacientes que se sometieron a esta práctica, de los cuales 190 fueron menores de edad, en un rango de los 13 a 17 años.
Los datos brindados por la Secretaría de Salud revelan que hay un registro de mayor atención a mujeres que se encuentran entre los 18 y 26 años, puesto a que este sector representa casi el 50% del total de mujeres que abortaron en clínicas públicas.
Para el 2023, la prestación de este servicio aumentó un 4.8%, cerrando el año con mil 919 abortos; mientras que en el primer bimestre del 2024 registraron 257 pacientes.
El aumento ha sido perceptible en los consultorios del Hospital de la Mujer, afirmó José Arturo Figueroa Camacho, director de la unidad médica.
Asimismo, destacó que incluso hay pacientes que han acudido en tres ocasiones para interrumpir un embarazo. Afirma que el personal médico se apega a las normas legales y éticas para realizar este procedimiento sin que se viole la integridad e intimidad de las recurrentes.
Cuestión de tiempo
El doctor explica que al recibir a una paciente que quiere abortar, esta es canalizada al consultorio exclusivo que se tiene en el Hospital, donde se recetan 12 pastillas de misoprostol que deberán ser tomadas en un lapso de 9 horas, en dosis de cuatro tabletas cada 3 horas.
“El aborto por medicación es más eficaz en etapas tempranas del embarazo, hasta la semana 4 ó 5 hay resultados más favorables. Si es más tardío hay posibilidades de que queden residuos y se tenga que hacer un legrado”, dijo.
Explicó que los médicos de la clínica utilizan la aspiración manual endouterina (AMEU), la cual consiste en introducir una especie de aspiradora y extraer el producto. El director reveló que en 2022 se practicaron 304 interrupciones legales del embarazo con este último método, mientras que en 2023 fueron 585 y en lo que va del 2024, van 111.
Expuso que hasta el momento no se han registrado defunciones de mujeres que se sometieron a esta práctica y que los riesgos de hemorragias son menores que con otras técnicas que se utilizan.
Recordó que cuando recién se aprobó la interrupción legal del embarazo, las mujeres acudían a recibir atención médica en etapas gestacionales muy cercanas a la permitida para realizar un aborto, la cual es de 13.6 semanas. Explicó que últimamente acuden en fases tempranas, lo que reduce el riesgo a la hora de la práctica.
Las críticas
El Colectivo No se Metan Con Nuestras Hijas ha denunciado que en las unidades médicas públicas principalmente se practican abortos por legrados y afirman que este es un riesgo para la población.
Heydi Mares, integrante de la colectiva, afirmó que se pueden obtener los mismos resultados con la sola administración de misoprostol, sin tener que recurrir a internar a las mujeres.
“La mayoría teme un legrado no solo porque es un procedimiento delicado, sino porque éste requiere internarse y tener a algún familiar presente. La mayoría de las mujeres que abortan lo hacen a escondidas, sin que la familia esté siquiera enterada de que pasó por un embarazo”.
La activista consideró que las autoridades deberían tomar en cuenta las condiciones de vulnerabilidad que algunas mujeres enfrentan; como María, quien a escondidas debió buscar ayuda para interrumpir su embarazo, ocultándose a su pareja y suegra.