Culiacán, Sin. -Aunque los daños materiales ocasionados por el incendio de combustible registrado en Culiacán aún no son contabilizados, al menos siete yonkes reportaron pérdidas por las llamas.

Javier, dueño de un establecimiento especializado en la venta de partes de vehículos llamado El Chapo, comentó que el guardia de seguridad de su negocio vio cómo las llamas empezaron a consumir unas pipas de combustible, perteneciente a una empresa dedicada a la distribución de petroquímicos.

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“Me dijo que estaban soldando allí, como reparando una pipa o algo. Allí se prendió”, comentó.

El siniestro ocasionó la movilización de los cuerpos de bomberos. El director de Protección Civil Municipal, Jesús Bill Mendoza, explicó que desde la 1 de la tarde se inició el operativo y para las 6:30, las llamas fueron apagadas. Sin embargo, los bomberos se retiraron a descansar hasta la 1 de la madrugada.

“Se quedaron hasta tarde para apagar las zonas calientes; ahora estamos evaluando las pérdidas”.

El funcionario afirmó que las pérdidas de los yonkeros deberían ser cubiertas por la empresa donde se originaron las llamas. Además, informó que se revisarán las medidas preventivas de la compañía y los permisos para transportar petroquímicos.

Ningún herido

Bill Mendoza relató que debido al humo negro emanado del lugar del incendio, fue necesario desalojar a 140 residentes de El Ranchito.

“Les ofrecimos como albergue el Parque 87 o el DIF Vallado; finalmente, recurrieron a familiares y alrededor de las 11 de la noche regresaron a sus casas”, dijo.

Destacó que no hay reportes de personas afectadas por el humo; sin embargo, explicó que algunos elementos de los Bomberos presentaron deshidratación, intoxicación leves y otros malestares mientras combatían las llamas.

Fuente de empleo

El panorama para los yonkeros es negativo. Javier señala que El Chapo es el sustento de siete familias y que el incendio provocó pérdida total del inventario.

“En una explosión voló un pedazo de fierro con lumbre, cayó aquí y con eso se prendió todo”, relató.

Así como El Chapo, otros seis yonkes fueron afectados. Cinco de ellos quedaron con su inventario calcinado casi en su totalidad.

En cada uno de estos establecimientos trabajan alrededor de siete personas, por lo que después del incendio tienen la preocupación de cómo seguirán trabajando sin material.

“Hasta el momento no se ha acercado nadie, pero si no vienen, vamos a ir nosotros porque la pérdida fue grave”, afirmó Javier.

Aparte de los carros quemados, resalta la imagen de los tanques de combustible donde se originó el incendio, los cuales se encuentran a varios metros de distancia de los yonkes.