Culiacán, Sin. - De 27 mil productores de maíz en el estado de Sinaloa, el 33.4 por ciento de las y los productores son mayores de 65 años de edad según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), lo que marca una pauta importante en el envejecimiento de los agricultores en la entidad.
De estos 27 mil productores de maíz, la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (Caades) tiene un registro de alrededor de 30 mil agricultores de todo tipo de productos, sin embargo las nuevas generaciones ya no se interesan por el trabajo del campo al ver que los viejos productores enfrentan una lucha constante para poder llegar a acuerdos en precios rentables que ayuden a tener una buena comercialización y deje rentabilidad en las inversiones de siembra para cada ciclo agrícola.
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Historia de vida
Martín Lim Rivera, de 76 años y quien solamente logró estudiar hasta nivel de secundaria técnica, es un productor con más de 55 años de experiencia en el campo sinaloense. En entrevista con El Sol de Sinaloa, recordó que desde muy joven se desempeñaba en el campo para poder salir adelante, ya que en esos tiempos solamente el campo les daba para comer en casa y sostener un patrimonio de bien.
El productor expresó con bajos ánimos que el campo siempre ha sido una parte importante en su vida, al luchar siempre para lograr tener un patrimonio, pero ahora ninguno de sus hijos se ha interesado por continuar con este legado, ya que todos se fueron a trabajar a los Estados Unidos, olvidándose de las tierras que una vez los vio crecer, y que ahora Martín piensa en un tiempo no muy lejano tener que vender, pues no tiene quien le ayude.
“Yo desde muy niño empecé a trabajar. Mi padre era agricultor, mi hermano mayor también, y yo aprendí todo para poder tener todo lo que tengo, poniéndole muchas ganas. Pero vamos de mal en peor, al tener que vender propiedades para pagar los créditos”, expresó.
Martín Lim mencionó que, a raíz de la situación agrícola en el estado, sus hijos decidieron irse a Estados Unidos para trabajar, por lo que ahora son ellos quien le ayuda para poder pagar créditos.
Agregó que ante la misma situación económica y los bajos precios que se han presentado, como también la falta de ayuda e interés desde hace tres años, ha tenido que bajar el número de hectáreas sembradas, pues de 25 hectáreas que producía ahora solo siembra 10 hectáreas de maíz, y poner en renta el resto de las tierras.
Lim Rivera, originario de Balbuena, Navolato, expresó que al ver la falta de apoyos y decadencia del campo agrícola en Sinaloa, se vio obligado a sembrar menos que hace 10 años, y de continuar así tendrá que vender, ya que sus hijos no se regresarían a trabajar en el campo al verlo como un fracaso.
En ese sentido, aseguró que ni las nuevas tecnologías han despertado el interés a las nuevas generaciones, porque ven cómo fracasan en estar exigiendo cada año un precio justo por sus cosechas.
“Ahora es una lástima la situación que estamos pasando. Antes nosotros no batallábamos para vender, vamos de mal en peor. Nuestros gobernantes no ponen nada de su parte, deben poner personas capacitadas en la Secretaría de Agricultura”, manifestó.
El productor consideró que las autoridades deberían hacer un estudio en el sector productivo, ya que no saben lo que se invierte para obtener una tonelada de maíz, al gastar alrededor de 5 mil 500 pesos y se les quiere pagar a 4 mil 500.
Nuevas generaciones del campo
En Balbuena, Navolato, hay un total de 100 productores de maíz registrados, de los cuales solo dos son menores de 24 años, el resto tienen más de 40 años.
Jesús Abel Terrazas Félix, un joven de 24 años de edad, es uno de los únicos productores de las nuevas generaciones interesadas en el campo. Sin embargo, ve difícil poder continuar trabajando en 10 años más, ya que consideró que el campo sinaloense se va a industrializar por la falta de precios, apoyos y créditos para poder tener un ciclo agrícola.
El joven productor mencionó que tiene siete años trabajando en la siembra de maíz, por lo que ha visto de cerca el cambio agrícola que se ha vivido en los últimos tiempos debido a las pocas oportunidades para obtener préstamos y pagar las deudas que deja cada ciclo agrícola, pero no se les quiere dar un precio rentable.
Jesús Terrazas señaló que en general las 10 hectáreas de maíz que normalmente siembran los productores invierten un total de 550 mil pesos, lo cual representa una pérdida un precio de garantía menor de los 5 mil pesos que ofrece el gobierno federal.
Terrazas Félix resaltó que este año fue uno de los más críticos para el sector agrícola, pues sin créditos y problemas hídricos lograron sacar adelante sus siembras de maíz. Sin embargo, la producción fue mucho menor a otros años y el precio por debajo al del año pasado, situación que desanima aún más al sector agrícola del estado, sobre todo a las nuevas generaciones que no ven futuro en el campo sinaloense.
Baja producción en las trillas
Martín Lim Cisneros explicó que los resultados de las trillas están para llorar, ya que los rendimientos de las producciones por hectáreas van desde las 8 hasta 11 o sorprendentemente y muy contadas de 13 toneladas de maíz, a diferencia del año pasado que se obtenían hasta 16 toneladas por hectárea.
Guillermo Murillo, otro de los productores con más de 40 años como agricultor, dijo que a los 14 años empezó a trabajar en el campo y recuerda que desde las 3 de la madrugada se tenía que levantar para hacer actividades del campo. Ahora, en estos tiempos la juventud ya no tiene el mismo interés, pues se la pasan en los celulares viendo videos y creando contenido para las plataformas.
Destacó que la juventud ve que cada año los productores tienen que salir a manifestarse para lograr precios redituables, otra de las situaciones que no genera interés con las nuevas generaciones.
Finalmente, mencionó que los jóvenes de ahora buscarán otras opciones que dejen dinero y no tengan que batallar en la agricultura, pues a diferencia de hace 10 o 20 años los agricultores podían construir un buen patrimonio para sus familias.